Crisis en el país sudamericano

Las fuerzas de seguridad venezolanas rodean la embajada argentina en Caracas y se avecina un múltiple conflicto diplomático

Brasil está a cargo de la embajada argentina pero Venezuela revocó esa custodia y estrecha el cerco a su alrededor

Manifestantes con banderas venezolanas en una protesta contra el presidente, Nicolás Maduro, en Buenos Aires, Argentina.

Manifestantes con banderas venezolanas en una protesta contra el presidente, Nicolás Maduro, en Buenos Aires, Argentina. / Europa Press/Contacto/Rosana Alvarez Mullner

Abel Gilbert

Abel Gilbert

La presencia de efectivos de las fuerzas de seguridad venezolanas alrededor de la embajada argentina en Caracas, donde se encuentran asilados desde marzo pasado seis opositores a Nicolás Maduro, no solo anuncia el recrudecimiento de una crisis entre dos países sin relaciones sino el peligro de repetición de un incidente del cual todavía no se ha repuesto la región: la embestida de policías ecuatorianos en la legación diplomática mexicana en Quito para capturar al correista Jorge Glas.

Vente Venezuela (VV), el partido de María Corina Machado, ha denunciado en la noche del viernes la presencia de uniformados. La residencia se encuentra bajo protección de Brasil tras la expulsión de la misión diplomática argentina. El tenor de la crisis en ciernes se hizo evidente este sábado. El Gobierno venezolano revocó la custodia del edificio diplomático argentino a cargo de Brasil. Alegó que allí se planean "actividades terroristas e intentos de magnicidio". Por su parte, el mnisterio de Exteriores brasileño aseguró que "permanecerá con la custodia y defensa de los intereses argentinos hasta que Argentina designe a otro Estado aceptable".

La situación que se plantea alrededor de la embajada es inédita en términos políticos regionales. Caracas está enfrentada a Buenos Aires, pero, a la vez, el ultraderechista Javier Milei tiene serios problemas de convivencia con su colega Luiz Inacio Lula da Silva, quien, por su parte, ratifica el compromiso asumido ante Buenos Aires y no disimula tras los comicios venezolanos su distanciamiento de Nicolás Maduro, al punto de calificar de "decepcionante" su comportamiento.

Al interior de la legación diplomática encuentran se encuentran Magalli Meda, Pedro Urruchurtu, Omar González, Claudia Macero y Beto Villalobos. La primera dirigente denunció a través de la red social X que se encontraban a oscuras. "Estamos con la electricidad cortada y con los accesos a la sede tomados". Urruchurtu lo atribuyó a la acción del Servicio Bolivariano de Inteligencia (SEBIN) y de la Dirección de Acciones Estratégicas y Tácticas (DAET), responsables del "asedio" junto con "funcionarios encapuchados y armados". Vente Venezuela responsabilizó al Gobierno de "cualquier cosa que pueda ocurrir con (sus) compañeros".

Los seis antimaduristas se refugiaron en la embajada después de que la Fiscalía General, encabezada por Tarek William Saab, los acusara de "conspiración" y "traición a la patria", entre otros delitos. Milei, acudió de inmediato en ayuda de los opositores en medio de su disputa ideológica no solo con Caracas sino también con otros Gobiernos progresistas de la región que difieren con el Palacio de Miraflores, como el mismo Brasil. En este contexto, la administración de ultraderecha ha resuelto dar un paso más en su confrontación en las últimas horas. "Ante el agravamiento de la situación en la República Bolivariana de Venezuela a partir del 28 de julio pasado y la comisión de nuevos hechos que pueden ser considerados delitos de lesa humanidad, la República Argentina exhorta al Fiscal de la Corte Penal Internacional que solicite a la Sala de Cuestiones Preliminares el dictado de órdenes de detención contra Nicolás Maduro y otros cabecillas del régimen", explicó en X la ministra de Exteriores, Diana Mondino.

La presencia de uniformados alrededor de la embajada argentina no parece estar disociada del movimiento que hizo Buenos Aires. La amenaza de las fuerzas de seguridad venezolanas tiene el inquietante precedente ecuatoriano que todavía no ha sido saldado. México pidió la suspensión de Quito de Naciones Unidas por "haber cruzado líneas en el derecho internacional" al violar su sede diplomática. Al hacer su presentación ante el Tribunal Internacional de Justicia (TIJ), en abril pasado, el Gobierno de Andrés Manuel López Obrador reclamó al país con el cual rompió sus vínculos bilaterales que repare el "daño infligido" porque se ha sentado "un precedente desconcertante" a nivel global. Para recordar un episodio similar hay que remontarse al llamado caso "Rehenes en Teherán", de 1979, cuando, tras la revolución islámica en Irán la embajada de Estados Unidos fue asaltada por un grupo de estudiantes y seguidores del ayatolá Jomeiní que luego secuestró a 90 personas durante 444 días.

Los argumentos que ofreció en su momento la administración de Daniel Noboa para llevarse por la fuerza a Glas reverberan en las explicaciones del Estado venezolano, y ese es el motivo de preocupación por las derivaciones de la crisis que enfrenta especialmente a Maduro y Milei

La situación de González Urrutia

El "asedio" a la embajada argentina, como lo calificó el antimadurismo, tiene otro telón de fondo y está relacionado con la situación de Edmundo González Urrutia, el candidato de la Plataforma de Unidad Democrática (PUD) en los comicios del 28 de julio cuya victoria fue acreditada oficialmente al actual gobernante pese a las impugnaciones opositoras. Saab ratificó horas atrás la orden de captura contra González Urrutia por su negativa a comparecer ante el fiscal luego de tres citaciones en el marco de una causa abierta por la presunta comisión de delitos electorales. Su abogado José Vicente Haro descartó que se presente ante el Ministerio Público por dos razones: se lo inculpa de delitos "con los que no tiene nada que ver" y, además, "no existen garantías de debido proceso". El letrado cuestionó a Saab porque "en lugar de crear confianza y garantías para él y para la opinión pública nacional e internacional, lo que se hizo fue sumarle más delitos". Haro aseguró que, a pesar del hostigamiento, González Urrutia no tiene previsto exiliarse en otro país.

La posición de Pedro Sánchez

El jefe de Gobierno Pedro Sánchez, calificó este sábado de "héroe" al abanderado de la PUD y aseguró que "España no (lo)". Remarcó que entre los objetivos de su política exterior se encuentran "la seguridad y la integridad de activistas, periodistas y líderes políticos, estén donde estén, en Rusia, Palestina o Venezuela". La portavoz Pilar Alegría había rechazado el pasado martes "cualquier intento de cercenar" los derechos fundamentales de los venezolanos.