Ultraderecha

Le Pen quiere el Gobierno de Francia, pero un cordón sanitario en las "triangulares" pretende impedírselo

Tanto la coalición de izquierdas como parte de los macronistas pretenden concentrar el voto retirando al tercero en discordia en muchas circunscripciones

Manifestación en París contra la victoria de la ultraderecha francesa

Manifestación en París contra la victoria de la ultraderecha francesa / Antonio Torres

Mario Saavedra

Los ánimos en el centro y la izquierda de Francia están por los suelos. El éxito electoral de Reagrupamiento Nacional (RN) ha dejado a los de Marine Le Pen a las puertas de conseguir una mayoría absoluta para formar el primer gobierno de ultraderecha de la V República. Un hecho inédito que podría consumarse este domingo. O no. RN tiene enfrente al Nuevo Frente Popular y a parte de Juntos, la coalición liderada por los de Emmanuel Macron, que tratan de esbozar un plan para evitar que los ultras obtengan los 289 diputados que les permitirían investir a Jordan Bardella, el joven delfín de Le Pen, como primer ministro. Se trata de imponer una suerte de cordón sanitario o “frente republicano”. Un plan muy complejo y lleno de variables.

Para comprenderlo, primero hay que entender el funcionamiento del sistema de doble vuelta de las legislativas en Francia, en las que se elige la composición de la Asamblea Nacional. En realidad, es como si se tratara de 577 elecciones, una por cada circunscripción o delimitación territorial. La primera vuelta se celebró este domingo y la segunda y definitiva, el que viene. 

Tomemos como ejemplo el departamento de Ain, un precioso territorio en los Alpes junto a la frontera de Suiza habitado por 630.000 franceses. En el segundo distrito de Ain se elige un diputado. La mayoría de los votos se los ha llevado el candidato de RN Andréa Kotarac (39%), seguido de Romain Daubié (24%), de Juntos. En tercer lugar ha quedado Maxime Meyer, de Nuevo Frente Popular, con el 23% de los votos. El próximo domingo, los 73.436 electores de ese distrito de Ain volverán a ser convocados a las urnas, y deberán elegir entre esos tres en una segunda vuelta. El resto no han alcanzado el 12,5% del mínimo para pasar. 

Esa terna de candidatos se llama una “triangular”. Estas han sido las elecciones con más “triangulares” de la historia: 306 de 577. Ese término está en el epicentro de la política francesa del momento, porque ahí es donde los quieren actuar los que quieren evitar que la ultraderecha llegue al Gobierno. Se trata de que uno de los tres candidatos, el que menos votos se haya llevado, abandone para concentrar el voto y derrotar al candidato de Reagrupamiento Nacional. 

El Nuevo Frente Popular ha pedido a todos sus candidatos que estén en el último puesto de las triangulares que se retiren (desistimiento). Así, los electores solo podrán votar a las otras dos opciones y el voto se concentrará en la opción anti-Le Pen. 

En ese caso de estudio de Ain, si todos vuelven a votar, ganaría el escaño el candidato de la coalición de Macron, con un 47% de los votos frente a un 39% del de Le Pen. Un diputado menos para la ultraderecha en la Asamblea Nacional gracias al cordón sanitario. 

El partido de Macron también ha apuntado en la misma dirección, aunque con matices. En su comparecencia desde la sede de Gobierno, el primer ministro macronista, Gabriel Attal, pidió el “desistimiento de nuestros candidatos cuyo mantenimiento en tercera posición podría hacer elegir a un diputado del Reagrupamiento Nacional ante otro candidato que defiende como nosotros los valores de la República”.  

Si esto se cumple, las cosas se ponen difíciles para los de Le Pen

De las 306 “triangulares” y cinco “cuadrangulares”, en las que el cordón sanitario puede concentrar el voto retirando uno o dos candidatos, ya han anunciado que se retiran los terceros de 166 circunscripciones, tanto del Nuevo Frente Popular como de Juntos, según un seguimiento de Le Monde. Un duro golpe a las aspiraciones de Reagrupamiento Nacional. Los otros 140 tienen para decidirlo hasta este martes a las 18:00, cuando se presentan las inscripciones. 

