Elecciones legislativas

Macron acusa a Reagrupación Nacional y a La Francia Insumisa de querer llevar al país a una "guerra civil"

Los expertos han aconsejado al presidente ser más prudente con las palabras y evitar utilizar el "alarmismo social" como un arma electoral

Emmanuel Macron.

Emmanuel Macron. / EP

Leticia Fuentes

A cinco días de la primera vuelta de las elecciones legislativas adelantadas en Francia, los partidos continúan trabajando en su campaña exprés. También, el presidente Emmanuel Macron, a cuyo partido los sondeos dan un 20% de intención de voto, quedando en tercer lugar por detrás de la Reagrupación Nacional (RN) de Marine Le Pen (36%) y la coalición de izquierdas (socialistas, La Francia Insumisa de Jean-Luc Mélenchon, ecologistas y comunistas) organizada en el Nuevo Frente Popular (27%), y con muy pocas posibilidades de salir fortalecido de estos comicios.

Este lunes, el presidente fue invitado al podcast 'Génération Do It Yourself', donde una vez más se refirió a las dos fuerzas con más intención de voto (RN y La Francia Insumisa), como "los dos extremos", y consideró que sus programas conducirán al país "a la guerra civil". Unas declaraciones que no han sentado nada bien y que este martes se han convertido en el centro de todas las tertulias. 

"Hace unas semanas estábamos al borde de una guerra civil en Nueva Caledonia y no se disolvió la Asamblea, ¿y ahora sí?", ha criticado el editorialista político de BFMTV, Laurent Neumann. Fuera de las pantallas, en la calle, censuran a Macron por "dramatizar con el peligro", explica a El Periódico, del grupo Prensa Ibérica, un vecino del distrito 8 de París. 

"La respuesta de la extrema derecha (en términos de inseguridad), devuelve a la gente a una religión o a un origen, por eso divide y empuja a la guerra civil (...). Los 'rebeldes' (La Francia Insumisa) ofrecen una forma de comunitarismo poco electoral, que detrás de eso también está la guerra civil detrás", afirmó el presidente durante la charla en el podcast, en el que aseguró que ha entendido "el mensaje de los franceses".

"Está desesperado y ya dice cualquier tontería", comentan unos jóvenes parisinos. La popularidad de Macron se encuentra en sus momentos más bajos. Según las encuestas, solo un 26%-27% de la población cree que es un buen presidente, y a pesar de que se esfuerza por recuperar la confianza de la población con intervenciones en televisión, cartas abiertas en redes o visitas estratégicas, muchos consideran que ya es demasiado tarde. 

La responsabilidad de los franceses

Los expertos han aconsejado al presidente ser más prudente con las palabras y evitar utilizar el "alarmismo social" como un arma electoral. "Si estamos ante una posible guerra civil, ¿por qué convocar elecciones ahora?", se pregunta la periodista experta en política Neila Latrous.  

El primer ministro, Gabriel Attal, evita utilizar esos términos tan contundentes, pero sigue la línea de su lídera al acusar a Reagrupación Nacional y a La Francia Insumisa de tener "el odio como combustible" y asegurar que "la victoria de los extremos, de la extrema derecha, liberaría impulsos y podría incluso conducir a la violencia". 

Igualmente se ha sumado al discurso del miedo el ministro del Interior, Gérald Darmanin, quién ha expresado su "inquietud" por "posibles alteraciones del orden público" en las noches electorales.

Pero a pesar de los comentarios alarmantes del macronismo, la violencia no ha brotado en Francia. Al menos, por el momento. Las manifestaciones multitudinarias que se esperaban durante toda esta campaña contra la extrema derecha se redujeron a solo un día, el 15 de junio, cuando los sindicatos organizaron concentraciones por todo el país. Las movilizaciones de la izquierda no están siendo un factor determinante en esta campaña, a diferencia de las que se produjeron en 2002 contra Jean Marie Le Pen, padre de Marine Le Pen, cuando llegó a la segunda vuelta en las elecciones presidenciales. 

"Cuando estamos hartos de todo, cuando la vida cotidiana es dura, podemos caer en la tentación de extremos que tienen soluciones más rápidas. Pero la solución nunca estará en el rechazo del otro", añadió Macron en su última intervención, reconociendo el hartazgo del pueblo francés ante la pérdida de poder adquisitivo y los problemas crecientes de inseguridad. Ambos temas son claves para los franceses en estas elecciones legislativas. 

Hay quienes critican la sobreexposición mediática del presidente. Sin embargo, su entorno defiende que está "en su lugar, respondiendo a las preguntas de los franceses", informa AFP. Según una fuente próxima a Macron, "quienes lo critican por hablar hoy, lo acusarían de esconderse si no lo hiciera".