Gobierno de ultraderecha

Milei disciplina a gran parte de las provincias argentinas y firma con sus gobernadores un "pacto de unidad"

El anarco capitalista consiguió después de meses de gestiones furtivas que gobernadores de 18 de las 24 provincias argentinas le obsequiaran la foto que tanto buscaba y que puso en escena un acuerdo fundacional que se llama el "Pacto de Mayo"

El presidente argentino, Javier Milei, firma el Pacto de Mayo, este martes en Tucumán.

El presidente argentino, Javier Milei, firma el Pacto de Mayo, este martes en Tucumán. / EFE

Abel Gilbert

"Nos enfrentamos a problemas de proporciones bíblicas. Bajar drásticamente el peso del Estado en nuestra economía es nuestra misión más importante y más difícil". En medio de una noche glacial, bajo un despliegue de seguridad que hizo recordar tiempos oscuros, el presidente Javier Milei se anotó otra victoria política. El anarco capitalista consiguió después de meses de gestiones furtivas que gobernadores de 18 de las 24 provincias argentinas le obsequiaran la foto que tanto buscaba y que puso en escena un acuerdo fundacional que se llama el "Pacto de Mayo" aunque fuera suscrito en julio. El acuerdo, con sus módicas imágenes de consenso, no hace más que darle un nuevo barniz a la Ley Bases que aprobó el Congreso semanas atrás y le otorga a Milei facultades excepcionales para desguazar el Estado y promover cambios estructurales en la economía y la sociedad, desde las normativas laborales y represivas hasta ambientales. 

Para la ultraderecha, que llegó al poder de modo inesperado, fruto de una crisis histórica de representación política que hundió a los principales partidos, en especial al peronismo, el "Pacto de Mayo", suscrito en la norteña provincia de Tucumán, pone en marcha la segunda fase de una administración que, como ha reiterado Milei, intenta reconfigurar profundamente este país que tiene 55,5% de pobres y enfrenta una severa recesión.

"Una foto magra", dijo el diario capitalino ´Ámbito Financiero` sobre lo ocurrido a unos 1250 kilómetros de la ciudad de Buenos Aires, en el marco del Día de la Independencia. El llamado al consenso fue limitado. Solo participaron de la ceremonia los expresidentes Mauricio Macri y Adolfo Rodríguez Saá. Este último solo permanenció en el cargo siete días durante la convulsión social y económica de diciembre de 2001. No estuvieron el gobernador de Buenos Aires, Axel Kicillof, la provincia más importante de Argentina donde reside el 40% del padrón electoral. "El único pacto que aceptamos es el que defiende el federalismo, la industria, el trabajo y los recursos nacionales, el que garantiza los derechos y el bienestar de los bonaerenses. Eso es luchar hoy por nuestra independencia: trabajar por una Patria justa, libre y soberana donde todos puedan construir su futuro".

Tampoco viajaron a Tucumán los integrantes del Tribunal Supremo ni la vicepresidenta, Victoria Villarruel, siempre objeto de especulaciones sobre su relación compleja con el mandatario. Era previsible que se abstuvieran de sumarse a los pequeños fastos tucumanos los expresidentes Cristina Fernández de Kirchner y Alberto Fernández. Este último le envió una carta a Milei para explicarle las razones de la deserción. El antecesor del libertario consideró inadmisible acompañar a un presidente que se considera un "topo" que quiere "destruir" al Estado desde sus entrañas. "Semejante afirmación deja al descubierto su objetivo de atentar contra las reglas que emanan de la Constitución Nacional en tanto ella no es otra cosa que el consenso social y político que en su momento dio vida al Estado en el que vivimos. En consecuencia, si usted busca 'destruir' el Estado inexorablemente busca también quebrantar los mandatos constitucionales en los cuales aquél se fundamenta".

Cambio de época

Milei pasó por alto las ausencias. Subido a un banco de madera, para dar la impresión de ser más alto que sus acompañantes, resaltó la presencia de aquellos que lo acompañan en su tarea de refundación. Por orden de la secretaría de la Presidencia, que maneja Karina Milei, todos tuvieron que vestir de un negro riguroso. Y así lo hicieron. "Que esto sea posible hoy es sin duda símbolo de un cambio de época", dijo el presidente. El acto no tuvo público. Se realizó, según la lengua estatal, plasmada en el texto del pacto, "bajo la mirada del Eterno". Los que intentaron protestar en las inmediaciones de la Casa de Tucumán, donde en 1813 se formalizó la independencia de España, fueron repelidos a bastonazos. La relación que Milei tiene con la sociedad es a través de las pantallas de ordenadores y teléfonos que resumen sus principales frases. "Les prometo que vamos a vivir en un país sin inflación por el resto de nuestras vidas", dijo. El primer semestre de su mandato acumula casi un 90% de aumento del costo de la vida y todo puede ser más difícil porque el precio del dólar se ha desatado en el mercado informal.

El anarco capitalista hizo referencia a los padecimientos colectivos, pero invitó otra vez a los argentinos a confiar en las soluciones que propone. "Los puntos de quiebre en la historia de una Nación no son momentos de paz y tranquilidad, son momentos de dificultad y conflicto, donde todo parece cuesta arriba. Son momentos en los que el abismo se hace tan claro que el cambio se convierte en una obligación y una urgencia".

Ejercicio del poder

Los analistas coinciden en señalar que, más allá de las reconocidas excentricidades del ultraderechista y su propensión al conflicto con sus pares de la región y España, ha logrado disciplinar a buena parte de lo que suele llamar la "casta". Lo que ocurrió en el Congreso con la Ley Bases se replica en la relación con provincias que deberían pertenecer al arco opositor. Esos distritos no pueden rebelarse a Buenos Aires porque necesitan dinero para pagar salarios y el funcionamiento de la administración en general. Milei les recordó no obstante que no podrán evitar el ajuste draconiano que propone. "El 44% del gasto del Estado corresponde a las provincias y los municipios. Por cada empleado nacional hay cinco provinciales. Llegar a un peso del Estado razonable de 25 puntos del PIB requiere que todos los niveles del Estado hagan su parte"

El mandatario dijo no tener "rencores". Sostuvo que aquellas autoridades que desistieron de viajar a Tucumán lo hicieron por razones "ideológicas" y en defensa de sus "privilegios". Pero es la "ideología" el motor de sus acciones y discursos. Y por eso, al concluir su alocución, lanzó una diatriba a los ambientalistas y los sectores que están espantados por el rechazo argentino a los Acuerdos de París. Milei pidió a sus invitados apoyo para "explotar los recursos naturales que Dios nos ha dado" y no escuchar "las demandas de minorías ruidosas" que rechazan la deforestación y el extractivismo. El presidente prosigue este martes los festejos en la capital, esta vez al lado de las Fuerzas Armadas. El desfile militar busca recuperar la pompa de los años en que los uniformados ocupaban el poder.