El control de las redes sociales

Detención del creador de Telegram: ¿investigación criminal, decisión política o acto contra la libertad de expresión?

La Comisión Europea se desmarca del arresto en París de Pável Dúrov y la compañía asegura que "no tiene nada que ocultar"

Logotipo de la aplicación de mensajería instantánea Telegram.

Logotipo de la aplicación de mensajería instantánea Telegram. / EUROPA PRESS

La detención, este sábado tras aterrizar en el aeropuerto parisino de Le Bourget procedente de Azerbaiyán, del cofundador de Telegram Pável Dúrov, ha generado una cascada de reacciones sobre la supuesta motivación del arresto. Según la justicia francesa, Dúrov es sospechoso de no tomar acciones para impedir el uso de su red con fines criminales. Pero desde Rusia, donde el Gobierno intentó sin éxito bloquear la plataforma en 2018, diputados y senadores consideran que está siendo perseguido por negarse a subordinarse al dictado de Occidente.

¿Responde la detención a una investigación criminal, decisión política o acto contra la libertad de expresión? Aquí algunas claves del caso:

Una red con 950 millones de usuarios

El 14 de agosto de 2013, Pável Dúrov fundó junto a su hermano Nikolái la aplicación de mensajería instantánea Telegram Messenger. La plataforma nació tras las presiones recibidas por el Kremlin para que entregara los datos de los usuarios de la red social Vkontakte --una especie de Facebook ruso creada también por los hermanos Dúrov cuando estudiaban en la Universidad de Petersburgo-- y cerrase los grupos críticos a Moscú en ese país. En aquel momento se le ocurrió la idea de una aplicación de mensajería encriptada, de manera que solo se pudiese leer el mensaje enviado en los teléfonos del emisor y del receptor.

Tras negarse a facilitar la información requerida por el Gobierno ruso, en 2014 Pável abandonó su país y desde 2017 vive en Dubái, donde está el centro de operaciones de la compañía. Además de nacionalidad rusa, cuenta con pasaporte de Emiratos Árabes Unidos y de Francia.

Telegram pronto se convirtió en una alternativa a WhatsApp, que acabó copiando la función del encriptamiento, y hoy en día está traducida a más de 20 idiomas y cuenta con 950 millones de usuarios en todo el mundo atraídos por la seguridad y protección a la privacidad que ofrece. Otras características de Telegram son que ofrece la posibilidad de crear bots (mensajes automáticos) y permite grupos de hasta 200.000 miembros (frente a los 1.024 de Whatsapp). Pero estas funcionalidades son, a su vez, objeto de escrutinio por parte de los gobiernos y fuerzas de seguridad, puesto que convierten a la plataforma en un instrumento muy atractivo para delincuentes y extremistas.

Investigación abierta en Francia

Según la cadena de televisión gala TF1, sobre Dúrov pesa una orden de arresto de la agencia francesa de prevención de la violencia contra los menores, OFMIN, como parte de una investigación preliminar sobre varios delitos, entre ellos fraude, tráfico de drogas, acoso cibernético, crimen organizado y promoción del terrorismo. Pero el magnate, cuya fortuna está valorada en 15.500 millones de dólares según Forbes, no es sospechoso de cometer estos crímenes, sino de no tomar acciones para impedir el uso de la plataforma Telegram con fines delictivos.

La aplicación ha sido retirada de las tiendas de apps o bloqueada de diferentes países del mundo por permitir --o no impedir-- el intercambio de contenidos ilegales y, en el caso de los regímenes autoritarios, la organización de protestas a través de sus chats. En Países Bajos, las autoridades bloquearon en 2021 dos canales en los que se difundían bulos sobre actos pedófilos y rituales satánicos con sacrificio de niños. En 2017, Indonesia cerró el acceso a 11 de sus servidores para evitar la proliferación de contenidos radicales y terroristas. Y en 2022, Brasil ordenó su bloqueo por la negativa de la firma a colaborar con la justicia en relación a la difusión de noticias falsas. Por su parte, Irán y Tailandia actuaron contra la red para intentar frenar protestas opositoras.

Rusia también impuso un cerrojazo a la red social en 2018 al considerar que no cumplía con sus obligaciones legales en la difusión de información, lo que provocó grandes protestas. La suspensión se levantó en 2020.

El creador de Telegram siempre ha defendido que nunca revelará información sobre sus usuarios.

"Nada que ocultar"

En un comunicado difundido este lunes por la compañía, Telegram defiende que "cumple con las leyes de la Unión Europea" y subraya que su fundador "no tiene nada que ocultar". "Es absurdo afirmar que una plataforma o su propietario son responsables del abuso de esa plataforma", añade la nota, antes de asegurar que "su moderación se encuentra dentro de los estándares de la industria y mejora constantemente".

Como compañía tecnológica, Telegram debe cumplir la ley de servicios digitales de la UE: entre ellas, contar con un sistema para que las autoridades o usuarios puedan denunciar contenido ilegal. Sin embargo, al contar con 41 millones de usuarios mensuales, menos de los 45 millones que fija Bruselas para las grandes plataformas de internet, no está obligadaa realizar un informe anual previo a cualquier adverencia sobre los riesgos que la plataforma puede tener en la sociedad ni someterse a auditorías externas de los poderes públicos o la sociedad civil. En cualquier caso, eso sí, debe colaborar con la justicia en la persecución de delitos.

La detención ha provocado la protesta de activistas defensores de la libertad de expresión, aunque otras voces han criticado los lazos de Dúrov con el Kremlin. En su defensa han salido diputados y senadores rusos, el exanalista de la CIA y actualmente exiliado en Rusia Edward Snowden, el polémico presentador estadounidense Tucker Carlson o el fundador de Tesla y propietario de X, Elon Musk.

Macron rechaza una motivación política

Tras la avalancha de reacciones, el presidente Francés ha rechazado este lunes que el arresto de Pável Dúrov responda a una "decisión política". En un mensaje en X, Macron ha censurado las "informaciones falsas sobre la detención" y aseguró que su país "está apegado a la libertad de expresión y comunicación".

El Kremlin, por su parte, ha evitado realizar una valoración de lo ocurrido "hasta conocer de qué se acusa concretamente a Dúrov". Sin embargo, el portavoz del Gobierno ruso, Dmitri Peskov, se ha apresurado a negar que el presidente Vladímir Putin se reuniera en Azerbaiyán con el creador de la red de mensajería pocos días antes de su detención en París.

Según la prensa azerbaiyana, Dúrov pasó tres semanas de vacaciones en el país, en la costa del mar Caspio, antes de volar a Francia. La semana pasada, Putin estuvo en Azerbaiyán en viaje oficial.