Elecciones EEUU 2024

¿Quién ha ganado el debate? Las claves del duelo Kamala Harris - Donald Trump

La vicepresidenta saca rédito de la intensa preparación y empuja al republicano a una actuación que hasta los conservadores reconocen fallida

Kamala Harris sale victoriosa del primer cara a cara con Donald Trump

Vídeo: Atlas News | Foto: EP

Idoya Noain

Idoya Noain

El debate que este martes mantenían en Filadelfia Kamala Harris y Donald Trump llega en un momento crucial en las elecciones de Estados Unidos, con las encuestas confirmando una igualada lucha al rojo vivo. Puede que, una vez concluido, no altere de forma profunda esa carrera, pero si uno de los dos candidatos puede darse por ganador es la vicepresidenta demócrata. 

Harris ha logrado convencer con su actuación a Taylor Swift, un auténtico fenómeno cultural, que le ha dado públicamente al fin el ansiado apoyo. Y está por ver que le sigan a la estrella global ciudadanos estadounidenses corrientes que aún están indecisos o tenían dudas, pero es más probable que ella haya conseguido arañar votantes que que lo haya logrado Trump

Kamala Harris supera el examen

Harris lleva más de dos décadas sometiéndose al dictado de las urnas, desde que por primera vez se presentó para un cargo a fiscal en California, pero este debate presidencial era su gran prueba de fuego a escala nacional, cuando puede hacer historia como la primera presidenta, y de color, de EEUU.

Señalada como demasiado cauta y precavida y pegada al guion, y por no haberse sometido más que a una entrevista televisiva desde que se supo que sería la candidata (y ninguna rueda de prensa), se cuestionaba que fuera a desempeñarse con soltura y de forma convincente, y más ante Trump, un verdadero animal mediático.

Quienes dudaron de ella la subestimaron. Ha ido creciendo conforme avanzaba el debate, aunque se ha mostrado segura desde los primeros minutos. 

Ha lanzado el mensaje que ha hecho central en su campaña de proponerse como una alternativa de cambio y generacional (tiene 59 años frente a los 78 de Trump y los 81 de Joe Biden). Y se diferenciado del presidente para quien ha sido número 2 a la vez que defendía su trabajo en la Administración.

Ante todo, Harris ha logrado provocar a Trump y ponerlo a la defensiva. Eso ha limitado algunos de los ataques que se podían esperar del republicano, que se veía acorralado en temas como el aborto y los derechos reproductivos.

Una mala noche para Trump

Cualquiera que viera el debate (el de Trump con Biden tuvo más de 51 millones de espectadores), sabe que el expresidente y candidato de los conservadores no tuvo una buena noche, dijeran lo que dijeran el propio Trump y sus aliados en la ‘spin room’ y más allá, La preocupación de los estadounidenses por los altos precios y la situación de la economía, que es uno de sus puntos fuertes para él en la carrera, solo centró la parte inicial del debate. Y conforme se sumergía más y más en la irritación, Trump desaprovechó muchas oportunidades de retomar la cuestión y usarla más contra Harris.

Sí logró repetir la idea de que Harris lleva tres años y medio en un gobierno que podría haber hecho cosas que ahora promete, o en señalarla por cambios de posiciones que ha mantenido en el pasado, y especialmente en 2019, cuando ella luchó brevemente en las primarias demócratas. Aun así, varias señales constatan su pobre actuación.

Entre esas señales está, por ejemplo, una caída de los precios de bitcoin. Comentaristas conservadores en redes sociales lo veían “desenfocado” y demasiado entregado a “bravuconadas”. E incluso en Fox News, la cadena conservadora que pone todo su peso tras él, se asumía que estuvo lejos de ser “el mejor” debate su vida, como aseguraba él. 

De “mala noche” hablaba Brit Hume, uno de los veteranos en la cadena de Rupert Murdoch. Y hasta Laura Ingraham una de las voces más trumpistas en antena, asumía que el expresidente “absolutamente desaprovechó algunas oportunidades”.

Lo que también hicieron la campaña de Trump y numerosas voces de Fox News y otros medios conservadores fue responsabilizar de esa actuación lejos de brillante a los moderadores de ABC, los presentadores David Muir y Linsey Davis, a los que acusaron de ayudar a Harris. “Fueron tres contra uno”, ha asegurado en la ‘spin room’ Danielle Alvarez, una de las portavoces del candidato republicano. 

Anzuelos y vanidad

Una de las claves del debate fue que Harris atacó a Trump en cuestiones que tocan su ego y su vanidad, como la asistencia a sus mítines. La vicepresidenta recordó parte de las excentricidades que suele mencionar en sus discursos de campaña, como que “cita a Hannibal Lecter (el protagonista de 'El silencio de los corderos') y dice que los molinos de viento causan cáncer”. “La gente se va pronto porque se aburren”, dijo la vicepresidenta.

Trump contestó inmediatamente airado. “La gente no va a sus mítines, los llevan en autobuses, les pagan por estar allí”, replicó, tratando de negar el éxito que Harris y su candidato a vicepresidente, Tim Walz, han conseguido hasta el momento en sus actos de campaña más masivos, con un entusiasmo regenerado entre los demócratas que no existía cuando Biden era el candidato y donde muchos ven ecos de lo que provocó Barack Obama en 2008.

Harris le ha sacado también de quicio en otras ocasiones, como cuando ha recordado la herencia millonaria que recibió de su padre y las seis veces en que ha puesto sus negocios bajo las protecciones de las leyes de bancarrota.

Preparación contra improvisación

Trump ha presumido de que no prepara sus debates (aunque en realidad sí que lo hace) y antes del de este martes aseguraba que todo depende de su instinto y de su capacidad de reaccionar y adaptarse a cómo se desarrolle el encuentro. Harris, en cambio, llevaba desde mayo preparándose (entonces para el que debía ser su debate vicepresidencia) y ha pasado casi una semana encerrada con su equipo en un hotel de Pittsburgh en ensayos y preparaciones. 

La diferencia ente los dos enfoques ha quedado expuesta en Filadelfia y la disciplina de Harris le ha permitido lanzar mensajes y respuestas a ataques de Trump que claramente había preparado. 

La candidata ha recordado las condenas, por lo penal y por lo civil, de Trump; ha subrayado sus vínculos con el polémico Project 2025 y ha repasado sus alabanzas a líderes autoritarios, (algo que él mismo ha evidenciado alabando profusamente a Víktor Orbán). También ha recordado con detalle el asalto al Capitolio (donde ella estaba) y, en un museo dedicado a la Constitución, le ha acusado de “despreciarla”. “Es peligroso, no está capacitado y la república no sobreviviría otro mandato”, ha dicho.

Trump, mientras, ha tenido momentos de debilidad, como cuando al ser preguntado sobre qué propuesta tendría él para la sanidad ha dicho: “tengo el concepto de un plan”, justificando que no necesita más porque, en este momento, no es presidente.

Disparates

Disparates

Otro de los problemas de Trump es que ha redoblado ante los ojos de millones de espectadores algunas de sus declaraciones más disparatadas. Especialmente destacada ha sido su propagación de un bulo (del que hasta se ha distanciado su candidato a vicepresidente, J.D. Vance) de que inmigrantes en Springfield (Ohio) “están comiéndose perros, gatos y mascotas”. 

El republicano ha incidido también en otras acusaciones estrafalarias y desacreditadas, como que los demócratas defienden “asesinar a niños después de nacer” (un extremo que, como si fuera necesario, se ha encargado de recordar que no es legal en ningún estado la moderadora).