INMIGRACIÓN

¿Por qué han entrado este año 1.622 inmigrantes irregulares en Ceuta y solo 45 en Melilla?

Los expertos apuntan a que el espigón que separa Ceuta de Marruecos es mínimo comparado con el dique de Melilla

Diferencia de los espigones de Ceuta y Melilla

Diferencia de los espigones de Ceuta y Melilla / NACHO GARCÍA

Mario Saavedra

Mario Saavedra

El Tarajal es una playa rocosa a los pies del barrio Príncipe de Ceuta, de mayoría musulmana. En los últimos días, centenares de jóvenes marroquíes han cruzado a nado hasta allí. Sortean a nado el corto espigón que separa esa playa de la marroquí de Castillejos. Unos 200 metros de trayecto total que salvar. 

Como es habitual, son detenidos por la Guardia Civil en cuanto pisan suelo español. Luego, son llevados a un médico forense para que determine su edad, por ejemplo por el desarrollo óseo. Si se considera que son adultos, se les devuelve a Marruecos, en cumplimiento de un acuerdo bilateral; si son menores de 18 años, deben permanecer en suelo español, como fijó el Tribunal Supremo en 2021, y se los traslada a un centro de acogida a la espera de un procedimiento administrativo individualizado fijado en la Ley de Extranjería.

En total, en Ceuta han entrado en lo que va de año 1.622 inmigrantes de forma irregular, según los datos del Ministerio de Interior hasta el 15 de agosto. En su mayoría, a nado, salvando el espigón. Un 173% más que en el mismo período del año anterior. A estas cifras hay que sumar las entradas exitosas de la nueva marea humana que se inició el pasado domingo: hasta 1.500 intentos en tan solo 24 horas, según la delegación del Gobierno en la Ciudad Autónoma. 

Casi sin intentos de entrada en Melilla

En Melilla, la otra frontera terrestre de España y Europa con África, la situación es radicalmente distinta. Tan solo 45 entradas de inmigrantes ilegales en todo este año. 

No siempre ha sido así. En 2019 llegaron a pasar 4.984 personas. En 2022, 1.175, sobre todo en la primera mitad del año. Luego, España y Marruecos iniciaron una suerte de luna de miel bilateral y se endurecieron los controles del lado marroquí. El Rey Mohammed VI había ordenado normalizar las relaciones con Madrid, después de que Pedro Sánchez mostrara su apoyo al plan para incorporar el Sáhara Occidental como una autonomía dentro del reino. Ese año 2022 también ocurrió la tragedia de la valla de Melilla; el 24 de junio, unos 1.800 subsaharianos organizaron un asalto simultáneo a la frontera. Se habían agrupado en el cercano monte Gurugú. Mientras un grupo intentaba saltar, la valla se desplomó. Murieron al menos 23 personas aplastadas, tras una controvertida intervención de las fuerzas de seguridad de ambos lados. 

Ahora, Marruecos ya no deja que se “embolsen” subsaharianos en el monte Gurugú, según explican dos fuentes de la Ciudad Autónoma que prefieren no ser nombradas. 

Los subsaharianos han visto cómo Melilla está menos porosa que antes, y buscan otras rutas, por ejemplo la peligrosa travesía marítima en cayuco hacia Canarias por el Atlántico. “La presión migratoria ni se crea ni se destruye, solo se desplaza”, expone una de esas fuentes. 

CEUTA, 27/08/2024.- La Guardia Civil detiene a un marroquí que ha llegado a nado a la playa del Tarajal, en Ceuta, ahttps://bcube-to-quay.prensaiberica.es/?siteid=11#provechando la densa niebla.

