Inmigración y elecciones

Biden restringe severamente el derecho a solicitar asilo en EEUU

El demócrata firma este martes una orden ejecutiva con ecos de una que trató de implementar Trump en 2018 y entonces criticó

A partir de 2.500 intercepciones diarias de migrantes sin papeles se "cerrará" temporalmente la frontera con México

El presidente de los Estados Unidos, Joe Biden.

El presidente de los Estados Unidos, Joe Biden. / EFE

Idoya Noain

El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, adopta con efecto inmediato la medida más restrictiva respecto al asilo tomada por ningún mandatario demócrata en los tiempos modernos. Con la inmigración como tema central de la campaña para las elecciones de noviembre en las que se mide a Donald Trump, Biden firma este martes una orden ejecutiva que le permitirá "cerrar" la frontera en cuanto se superen diariamente y a lo largo de una semana las 2.500 intercepciones de migrantes sin papeles. Aunque hay algunas excepciones, la medida efectivamente deja en suspenso para miles de personas el derecho de solicitar asilo en EEUU.

El mandatario ha organizado un acto a las dos de la tarde en la Casa Blanca (20.00 horas en la España peninsular) para el que ha invitado a varios alcaldes y políticos de ciudades fronterizas. Antes, miembros de su administración han dado en una llamada con la prensa los detalles sobre la orden ejecutiva, que con toda seguridad será retada en los tribunales, un escenario para el que el gobierno de Biden asegura estar "preparado".

Funcionamiento

La medida, según las fuentes de la Administración, cerrará la frontera cuando a lo largo de una semana se superen esas 2.500 intercepciones diarias (lo que, dadas las cifras actuales, supone su inminente entrada en vigor). La frontera permanecerá cerrada hasta que a lo largo de otra semana el secretario de Seguridad Nacional determine que las cifras de intercepciones han bajado hasta menos de 1.500 diarias.

Mientras la frontera esté cerrada quienes entren en EEUU sin papeles no podrán solicitar asilo salvo en "circunstancias excepcionalmente persuasivas". Esos migrantes serán procesados para su deportación inmediata y se reducirán las circusntancias en que son remitidos a una entrevista para solicitar asilo, donde además se endurecerán los parámetros para probar un "miedo creíble"Las autoridades estiman que las deportaciones pueden realizarse "en cuestión de días, e incluso de horas".

Cubanos, haitianos, nicaragüenses y venezolanos seguirán siendo deportados a México, pero con otras nacionalidades se intentará la deportación a sus países de origen. Una vez expulsados, los migrantes tendrán prohibido entrar en EEUU durante cinco años y se arriesgan a ser perseguidos por lo penal si lo hacen.

Las excepciones se realizarán para menores que lleguen no acompañados, residentes permanentes y quienes tengan un visado válido. Tampoco a quienes sufran una emergencia médica aguda o enfrenten una "amenaza inminente y extrema a su vida y su seguridad". Además, seguirán pudiendo solicitar asilo quienes están usando CBP One, una aplicación creada para asegurar desde fuera de EEUU una cita para pedir el asilo, que ha sido criticada por su lentitud, o quienes estén siguiendo el proceso de solicitud desde países de origen.

Ecos de Trump

La medida tiene ecos de una que Trump trató de implementar en 2018 y que entonces criticaron los demócratas y fue bloqueada por un tribunal federal. Entonces el propio Biden la denunció, acusando a Trump de ser el primer presidente en la historia de EEUU que obligaba a pedir asilo desde otro país. "Vienes a EEUU y argumentas tu caso, así se busca asilo, explicando por qué lo mereces bajo la ley estadounidense", defendió en un debate en 2019.

Desde entonces, no obstante, se ha elevado para Biden la presión de algunos sectores de su propio partido y la de encuestas que, de cara a los comicios de noviembre, ponen en un lugar muy destacado la preocupación de los estadounidenses con la migración. Los sondeos también exhiben descontento con la gestión de Biden de la cuestión.

El demócrata trata de mostrarse proactivo, especialmente después de que los republicanos en el Congreso, siguiendo instrucciones de Trump para no dar al demócrata ninguna victoria en el tema de la inmigración de la que pudiera sacar rédito político, hundieran una propuesta bipartidista de legislación que habría reforzado la seguridad en la frontera y los fondos para tratar de reducir los problemas del sistema, donde un embudo en los tribunales de inmigración hace que los migrantes puedan pasar años en EEUU mientras se resuelven sus casos de asilo.

"Las acciones ejecutivas de hoy no son sustituto para que el Congreso estudie y apruebe la dura pero justa propuesta bipartidista en el Senado", ha dicho a la prensa uno de los cargos de la Administración. En esa llamada también han criticado duramente a la oposición. "El partido de Lincoln, Reagan y los Bush ha sido reemplazado por demasiados republicanos que prefieren politizar los problemas a resolverlos", ha dicho uno de los funcionarios..

El equipo de Biden también ha tratado de distanciar la medida del demócrata de las de su predecesor y rival para noviembre. "La Administración anterior demonizó a los inmigrantes, ejecutó redadas masivas, separó a familias en la frontera y puso a niños en jaulas", ha dicho uno de los cargos en la llamada. "Sus políticas fueron contra nuestros valores como nación".

Además, se han mostrado "confiados" en que los pasos que adoptan son "consistentes" con sus "obligaciones bajo el derecho internacional".

Críticas

Pese a las afirmaciones del gobierno la decisión de Biden ha sido denunciada por grupos como Amnistía Internacional. Amy Fischer, directora de derechos de refugiados y migrantes en el capítulo estadounidense de la oenegé ha criticado que la orden "marca un precedente internacional peligroso" al representar "el primer límite numérico al asilo de su estilo". Fischer ha cuestionado también que Biden emplee la misma autoridad legal que usó Trump para sus "peligrosos y xenófobos" vetos a musulmanes y migrantes africanos.

"Esta orden no arreglará los problemas que plagan la frontera. Es un movimiento vergonzoso de un país que ayudó a escribir la Convención del Refugiado", ha dicho Fischer, que ha apuntado a la "necesidad de soluciones reales que respeten los derechos humanos, lidien con las causas raíz de la migración foroza, permitan vías seguras y ordenadas hacia la seguridad y cubran las necesidades de comunidades en la frontera y en el interior de EEUU".