Elecciones del 9 de junio

El Parlamento Europeo termina el mandato con un centenar de leyes en el limbo

La nueva conferencia de presidentes que se forme tras las elecciones del 9 de junio tendrá la última palabra sobre la continuidad de las 119 propuestas legislativas que han quedado en el tintero

Imagen del Parlamento europeo en Estrasburgo.

Imagen del Parlamento europeo en Estrasburgo. / Álex Flores - Europa Press - Archivo

Silvia Martínez

Cuando en España termina una legislatura y se disuelven las Cortes, decenas de proyectos, proposiciones de ley o mociones a medio redactar terminan directamente en la papelera y sus promotores, si quieren retomar el asunto, están obligados a empezar de cero. No es el caso del Parlamento Europeo, donde todos los proyectos en tramitación quedan en una especie de limbo a la espera de que la nueva mayoría europarlamentaria decida si dar continuidad --como es lo habitual-- al asunto. En total, esta legislatura son 119 propuestas legislativas las que han quedado en el tintero y, cuyo futuro y contenido, dependerá de la voluntad y el color político del nuevo Parlamento Europeo que salga de las urnas el próximo 9 de junio.

La IX legislatura, que echó la persiana a finales de abril en Estrasburgo, ha sido particularmente compleja, con una pandemia de coronavirus y una guerra de Rusia en Ucrania que han marcado profundamente la labor política y legislativa europea. Globalmente ha sido un mandato particularmente intenso que ha dejado un espectacular balance de 871 actos legislativos aprobados, 2.335 en total si se incluyen actos no legislativos y resoluciones. Algunas leyes de calado, como la reforma de las reglas fiscales para controlar la deuda y el déficit público, el Pacto Verde europeo para avanzar hacia la neutralidad climática en 2050 o el pacto de asilo e inmigración, logrado in extremis antes de la disolución de la cámara y con el que los Veintisiete aspiran a controlar quién llega y quién se queda en Europa. “Con el riesgo de la extrema derecha se ha hecho un esfuerzo extra para que no quedara nada pendiente de lo importante”, afirman fuentes de la casa.

Otros expedientes, sin embargo, no han tenido tanta suerte, bien porque la Comisión Europea --que tiene el derecho de iniciativa-- ha presentado tarde la propuesta, bien porque la iniciativa ha chocado con el muro de los gobiernos en el Consejo. “La agenda legislativa de esta comisión ha sido muy cuantiosa, y ciertamente es probable que las nuevas mayorías afecten a la posición del nuevo Parlamento. Ya lo hemos visto en temas como la legislación de pesticidas, que ha mostrado un cambio de actitud de la Eurocámara ante ciertas regulaciones del Pacto Verde” o con “la ley de restauración de la naturaleza, que ha sido vetada en último momento en el Consejo”, explica el eurodiputado de C’s y candidato en las elecciones europeas, Jordi Cañas, sobre una ley destinada a proteger la biodiversidad y recuperar los ecosistemas dañados, muy criticada por la derecha y la extrema derecha y que ha quedado, tras ser aprobada por una ajustada mayoría en la Eurocámara, bloqueada en la mesa del Consejo.

A medio tramitar

Según el balance de la Eurocámara, de las 119 propuestas legislativas pendientes, 52 corresponden a expedientes que ya han sido aprobados en primera lectura, aunque permanecen a la espera de que se cierre un acuerdo con los Estados miembros. Según el Tratado, todas las propuestas que han llegado a pleno y han sido votadas, sea en primera lectura o en segunda, seguirán siendo jurídicamente válidas en el próximo Parlamento.

No ocurre lo mismo con el resto, que caducarán a menos que el nuevo Parlamento decida continuar el trabajo. Es el caso de cuatro que han recibido el mandato del pleno de la Cámara para iniciar las negociaciones interinstitucionales con el Consejo, pero no han llegado a la fase de votación, otros 11 que solo han llegado a ser aprobados en comisión parlamentaria y están a la espera de un voto en el pleno, cuatro que seguían a finales de abril tramitándose en comisión y de 48 que están todavía en una fase muy preliminar de preparación, algunos incluso sin un ponente nombrado.

En manos de los grupos políticos

Lo habitual es que la nueva conferencia de presidentes que se forme en julio tras los comicios, y donde están representados los presidentes de los grupos políticos, invite a las nuevas comisiones parlamentarias a dar continuidad a todas las propuestas. “Tradicionalmente, la conferencia de presidentes decide reanudar todos los trabajos legislativos inacabados” aunque “puede haber excepciones, por ejemplo, en el caso de expedientes que han quedado obsoletos y sobre los que se espera una nueva propuesta de la Comisión o una nueva consulta del Consejo”, explican desde la Eurocámara.

En función de las prioridades políticas de la nueva mayoría parlamentaria, podría optar por pedir a la Comisión que abandone alguna propuesta legislativa o modifique una posición. En todo caso, un Europarlamento más conservador, con los dos grupos de ultraderecha --Conservadores y Reformistas Europeos (ECR) o Identidad y Democracia (ID)-- reforzados y la izquierda y los verdes debilitados, trasladará el centro de gravedad a la derecha, lo que podría traducirse en legislación más conservadora. No solo en cuanto a la agenda verde, el medio ambiente, el refuerzo de los derechos fundamentales o la política migratoria, sino también en relación a las propuestas pendientes.

Por ejemplo “el próximo Parlamento tendrá que tratar la legislación sobre bienestar animal, que ya venía con retraso de la Comisión por la crisis del campo” y “es probable que, al igual que en otras leyes medioambientales, la posición del Parlamento sea mucho más conservadora”, augura Cañas. “Si la extrema derecha, tal y como predicen, gana en estas elecciones, podría reducir las ambiciones climáticas del próximo Parlamento Europeo en las votaciones”, sostiene Susan Dennison, analista del Consejo Europeo de Relaciones Exteriores (ECFR). “Un aumento de la derecha influiría en el futuro de los esfuerzos climáticos de la UE, iniciados con el paquete de medidas Fit for 55”, coincide Luigi Scazzieri, analista del Centre for European Reform, que ve menos problemas en materia migratoria debido a la deriva impulsada desde los gobiernos desde la crisis de 2015.

“El objetivo general de la UE ha sido reducir el número de personas que llegan a sus fronteras. La Unión también ha alcanzado una serie de acuerdos con terceros países para acoger de vuelta a personas cuyas solicitudes de asilo habían sido rechazadas y para reforzar el control sobre sus propias fronteras para que, en primer lugar, menos personas pudieran llegar a Europa”, subraya. Dadas las ajustadas mayorías que se han visto en algunos expedientes esta legislatura, pese a la gran coalición centrista liderada por el PPE, parece evidente que un mayor contingente de eurodiputados ultraconservadores y de extrema derecha podría complicar todavía más la búsqueda de consensos en una cámara más polarizada.