INTENTO DE ASESINATO

La decisión de Trump: escalar la polarización tras su atentado o proyectar magnanimidad presidencial

“Creo que tiene incentivo para desescalar”, dice José Antonio Gurpegui | “Igual ha descubierto que la polarización tiene consecuencias”, opina Roger Senserrich

El candidato presidencial Donald Trump, ensangrentado tras un intento de asesinato.

El candidato presidencial Donald Trump, ensangrentado tras un intento de asesinato. / Associated Press/LaPresse

Mario Saavedra

Mario Saavedra

Donald Trump ya lideraba las encuestas antes del intento de asesinato sufrido este sábado. No necesitaba sufrir un atentado fallido para aparecer como un héroe, porque para sus votantes ya lo era. El republicano ya se presentaba como una víctima antes: de un (falso) complot demócrata para acabar con él judicialmente y de una (falsa) trama institucional que le habría robado las elecciones de 2020. Pero ahora tiene un motivo real para consolidar su imagen de renegado, de perseguido por el sistema: han intentado matarle. Aunque se desconocen aún los motivos tras el ataque, que está siendo investigado como terrorismo nacional, algunos congresistas y cargos republicanos ya airean teorías conspirativas que apuntan a que ha sido orden de Joe Biden o, al menos, culpa de la demonización de Trump que hacen los Demócratas. 

Pero, ¿qué hará él, el máximo líder republicano? ¿Lo usará políticamente? ¿Aprovechará para polarizar al país, como hizo en 2016 y 2020, dando pábulo a teorías conspirativas? ¿Escalará la tensión que ya carcome a Estados Unidos?

“Yo creo que tiene más incentivo para desescalar, porque va por delante y no le compensa tensar mucho, siempre que Joe Biden siga siendo el candidato”, explica a EL PERIÓDICO DE ESPAÑA José Antonio Gurpegui, catedrático de Estudios Norteamericanos y director del instituto Franklin-UAH. “Otra cosa es que finalmente los Demócratas pongan a otro candidato, que no lo descarto: entonces quizá sí haya otra escalada en la polarización”.

Donald Trump herido tras recibir un disparo en Butler, Pensilvania

Donald Trump herido tras recibir un disparo en Butler, Pensilvania / Europa Press/Contacto/Artem Priakhin

“Trump es una persona notablemente errática, que cambia de opinión según lo que haya visto por la mañana en la tele. Igual es como San Pablo cayéndose de su caballo y ha descubierto que la polarización tiene consecuencias”, opina por su parte Roger Senserrich, politólogo residente en Estados Unidos y autor de ¿Por qué se rompió Estados Unidos? Populismo y polarización en la era Trump. “Pero tampoco creo que se pueda aumentar más la polarización, porque el país ha tocado techo desde hace tiempo”. 

Trump pide "unidad" tras el atentado

De momento, los mensajes de Trump son conciliadores y aparentemente institucionales. En sus primeras palabras tras el atentado, previsiblemente aún en pleno shock y levemente herido, habló de Dios y de unidad. “En este momento, es más importante que nunca que nos mantengamos unidos y mostremos nuestro verdadero carácter como estadounidenses, manteniéndonos fuertes y decididos y no permitiendo que el mal gane", dijo en un mensaje de su red social, Truth Social. “Es como si hubiese sido Dios solo el que evitó que lo impensable pasara. No tendremos miedo, sino que nos mantendremos fuertes en nuestra fe y desafiantes frente al mal".

"Sería un desarme unilateral que los Demócratas renunciaran a recordar que Trump es un peligro para la democracia", opina Senserrich

La cuestión ahora es si el expresidente mantendrá ese tono en su discurso de aceptación de la nominación de la candidatura republicana este jueves. Él apunta en esa dirección. “Tenía preparado un discurso extremadamente duro, muy bueno, sobre esta administración corrupta y horrible, pero lo he tirado a la basura”, ha dicho este lunes al tabloide The New York Post y al diario Washington Examiner, en su primera entrevista. “Ahora quiero unir al país, aunque no sé si eso será posible, porque la gente está muy dividida”. 