El resto de los escaños se reparten en 190 “duelos”, de los que en 141 hay un candidato de ultraderecha. Y otros 76 diputados ya han sido elegidos sin necesidad de segunda vuelta por superar el 50%, de los cuales 39 son de Reagrupamiento Nacional. 

Dudas sobre el “frente republicano”

La situación es endiablada y hacer pronósticos con tantísimas variables, casi imposible. “Nunca antes en las elecciones de la Francia moderna habíamos tenido tantas ‘triangulares’, y el resultado es casi imposible de predecir por muchos factores: primero, porque hay lugares donde el primero es del RN, el segundo del NFP y el tercero, centrista. ¿Va a votar este último a la izquierda?”, apunta en conversación con este diario Francis Ghilès, investigador sénior asociado del think tank Cidob, en conversación con este diario. “Además, hay muchas cuestiones personales, diputados que pueden no querer dejarlo o que tienen fuertes raíces locales. Y también puede ocurrir que los votantes pueden no seguir la consigna de voto”. 

No está claro que el cordón sanitario se aplique en todos los casos. Édouard Philippe, el líder de uno de los partidos de la coalición Juntos liderada por Macron, se niega a apoyar candidatos del partido de izquierda radical La Francia Insumisa, de Jean-Luc Mélenchon. El centrista François Bayrou dice que hay que estudiarlo caso por caso. Y luego está la cuestión de qué decidirán los electores. No basta con que los partidos decidan quitar a su candidato y den así una consigna de voto contra los de Le Pen. Ellos son soberanos con su voto.

“¿Qué puede pensar el elector de derechas medio que tenga que elegir entre Reagrupamiento Nacional o el Nuevo Frente Popular? Quizá diga: prefiero votar a la extrema derecha de Le Pen, porque ella ya ha hecho un esfuerzo para normalizarse y porque si consiguen el Gobierno se impondrá una cohabitación y el presidente Macron podrá frenar los excesos de esa extrema derecha”, opina en conversación con El Periódico de España, de Prensa Ibérica, el analista francés Frédéric Mertens de Wilmars, profesor de Relaciones Internacionales en la Universidad Europea. “Hay que tener en cuenta que la extrema izquierda ha amenazado con salir a las calles y eso puede provocar, para retomar la expresión de Macron, ‘una guerra civil’”. 

“Muerte a cámara lenta de la V República”

Casi todos los escenarios posibles que salgan de las urnas del próximo domingo suponen una convulsión del sistema.

Si Reagrupamiento Nacional se alza con el poder, se producirá la famosa cohabitación: Emmanuel Macron como presidente y jefe del Estado y Jordan Bardella, primer ministro y jefe de Gobierno. Ha ocurrido antes, pero la tensión puede ser enorme . 

“Marine Le Pen ya ha dicho que el presidente debe compartir la política exterior y de Defensa con Reagrupamiento Nacional. La Constitución da al presidente muchos poderes, pero si es débil, la política europea va a ser muy complicada, especialmente sobre Ucrania”, dice Ghilès. “Y luego está el tema de la inmigración, sobre el que no sabemos qué va a pasar. La derecha dura ha dicho que, si llega al poder, va a eliminar la posibilidad de acceder a la nacionalidad francesa a los hijos de personas extranjeras nacidos en Francia cuando cumplen 18 años, lo que sería una revolución jurídica”. 

Si no hay mayoría absoluta de los de Le Pen, el panorama se complica, y puede llegarse a un bloqueo institucional. Ningún analista apunta a que la izquierda pueda lograr mayoría absoluta. Así que los de Macron, terceros, deberían apoyar a un primer ministro propuesto por el Nuevo Frente Nacional. ¿Jean-Luc Mélenchon? Impensable, dicen todos los analistas. ¿Un gobierno tecnocrático para salir del paso?

“No aguantará. No lo veo funcionando hasta 2027, fecha en la que tiene que dejar Macron su cargo. No conozco un país a nivel europeo que haya tenido un gobierno tecnocrático tanto tiempo, salvo quizá Italia”, apunta Mertens. “Yo lo veo todo como una crónica de la muerte anunciada de la V República. Los franceses deben elegir entre dos extremos. Con total seguridad, Francia va a estar aún más fracturada que hace algunas semanas y vamos a tener más conflictos sociales de trasfondo político en las semanas y meses que vienen”.