VENEZUELA

España entra de lleno en el conflicto venezolano con el asilo a Edmundo González: “Es un final triste, pero un éxito diplomático”

El que la oposición califica de “presidente electo” aterriza en nuestro país y se une a una larga lista de disidentes, junto con Leopoldo López, Antonio Ledezma y el ex chavista Miguel Rodríguez Torres

Caracas, Venezuela, 19 de junio. El líder opositor, Edmundo Gonzalez, durante la campaña electoral para las elecciones del 28 de julio

Caracas, Venezuela, 19 de junio. El líder opositor, Edmundo Gonzalez, durante la campaña electoral para las elecciones del 28 de julio / Ariana Cubillos

La operación diplomática ha salido bien. La evolución política del movimiento es todavía una incógnita. Edmundo González Urrutia, el que para la oposición es el presidente electo de Venezuela tras haber ganado las elecciones, ha huido desde la residencia del embajador español en Caracas hacia Madrid, donde encontrará refugio como asilado político. Estará a salvo de la persecución del Fiscal General de su país, afín al Gobierno de Nicolás Maduro, que le acusa de cinco delitos por haber publicado las actas que, afirma, demostrarían el tongo electoral. 

González, de 75 años de edad, no iba a aguantar las duras condiciones a las que se somete a los presos políticos venezolanos, en el temido Helicoide de Caracas o en la cárcel de Ramo Verde en Los Teques, apuntan fuentes opositoras. Ha pedido venir a nuestro país, según ha confirmado el ministro de Exteriores, José Manuel Albares, en la red social X. Y por eso se le dará asilo: “El Gobierno de España está comprometido con los derechos políticos y la integridad física de todos los venezolanos”, ha dicho el ministro.

Edmundo González fue el candidato presidencial por la Plataforma de la Unidad Democrática, una coalición de partidos de distinta orientación política unidos por su antimadurismo y liderada por María Corina Machado, que fue inhabilitada antes de las elecciones.

Edmundo González y su esposa salen hacia España

El avión de la Fuerza Aérea Española F900 Dassault Falcon ha recogido a Edmundo González pasadas las cuatro de la madrugada hora española en el aeropuerto Internacional de Las Américas, en Punta Caucedo, República Dominicana. Ha aterrizado en Madrid a las 15:50 de la tarde de este domingo.

Junto al líder opositor ha viajado también su esposa, Mercedes López, según fuentes diplomáticas. En el vuelo les ha acompañado el secretario de Estado de Asuntos Exteriores, Diego Martínez, y en Madrid han sido recibidos por la secretaria secretaria de Estado para Iberoamérica y el Caribe, Susana Sumelzo. 

González ha estado días aguardando en la residencia del Embajador de España en Venezuela, Ramón Santos, antes de poder abandonar Venezuela. De hecho, aseguran a EL PERIÓDICO DE ESPAÑA que, cuando la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, pedía (hace seis días) que se abriera de par en par la legación española para acogerlo, González "ya estaba dentro". Otras fuentes diplomáticas hablan de hasta dos semanas escondido en la delegación.

Antes, hasta el día 5 de septiembre, se pasó cerca de un mes refugiado en la Embajada de Países Bajos en el país, según ha informado el Gobierno holandés en un comunicado, informa Europa Press.

“Un día triste” para la oposición

La oposición en el exilio en España está desolada y desconcertada. También agradecida. Algunos de los más destacados líderes prefieren no hablar, para dejar que el protagonismo del día lo tenga el que consideran su presidente electo. 

“Es un final triste. No debería haber terminado así, era un deseo popular clarísimo que fuera nuestro presidente. Por su edad y por su carrera no estaba preparado para ir a la cárcel y sufrir las experiencias que otros líderes opositores venezolanos han sufrido. Todo indicaba que iban a ser muy duros con él y su familia”, opina en conversación con este diario Leopoldo López Gil, ex eurodiputado por el PP y padre del disidente Leopoldo López, también refugiado en España. “Desde el punto de vista diplomático, es un gran triunfo para España, porque han jugado un papel como mediadores ante una situación personal. Por lo demás, la posición de España ha sido la generalizada, un tanto blanda, sin reconocerlo como presidente”.

