Comité central del PCCh

China acelera hacia la transformación tecnológica para reanimar su economía

Xi Jinping y el resto de la cúpula del Partido Comunista de China, este jueves, en la reunión del tercer plenario del Comité Central.

Xi Jinping y el resto de la cúpula del Partido Comunista de China, este jueves, en la reunión del tercer plenario del Comité Central. / XIE HUNACHI / XINHUA / EFE

Adrián Foncillas

Acelerar hacia la potencia tecnológica. China ha acentuado su estrategia en uno de los cónclaves más relevantes de su calendario político mientras su economía pena en la postpandemia y cuenta con varios de sus motores gripados. No hay más vía que profundizar en la transformación tecnológica, reza un comunicado que decepcionará a los que esperaban medidas briosas o virajes sorprendentes.

"El presente y el futuro inmediato son tiempos críticos para promover la construcción de un país fuerte y la gran causa del rejuvenecimiento nacional con una modernización al estilo chino", reza el texto final del tercer pleno del Comité Central del Partido Comunista Chino (PCCh), trufado de la ampulosa jerga comunista. "Un desarrollo de alta calidad es la principal tarea para construir un país socialista moderno", sigue. Ese gran salto tecnológico habrá de concluir en 2029, coincidiendo con el 80 aniversario del partido.

La revolución tecnológica suma décadas en China. La emprendió cuando las exportaciones baratas le proporcionaban aquellos crecimientos de doble dígito que maravillaban al mundo. En pocos años pasó de copiar productos occidentales a liderar el tren de alta velocidad, regar el mundo de centrales eléctricas, traer rocas de la cara oculta de la Luna o discutir la hegemonía estadounidense en buena parte de las industrias que cambiarán nuestras vidas. Sumido ya en ese vértigo aún le dio el presidente, Xi Jinping, otro empujón ante el deterioro del contexto interno y externo.

El sector inmobiliario, en el pozo

Los catalizadores económicos tradicionales están en problemas o lo estarán pronto. El sector inmobiliario, que concentraba un tercio del PIB en sus días gloriosos, no ha salido del pozo desde que quebrara cuatro años atrás el gigante Evergrande. Siguen lozanas las exportaciones pero el creciente proteccionismo de Washington y Bruselas anticipa años complicados. Y la guerra tecnológica emprendida por Joe Biden ha privado a China de los semiconductores y otros productos estadounidenses. No amainará la tormenta con Donald Trump así que a China le urge la autosuficiencia.

Xi convirtió a las "nuevas fuerzas de producción de calidad" en el nuevo mantra, Pekín prioriza la inversión tecnológica estatal y su prensa aplaude a las compañías que renuevan sus herramientas y maquinaria o logran avances rutilantes. Innovar o morir, en eso se resume el comunicado de este jueves.

También abunda en compromisos como la mejora del bienestar del pueblo o el reparto equitativo de la riqueza sin detallar la estrategia. El tercer plenario dicta el objetivo económico a largo plazo con unas líneas maestras que serán acompañadas en los próximos días de medidas concretas contra problemas acuciantes como el hundido sector inmobiliario o el fláccido consumo interno.

"Riesgos ideológicos"

Sobre la reforma del mercado que demanda Occidente pasó de puntillas el tercer plenario. El comunicado insiste en la necesidad de su apertura progresiva pero también en los "riesgos ideológicos". "Repite el compromiso de expandir el mercado en la gestión económica y a la vez enfatiza la importancia del orden. Es una reforma pero siempre dentro del modelo; profundiza en el modelo pero sin cambiarlo. El comunicado traza la estrategia de la primera zancada del xiísmo, que concluirá en 2035", señala el sinólogo Xulio Ríos.

El comunicado, vaporoso incluso para los estándares chinos, ha decepcionado a los expertos que confiaban en vislumbrar el rumbo futuro. Del tercer plenario han salido políticas históricas que conforman la China actual como la reforma y apertura económica de cuatro décadas atrás o el fin de la política del hijo único. Esta edición, señala Ríos, no ha mencionado temas esperados como las nuevas protecciones a la propiedad privada ni la reforma o supresión del hukou, el registro administrativo que ata a los chinos a su lugar de nacimiento. "No hay ninguna información concreta, sólo las alusiones habituales a la política industrial o las nuevas fuerzas de producción. Nada me ha causado una sorpresa positiva. Lo más interesante es la referencia a la reforma fiscal pero tendremos que esperar para ver en qué se concreta", añade Alicia García-Herrero, economista jefe para Asia Pacífico de Natixis.

El pleno ha sido más explícito en sellar el descenso a los infiernos de Qin Gang. El exministro de Exteriores ha sido expulsado este jueves del Comité Central y su horizonte es tenebroso. Qin fue destituido apenas siete meses después de haber sido ungido por Xi debido a un lío de faldas con una periodista hongkonesa. También el pleno ha aprobado la expulsión del exministro de Defensa, Li Shangfu, por corrupción.