Cumbre en Apulia

Los líderes del G7 debaten entregar a Ucrania una parte de los activos rusos congelados

Italia despliega a 7.000 agentes, corta calles y restringe incluso los baños en Apulia, la sede de la reunión, una región alejada de los centros de poder en el país

Los líderes del G7 visitan el Memorial Park para las víctimas de la bomba atómica en Hiroshima, entre protestas

Los líderes del G7 visitan el Memorial Park para las víctimas de la bomba atómica en Hiroshima, entre protestas

Irene Savio

La aletargada región de Apulia, tan distante habitualmente incluso de los centros del poder italiano, ha asistido en estos días con cierto fastidio a los preparativos para el desembarco de líderes mundiales que se aprestan a participar a la gran cumbre anual del Grupo de los Siete (G7). 

El despliegue, como ya es habitual en reuniones de este tipo, ha sido de una espectacularidad cinematográfica. Antes incluso que llegaran los mandatarios, decenas de calles han sido cortadas, se han prohibido los baños en el mar y restringido los accesos en una amplia zona entre las ciudades de Brindisi y Bari, el sitio elegido por la primera ministra italiana y presidenta de turno del bloque, Giorgia Meloni, para impresionar a sus colegas.

Más de 7.000 agentes —entre ellos, policías, militares, buzos y funcionarios de inteligencia— que han costado al menos 25,7 millones de euros según fuentes italianas velarán sobre los líderes y sus delegaciones en los tres días (a partir de este jueves) de su estancia. Al llegar, también ellos descubrirán una de las peculiaridades logísticas de la reunión: los 1.600 periodistas acreditados han sido instalados en un centro de prensa a más de 60 kilómetros de distancia de Borgo Egnazia, sin que ninguna queja de los cronistas suscitara por ahora particulares sobresaltos de la organización. Se desconoce, por el momento, cómo y cuándo unos y otros podrán verse las caras, ya que la presidencia italiana mantiene cierto secretismo incluso sobre las ruedas de prensa. 

En cualquier caso, el pistoletazo de salida del programa público será a las once de la mañana del jueves con una discusión sobre África, cambio climático y desarrollo. La conversación luego se deslizará hacia la guerra de Israel en Gaza antes de dos sesiones dedicadas a Ucrania, para luego continuar con un debate el viernes sobre inmigración, Asia (léase China) y seguridad económica a la espera de la llegada de los 12 países invitados, las 5 organizaciones internacionales (ONU, FMI, …) y el papa Francisco. Este último, que acude para hablar de Inteligencia Artificial, dijo ya el martes que “6 o 7” líderes le han pedido cita.

Rusia y China, las ausencias

Dos grandes países también estarán sin estar: China y Rusia. Lo de los rusos es ya conocido: lo que se espera es que el G7 alcance finalmente un acuerdo para entregar a Ucrania al menos una parte de los activos rusos congelados por las sanciones; fuentes europeas explicaban esta semana que la cifra que se está barajando sería mayúscula: alrededor de 50.000 millones de dólares. En cambio, lo de China se anuncia más complicado: uno de los principales temas sobre la mesa de las potencias del bloque es la sobreproducción china, es decir, cómo frenarla.  

Otros motivos también pueden hacer descarrilar la cumbre. Uno es Javier Milei, el presidente argentino que, además, coincidirá con una de sus antítesis, el brasileño Luis Inácio Lula de Silva.

Así y todo, estas inquietudes puede que sean totalmente desconocidas para la población local. En bares y cafeterías de Bari, la noticia que más se oye en estos días es sobre las elecciones del pasado fin de semana que, además de europeas, aquí también han sido municipales. La razón es que la ciudad tendrá que seguir un tiempo más sin alcalde; el resultado electoral exige un segundo turno. 

La población autóctona sigue, por lo demás, su vida totalmente normal, lo que en cierta forma también choca con la exaltación mediática que el evento está provocando. Un ejemplo de ello ha sido el del corresponsal del Times que, movido por cierto espíritu de competitividad, se desplazó hasta Borgo Egnazia y allí descubrió que años atrás fue Madonna la primera en atraer hasta ese lugar a numerosos Vips. Desde entonces, Justin Timberlake, David y Victoria Beckham, Chiara Ferragni e incluso Tom Hanks, se han alojado en el lugar que ahora ha sido destinado al G7. 

No es la única peculiaridad del sitio en cuestión: otro aspecto curioso que se ha conocido es que la ciudadela en la que se ubica el 'resort' de lujo es completamente artificial y hasta el año 2010 no existía. La levantaron en estos años, inspirándose en los (reales) pueblos que rodean Borgo Egnazia.