El posible papel de José Luis Rodríguez Zapatero

El político venezolano apunta sin mencionarlo, como muchos otros, a la tarea de mediación del ex presidente, José Luis Rodríguez Zapatero. “El Gobierno de España tiene un interlocutor le facilitó información [ZP] y le dijo qué le podía esperar [a Edmundo]. Siempre ha tenido información del régimen”, asegura.

Zapatero, que estuvo presente como observador durante el proceso electoral de los comicios del pasado 28 de julio, no se ha pronunciado aún sobre los resultados. Ni validando la presunta victoria clamada por Maduro y defendida por su tribunal superior ni sumándose a la comunidad internacional, que exige las actas y duda del resultado. 

El Gobierno español y la Unión Europea han insistido prácticamente desde el principio en la necesidad de que el Gobierno de Maduro hiciera públicas las actas oficiales que probaran los resultados que aseguraban haber tenido. Caracas no solo rechazó hacerlo, sino que inició la represión violenta de los manifestantes. Ha habido al menos dos docenas de muertos y miles de detenidos, entre ellos más de 100 menores de edad. 

España, refugio de disidentes venezolanos

El final de Edmundo González recuerda al de tantos otros líderes opositores. A una Venezuela en permanente crisis política, con ciclos de violencia y represión y ciclos de negociación que ponen en un brete a la diplomacia española.

El exalcalde de Caracas, el político Antonio Ledezma, llegó a España en 2017 tras una espectacular huida de su arresto domiciliario en Caracas y ha sido un actor relevante en la movilización del voto de los millones de venezolanos que han salido del país (unos siete millones) durante este proceso electoral.

También vivió un periplo hasta llegar a España el líder opositor Leopoldo López y su mujer Lilian Tintori a finales de 2020, después de haber permanecido refugiados en la embajada de España en Caracas. El Gobierno de Maduro acusó entonces al de Pedro Sánchez de ser un actor clave en la salida del político perseguido. Leopoldo López denunció en una entrevista con este periódico hace un mes y medio las trabas que puso Maduro para el voto en el extranjero, que previsiblemente era favorable a la oposición. 

España también ha dado asilo a antiguos dirigentes chavistas, como Miguel Rodríguez Torres, que fue el responsable de la policía política y del ministerio de Interior. El activista estudiantil venezolano exiliado en Ribadeo Lorent Saleh, que había sido torturado en detención, denunció en conversación con este diario aquella acogida del que consideraba uno de los responsables de su calvario. 

Posición de España hacia Venezuela

Con la acogida de Edmundo González, España vuelve a protagonizar de nuevo la actualidad política del convulso país latinoamericano. Un calvario diplomático en el que los vaivenes son constantes. 

En 2019, Pedro Sánchez reconoció por sorpresa al líder opositor Juan Guaidó como “presidente encargado” de Venezuela, después de unas disputadas elecciones legislativas. Se posicionó claramente contra el régimen de Nicolás Maduro. Este mismo sábado, el presidente del Gobierno ha calificado a Edmundo González como "un héroe" en un cónclave ante sus barones del PSOE.

Pero al cabo de los años, y tras ver que la fórmula no funcionaba y que incluso países como Estados Unidos comenzaban a acercarse al Gobierno de Caracas y la oposición negociaba una suerte de transición con el Gobierno, Madrid cambió de estrategia, y volvió a tratar con el madurismo. Albares volvió a elevar el rango de la delegación diplomática al de Embajada. Juan Guaidó huyó del país, incapaz de unificar a la oposición. El ministro acogió reuniones entre ambos bandos políticos, auspiciadas por el ministro José Manuel Albares.

Todo ello generó la esperanza de la posibilidad de un cambio, una transición política en Venezuela tras 25 años del chavismo en el poder. Unas esperanzas que, con la huida del