Votación en el país persa

El moderado Pezeshkian gana las elecciones presidenciales en Irán

El reformista se ha impuesto en la segunda vuelta de los comicios con el 53% de los votos al candidato ultraconservador, Saeed Jalilí

El reformista Masud Pezeshkian gana las elecciones presidenciales en Irán.

El reformista Masud Pezeshkian gana las elecciones presidenciales en Irán. / EFE

Adrià Rocha Cutiller

El cirujano de profesión, antiguo ministro de Salud, discreto diputado en el parlamento desde hace dos décadas y miembro de a facción reformista del poder iraní, Masud Pezeshkian, será el nuevo presidente de la República Islámica de Irán

Así lo ha confirmado la comisión electoral iraní este sábado, que ha decretado a Pezeshkian como ganador de las elecciones presidenciales anticipadas iranís de este viernes. Pezeshkian se enfrentaba al favorito en estos comicios, el ultraconservador y radical Saeed Jalilí, que había recibido el apoyo indirecto del líder supremo, el ayatolá Alí Jameneí

Ante el miedo de muchos iranís a una presidencia de Jalilí, el diputado y cirujano ha visto como sus votos en la segunda vuelta de estas elecciones han ascendido gracias, sobre todo, a una alza de la participación ciudadana en los comicios. En la primera vuelta, celebrada la semana pasada, tan solo el 40% de los iranís acudió a las urnas; el récord histórico de participación negativo en la República Islámica. En esta segunda vuelta, la participación ha llegado al 49%. A pesar del aumento en votos, la abstención —la oposición al régimen llamó al boicot electoral— ha seguido siendo mayoritaria.

“Gracias de todo corazón por el amor y la ayuda. Extenderemos la mano de la amistad a todos. Todos somos gente de este país, y todos somos necesarios para que podamos progresar todos juntos”, ha dicho este sábado por la mañana Pezeshkian, que sustituirá en la presidencia de Irán al fallecido en mayo Ebrahim Raisímuerto en un accidente de helicóptero mientras volaba a Teherán tras un viaje oficial a Azerbaiyán

En el siniestro aéreo también murió el hasta entonces ministro de Exteriores iraní, Hosein Amirabdollahian. “El camino difícil que tenemos por delante no será ligero a menos que no lo hagamos todos juntos, con empatía y confianza mutua”, ha dicho Pezeshkian tras confirmarse su victoria. 

Con estos mensajes, el nuevo presidente iraní que querido extender la mano a los sectores de la población que no han participado en los comicios, tras años de crisis económica y de una enorme represión social, sobre todo tras la ola de protestas de 2022 por el asesinato de la joven Mahsa Aminí a manos de la Policía de la moral por llevar el velo islámico puesto “incorrectamente”.

Futuro incierto

A diferencia de Jalilí, que apostaba por estrechar relaciones con Rusia China, durante la campaña, Pezeshkian se mostró partidario de rebajar las tensiones con Europa y Estados Unidos, y restablecer parte de los lazos que se han roto durante los últimos años, sobre todo durante la presidencia de Raisí y tras la ruptura unilateral de Donald Trump —cuando el magnate era presidente de EEUU— del acuerdo nuclear iraní

De hecho, Pezeshkian ha asegurado en las últimas semanas que buscará revivir el pacto durante su presidencia, algo que se prevé complicado. En Irán, la figura del presidente carece de poder real, y aunque puede marcar el tono de las políticas gubernamentales, quien decide la dirección y el fondo de todas las decisiones importantes no es el presidente sino el líder supremo. 

Quien decidirá sobre las alianzas internacionales de la República Islámica —y sobre la represión a la población local y sobre todo a las mujeres— no será Pezeshkian sino Jameneí. El líder supremo iraní es también el guía de la facción ultraconservadora y radical dentro de las esferas de poder en Teherán. 

Os extiendo la mano a todos. Juro por mi honor que no os dejaré solos en este camino que empezamos este sábado —ha dicho Pezeshkian, que jurará su cargo la semana que viene, a sus seguidores—. No me dejéis solo”.