CEUTA, 27/08/2024.- La Guardia Civil detiene a un marroquí que ha llegado a nado a la playa del Tarajal, en Ceuta, ahttps://bcube-to-quay.prensaiberica.es/?siteid=11#provechando la densa niebla. / Reduan

Álvaro Sánchez, responsable de Jurídico, Traducción e Interpretación en Melilla de CEAR (Comisión Española de Ayuda al Refugiado), confirma esta tendencia debido en parte a la firmeza marroquí en el monte Gurugú, que está derivando a los inmigrantes, principalmente procedentes de Mali, que vive una crisis humanitaria sin precedentes por la guerra interna, "a lanzarse al mar por Senegal y Mauritania". “En periodos de buenas relaciones entre España y Marruecos las situaciones de salto son muy reducidos, lo que conlleva a que haya por parte de las autoridades marroquíes intensas redadas contra los inmigrantes acampados en las cercanías de la frontera española”, afirma.

La escasa entrada de migrantes en Melilla está provocando, de hecho, que el Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI) viva una situación inusual, con 500 personas viviendo allí cuando el centro tiene 800 plazas [solo 20 son subsaharianos]. Es más, muchos ciudadanos sudamericanos, principalmente venezolanos y colombianos, acuden allí desde la Península porque su Oficina de Asilo, con funcionarios muy experimentados que están acostumbrados a un gran flujo de trabajo, da citas en el día cuando en otros puntos de España se puede tardar meses o incluso años en conseguirlas.

Alargamiento del espigón de Ceuta

El desvío de los subsaharianos hacia otras rutas solo explica parte de la diferencia en los datos. Pero, ¿qué pasa con la magrebí? Ahí la diferencia fundamental entre Ceuta y Melilla es la orografía y las instalaciones fronterizas. El espigón en Ceuta es muy corto, se adentra tan sólo 25 metros en el mar; el llamado Dique Sur de Melilla, sin embargo, es una mole sólida y alargada que se adentra cerca de 500 metros en el mar. 

“Hay muy poca distancia para llegar a Ceuta desde Marruecos, cualquiera que sepa nadar puede hacerlo. Si ese dique se hace más largo, como el de Melilla, se dificultaría en gran medida la llegada a nado a esa Ciudad Autónoma”, explica a este diario el expresidente melillense Eduardo de Castro. “Y por supuesto, la vigilancia sería más fácil para la Guardia Civil. La cuestión es quién o qué impide hacer esa obra en territorio español”. 

Cualquier obra para modificar y alargar el espigón de Ceuta provocaría la ira del Gobierno de Rabat, que sigue considerando ambas ciudades como territorio marroquí. 

20/12/2021  Un grupo de migrantes marroquíes en las inmediaciones de la valla de Ceuta

20/12/2021 Un grupo de migrantes marroquíes en las inmediaciones de la valla de Ceuta / Antonio Sempere

En 2014, después de que murieran ahogados 15 inmigrantes en medio de los disparos de bolas de goma de la Guardia Civil, el Gobierno de Mariano Rajoy planteó a Rabat una ampliación del espigón del Tarajal a entre 30 y 45 metros más. Ante el silencio de Marruecos, la idea se abandonó.

Diplomacia y saltos de la valla

La monarquía alauí nunca hace explícita la relación causa-efecto entre los choques diplomáticos con España y su permisividad ante los asaltos a la frontera, pero a menudo la relación es innegable. 

El 17 de mayo de 2021, cerca de 10.000 personas intentaron entrar en España por Ceuta, ante la pasividad de la gendarmería marroquí, todo después de que España permitiera que el archienemigo de Marruecos, el líder saharaui del Frente Polisario Brahim Ghali, viniera a España para curarse de Covid. Cerca de 6.000 lo consiguieron, y el evento se convirtió en un paradigma del uso político de la presión migratoria por parte del vecino del sur.

El asalto del pasado domingo a Ceuta se produjo tan solo seis días después de que la ministra de Defensa, Margarita Robles, visitara los peñones de Vélez y Alhucemas, también reclamados por Marruecos. Ahora, las fuerzas de seguridad han tomado de nuevo el control y han puesto vallas en la zona marroquí de Castillejos aneja al Tarajal para evitar nuevos intentos de cruzar a nado.