Elecciones en Francia

Macron: ascenso, revolución y la lucha contra un final a destiempo

El presidente francés ha tenido que enfrentar importantes desafíos en su segundo quinquenio

Emmanuel Macron

Emmanuel Macron / Europa Press/Contacto/Matthieu Mirville

Leticia Fuentes

Con tan solo 39 años, Emmanuel Macron se convirtió en el presidente más joven de Francia. Sus allegados le describen, como "un político moderno que no le gusta su época", pero también como una persona con una ambición desmedida y con cierta soberbia, que en ocasiones le han alejado de sus conciudadanos.

"Estoy seguro de que si cruzo la calle, le encuentro trabajo", le dijo el mandatario a un joven en paro durante un acto. Este gesto ayudó a dibujar el futuro de un político que soñaba con aparecer en los libros de historia como uno de los mejores presidentes de Francia y que jamás imaginó que podría aparecer por abrirle las puertas del poder a la extrema derecha

Macron ha tenido que enfrentar importantes desafíos en su segundo quinquenio, como la guerra de Ucrania o las protestas de su controvertida reforma de las pensiones que le llevaron a sus índices más bajos de popularidad. Un presidente que llegó como la gran promesa, que pudo ser y no fue.

Acto I. Su llegada

"Me vino a ver, cuando era un joven inspector de finanzas, y le pregunté: '¿Cómo te ves en 20 años?'. Macron respondió: 'Seré presidente'. Me quedé helado", explicó durante una entrevista su primer asesor, Alain Minc. Tras sus primeros años como inspector de Hacienda, el hoy dirigente centrista da el salto y ficha por Rothschild & Cie, uno de los grupos de asesoría financiera más grandes del mundo. 

Un par de años más tarde, con tan solo 30 años, se convierte en el socio más joven de la compañía. Un cargo que le ayudará a establecer contactos y a escalar socialmente entre la 'jet set' francesa, para pasar de la banca al Ministerio de Economía. 

Su papel como ministro, bajo el mandato de François Hollande, estuvo marcado por importantes proyectos, como la conocida como "Ley Macron", diseñada para liberar ciertos sectores, y otras iniciativas que modernizaron la economía y las infraestructuras del país. 

Aunque, para Macron ser ministro no era suficiente, y sus allegados sabían que la ambición del joven iba más allá. "Si te presentaras a la presidencia, yo votaría por ti", le dijo una conocida a Macron en un encuentro. Dicho y hecho. Unos meses más tarde, en 2016, Emmanuel le envía un mensaje de texto a Hollande: "Mañana anuncio mi candidatura". El presidente socialista jamás respondió.

En 2017, Macron gana las elecciones presidenciales derrotando a la extrema derecha de Marine Le Pen con el 66,1% de los votos.

El joven presidente llega al Palacio del Elíseo con la promesa de cambiar Francia y la Unión Europea (UE), y con una alta popularidad que roza el 52%. 

Sus impopulares reformas, pero "necesarias", según el presidente, provocaron una de las mayores crisis sociales de Francia de los últimos años. Su reforma del mercado laboral que facilitaba la contratación y el despido de trabajadores, la reducción del poder de los sindicatos en las negociaciones laborales, o la eliminación de los impuestos de las grandes fortunas, hicieron estallar la revuelta de los chalecos amarillos que duró meses, y que provocó importantes enfrentamientos entre manifestantes y policías. En la calle, sus políticas económicas y sociales eran percibidas como clasistas y ventajosas para los ricos. 

A esto se suma, el proyecto de la reforma de las pensiones y la llegada de la pandemia del covid, que agudizaron aún más los problemas de Francia y que provocaron una caída de la popularidad del presidente, quien mantenía una firme postura sobre una reforma integral del sistema de pensiones para hacer de Francia "un país solvente".

Acto II. La revolución

En abril de 2022, a pesar de un final de primer quinquenio complicado, Macron es reelegido derrotando de nuevo a Le Pen en la segunda vuelta, pero esta vez con menos apoyos, con el 58,5% de los votos. Esa noche electoral, a diferencia de la primera, no hubo una gran fiesta, ni un gran baile. Es la última vez que Macron puede presentarse como presidente, y en estos próximos cinco años, no solo empieza una nueva carrera presidencial llena de desafíos por recuperar su popularidad, sino también empieza su futura carrera tras el Elíseo.

Lo que jamás imaginó es que lo peor estaba por llegar. La guerra de Ucrania pondría entre las cuerdas a su Gobierno. La inflación y la pérdida de poder adquisitivo de los franceses volvían a sacar a las calles a miles de ciudadanos, especialmente, tras aprobarse la polémica reforma de las pensiones, que aumentó la edad de jubilación de 62 a 64 años, y la ley de inmigración.

Sin mayoría absoluta en la Asamblea Nacional y con impopulares reformas sobre la mesa e importantes recortes de 10.000 millones de euros para reducir el déficit público del país situado en un 5,5%, la legislatura se complica para el macronismo, y pasa a ser el gobierno con más 'decretazos' en la história de Francia. 

La pérdida de calidad de vida y el aumento de la inseguridad hacen que los primeros sondeos empiecen a dar a la extrema derecha una posible victoria en las elecciones europeas. El presidente sigue cayendo en las encuestas, situándose en un 26%.

Acto III. Su declive

Llegan las elecciones europeas y los sondeos no fallan. La extrema derecha cosecha una victoria histórica. Esa misma noche, Macron decide disolver la Asamblea Nacional y convocar elecciones legislativas: "No puedo hacer como si no hubiera pasado nada", afirmó el presidente. 

Una decisión inesperada y criticada, aunque según el padre del presidente no fue improvisada. A la complicada situación se suma la traición de los suyos. Aquellos que fueron gracias a Macron y que ahora se desdicen y rechazan públicamente sus decisiones: "Es el presidente quien ha matado la mayoría presidencial", decía su ex primer ministro Édouard Philippe. Unas declaraciones que sorprendieron y que ocuparon los principales titulares del país. 

Este domingo, 49 millones de franceses están llamados a las urnas para votar en una segunda vuelta que podría ser histórica. Los últimos sondeos dan una mayoría relativa a la extrema derecha con entre 175 y 205 escaños; muy cerca se situaría el Nuevo Frente Popular, con 145-175, y en tercera lugar, la mayoría presidencial, con 118-148. 

Para la extrema derecha esta victoria supondría un paso más hacia el Palacio del Elíseo, pero para Macron podría ser el principio del fin de la era macronista, con una legislatura en cohabitación con un primer ministro de extrema derecha, o mucho peor, aunque menos probable, su salida antes de tiempo de la presidencia.

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