Joe Biden también ha pedido unidad y rechazado la violencia política ejercida contra su contrincante. Ha comparecido públicamente tres veces en menos de 24 horas para condenar sin ambages el intento de magnicidio de su rival. También ha llamado personalmente a Trump. “Fue muy amable”, ha dicho este sobre la conversación. 

El ex presidente ya se mostró extrañamente calmado durante el primer debate presidencial, que supuso un cataclismo para su contrincante Biden. Cuando el octogenario líder empezó a balbucear frases sin sentido, el republicano se limitó a decir: “No puedo responder al presidente porque no sé lo que ha dicho, y creo que él tampoco”. Trump solo tenía que ver caer dialécticamente a su adversario y completar los entretiempos con su habitual retahíla de hechos falsos y manipulaciones, que lanzó por decenas.

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Influencia del atentado contra Trump en la campaña

De momento, Trump ha elegido al senador J.D. Vance como su vicepresidente. Poco después del atentado Vance fue uno de los primeros ultraconservadores en responsabilizar directamente a los demócratas de haberlo provocado con la retórica que presenta a Trump como una amenaza a la democracia. Es previsible que Vance vaya a representar el papel duro en la convención, dejando al expresidente y candidato una posición más elevada y presidencialista.

El impacto electoral de lo acontecido este domingo está por ver. En la historia hay casos para sostener que no tendrá consecuencias, y otros que invitan a pensar que puede cambiarlo todo. Senserrich apunta a los dos intentos de asesinato casi consecutivos del presidente Gerald Ford en 1975. “Se acabó olvidando por completo y acabó perdiendo igualmente”, recuerda. “Es cierto que Trump es un candidato muy distinto a Ford, y este Estados Unidos muy distinto al EEUU post-escándalo Watergate”, que obligó a dimitir a Richard Nixon por espiar a la oposición, argumenta el analista. 

Otros apuntan al caso de Ronald Reagan, que fue gravemente herido en otro fallido magnicidio durante el comienzo de su presidencia, en 1981. Muchos expertos apuntan a que el atentado reforzó su figura y sus opciones electorales. Y no solo eso. Le cambió personalmente y convirtió el acabar con la guerra fría en uno de sus objetivos vitales. ¿Cuál será el de Trump tras mirar cara a cara a la muerte? ¿Será el mismo hombre, o una versión más racional de sí mismo?

Nada más ser atacado, forzó que sus agentes se detuvieran un momento cuando intentaban sacarle del escenario. Aprovechó para mirar a la audiencia y gritar “lucha, lucha, lucha” con el puño apretado y una mueca de ira. Se llevó la foto del año: él, ensangrentado, herido pero no muerto, en pie bajo la bandera de Estados Unidos. 

Impacto del atentado en los Demócratas

Los sondeos se mueven bastante poco. Tras ser condenado por 34 delitos graves el 31 de mayo, Trump mantuvo casi intacta su ventaja de un punto sobre Biden. En una sociedad tan polarizada desde hace años, cada partido mantiene prietas las filas. La clave es la movilización. Por eso, un Trump menos frentista, que no promueva teorías de la conspiración, puede desincentivar a algunos simpatizantes demócratas de ir a las urnas.

El atentado ha añadido más problemas a los Demócratas. Su campaña se basaba en que Trump compromete la democracia. Han suspendido de momento los anuncios previstos porque no parece el mejor momento. 

“El problema es que la realidad objetiva es que Trump es un peligro para la democracia: se negó a aceptar las elecciones de 2020. Si los demócratas renuncian a un argumento sería un desarme unilateral. No deberían”, opina Senserrich. 

“Ahora Biden es caballo perdedor, podría no recuperarse ya. Un senador ha pedido que el fiscal actúe contra Biden como autor intelectual del atentado. Melania Trump habla de un sistema político inhumano. Imagínate toda la propaganda si sigue Joe Biden en la carrera presidencial”, opina Gurpegui. “Yo creo que la convención del mes que viene en Georgia la declararán abierta o libre, pero será una falsa convención, con un candidato sustituto pactado”. 

Quedan 113 días para el primer martes de noviembre, el día 5, en el que más de 200 millones de estadounidenses están llamados a las urnas. Al relato electoral basado en las condenas de Trump, la edad de Biden, la inflación o las guerras abiertas, hay que sumar ahora la violencia política de un país extremadamente dividido.