Elecciones en el país persa

Candidatos ultraconservadores y poca competición: Irán empieza la cuenta atrás para elegir a su nuevo presidente

El Consejo de Guardianes de la República Islámica aprueba la candidatura de solo seis hombres, cinco de los cuales pertenecen a la línea dura del régimen, para los comicios del 28 de junio

De izquierda a derecha y de arriba a abajo, los candidatos a las elecciones presidenciales de Irán: Mostafa Pourmohammadi, Amirhossein Ghazizadeh Hashemi, Saeed Jalili, Masoud Pezeshkian, Ali Reza Zakani, y Mohammad Bagher Qalibaf.

De izquierda a derecha y de arriba a abajo, los candidatos a las elecciones presidenciales de Irán: Mostafa Pourmohammadi, Amirhossein Ghazizadeh Hashemi, Saeed Jalili, Masoud Pezeshkian, Ali Reza Zakani, y Mohammad Bagher Qalibaf. / AP

Adrià Rocha Cutiller

Sin nada al azar y todo atado y bien atado. Así es como el Consejo de Guardianes de la República Islámica de Irán ha dejado el futuro cercano, en el que el país persa celebrará elecciones presidenciales el próximo 28 de junio

A ellas, según ha publicado este consejo, solo se podrán presentar seis hombres: cinco de ellos de la línea más dura y ultraconservadora dentro del círculo de poder en Teherán. Entre ellos deberán competir para decidir quién será el substituto de Ebrahim Raisí, jefe del Estado desde 2021 hasta el pasado 19 de mayo, cuando murió en un accidente de helicóptero mientras regresaba de un viaje a Azerbaiyán

En el siniestro, ocurrido por culpa de una tormenta en una región montañosa del norte del país persa, también murió el ministro de Exteriores Hosein Amirabdollahian

Así, hasta el viernes 28 de junio, Irán entra en una campaña electoral exprés entre seis candidatos: Saeed Jalilí, antiguo negociador nuclear de línea dura; Amir Hossein Ghazizadeh Hashemi, vicepresidente durante el periodo de Raisí; Alireza Zakaní, actual alcalde de Teherán; Mustafa Purmohammadí, antiguo ministro de Justicia e Interior; Masud Pezeshkian, parlamentario y el único en la papeleta considerado moderado; y Mohammed Bagher Qalibaf, actual presidente del Parlamento iraní.

Qalibaf es, de hecho, el gran favorito para ganar estos comicios. A sus 62 años, el político se ha presentado en tres ocasiones en el pasado en las elecciones presidenciales, siempre bajo la sombra de otros líderes ultraconservadores, que recibían el favor del líder supremo iraní, el ayatolá Alí Jameneí. Ahora, sin embargo, tras la muerte de Raisí, parece haber llegado su turno. 

"La lista de candidatos aprobada por el Consejo de Guardianes muestra que la República Islámica no quiere tomar ni el más mínimo riesgo en las elecciones, y que quiere entregar la presidencia del país a la facción radical y ultraconservadora del gobierno, que domina totalmente la política del país desde 2021", explica Hamdireza Azizi, investigador del think tank alemán SWP Berlín

Como se prevé que ocurra en esta ocasión, Raisí ganó la presidencia en unas elecciones, las de 2021, que fueron completamente marcadas desde el inicio: el Consejo de Guardianes vetó a todo candidato con posibilidades de hacerle sombra al hasta ahora presidente, que era visto como uno de los favoritos para sustituir a Jameneí una vez el líder supremo, de 85 años, muera. 

"De hecho, la lista actual de candidatos se parece enormemente a la de hace tres años. Esencialmente, los que orquestan las elecciones quieren crear la ilusión de que habrá competición electoral. Por esto aprueban un candidato reformista", continúa Azizi.

Sin embargo, esto es un espejismo: 74 personas han sido vetadas por el Consejo de Guardianes. Entre ellas está Alí Larijaní, expresidente del Parlamento y que es visto como una de las figuras más populares dentro del sector 'moderado' en Teherán. 

Larijaní fue también vetado en 2021, como lo fue el expresidente Mahmut Ahmadinejad. Lo mismo le ha ocurrido en esta ocasión al controvertido y popular expresidente. El consejo le ha vuelto a vetar, a pesar de su seguimiento mediático y social en el país persa.

El termómetro de la participación

Dada la poca competitividad esperada en estos comicios, se prevé que la participación sea el termómetro real de la popularidad entre los iranís de la República Islámica, cuyo liderazgo vive en mínimos de aprobación históricos tras años de crisis económica, sanciones internacionales y represión social, sobre todo tras la ola de protestas de otoño de 2022 por la muerte en custodia policial de la joven Mahsa Aminí, detenida por llevar mal puesto el velo. 

En marzo de este 2024, Irán celebró unas elecciones legislativas en las que solo acudió a votar el 41% de la población, la participación más baja desde que Irán es República Islámica. Pero hay más: estos comicios legislativos rompieron el récord que ya había sido superado en 2021, cuando Raisí ganó su primer término en la presidencia. Los expertos consideran que este 28 de junio, la participación puede ser similar a la que ocurrió en marzo.

"Veo muy improbable que la participación sobrepase la que vimos en los comicios parlamentarios recientes. Y esto se debe, sobre todo, a que individuos que de verdad podrían competir con los candidatos ultraconservadores han sido bloqueados, mientras que el único no radical que sí podrá presentarse, Pezeshkian, tendrá probablemente un rol testimonial. Su presencia servirá únicamente para darle legitimidad a unas elecciones que son esencialmente simbólicas", considera el investigador Azizi.