24 años después de su huida

Fujimori se postula para volver a ser presidente de Perú en plena debacle institucional del país

Debería haber permanecido en prisión hasta 2032 por haber cometido delitos de lesa humanidad

Alberto Fujimori

Alberto Fujimori

Abel Gilbert

El desprestigio del sistema político peruano es tan profundo que el exautócrata Alberto Fujimori ha decidido que ya es tiempo de abandonar Tiktok, la red social en la que solía defender su "obra", y pelear por la presidencia en 2026 a los 86 años. El "Chino", como es conocido el ingeniero de ascendencia nipona que gobernó ese país entre 1990 y el año 2000, cuando huyó en un avión hacia Japón, abandonó en diciembre pasado la cárcel de Barbadillo, en Lima, como consecuencia de un controvertido beneficio otorgado por el Tribunal Constitucional. Había cumplido 14 de los 25 años de sentencia por su responsabilidad en graves violaciones a los derechos humanos cometidos durante su presidencia. "Mi padre y yo hemos conversado y decidido juntos que él será el candidato presidencial", dijo el pasado domingo su hija, Keiko Fujimori, quien enfrenta por estas horas un juicio oral por su papel en una "organización criminal" que recibió dinero ilegal en sus campañas proselitistas. Keiko, quien compitió tres veces en las urnas para llegar al Palacio Pizarro a través del voto, no podrá volver a ser la abanderada de Fuerza Popular, la formación de derechas que lidera desde hace más de una década. No tuvo mejor ocurrencia de postular a su progenitor, que años atrás aseguraba estar al borde de la muerte cuando pedía ser indultado por el poder ejecutivo.

El plan de los Fujimori provocó rechazo y sorpresa, por tratarse de alguien que debería haber permanecido en prisión hasta 2032 por haber cometido delitos de lesa humanidad. La 'expremier' y expresidenta del Congreso, Mirtha Vásquez, también salió al cruce de los proyectos del clan. "El fujimorismo, acostumbrado a burlar la ley, expertos en huir de la justicia, ahora anuncia que el condenado por violación a los derechos humanos y corrupción, con un indulto ilegal producto de sus engaños y componendas, va a ser candidato presidencial; no les da la gana de respetar la ley". La exprocuradora Katherine Ampuero recordó en ese sentido que "hay una prohibición constitucional que dice que cualquier persona, así sea sentenciado por cualquier delito doloso, no puede postular a un cargo de elección popular".

Sin embargo, su abogado Elio Riera aseguró este lunes que el "Chino" no tiene ningún impedimento para aspirar una vez más a manejar los hilos de Perú. "No puede ser inhabilitado ni restarle su derecho constitucional de poder postular por una ley que data de forma posterior a la sentencia, o sea, por un tema de retroactividad". El indulto, otorgado en 2018 por el presidente Pedro Pablo Kuczynski, "genera un perdón de la pena y una rehabilitación de derechos".

Razones de la crisis

La sola posibilidad de que la sociedad peruana vuelva a discutir los anhelos electorales del exautócrata no está disociada de la profunda crisis institucional y el desprestigio de todos los sucesores de Fujimori, con excepción del mandatario interino Valentín Paniagua. Alejandro Toledo, el primer jefe de Estado elegido tras la huida del 'Chino' se encuentra en la cárcel por haber recibido sobornos. Alan García, el líder aprista que tomó las riendas del Gobierno en 2006 y hasta 2011, se suicidó en 2019 antes de que la policía lo detuviera en el marco de un caso de corrupción. Ollanta Humala, quien en sus años de militar se alzó en armas contra Fujimori y venció a su hija en los comicios de 2011, también pasó por la cárcel. Kuczynski dimitió para no ser destituido. El presidente provisional, Martín Vizcarra, fue objeto de una moción de censura parlamentaria en 2020. El Congreso echó a Pedro Castillo a fines de 2022 cuando el entonces presidente intentó cerrar la legislatura.

Dina Boluarte, su reemplazante, tiene un nivel de desaprobación sin precedentes en la historia republicana de Perú. Una encuesta de la consultora Datum ha dado cuenta que solo el 5% de la población la apoya. La impopularidad de Boluarte se acentuó por el escándalo de los relojes Rolex y otras alhajas cuyo origen no pudo demostrar. El tema está en manos de la justicia y ningún analista descarta que no pueda terminar su mandato. El rechazo al papel del Congreso también es de proporciones: un 75% de los encuestados lo ve con malos ojos y corresponsable de la deriva institucional.

Cerca de cumplirse 24 años del momento en que se subió a un avión y dimitió por fax a la presidencia, Fujimori cree que su vuelta al Palacio Pizarro está lejos de ser un despropósito. "Mira, papá, si tú realmente deseas eso, yo te voy a apoyar. Yo he comenzado a hacer política contigo", dijo la hija y ex primera dama cuando era apenas una adolescente. El descrédito de la clase política alimenta esas ambiciones. Más de 30 partidos se han registrado para las próximas elecciones y otros 19 se encuentran en proceso de inscripción. "Esto es un terrible precedente y hasta premonitorio de un nuevo fracaso político de nuestra endeble democracia", señaló Richard Arce, columnista del diario 'Perú 21'. Por lo pronto, Fujimori tiene un objetivo más inmediato: aguarda que el Parlamento resuelva la reclamación de su pensión. El exautócrata asegura que no le alcanza el dinero.

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