La exprimera ministra bangladesí pide desde el exilio que se castiguen las protestas que la derrocaron

Archivo - Imagen de archivo de la ex primera ministra de Bangladesh Sheij Hasina.

Archivo - Imagen de archivo de la ex primera ministra de Bangladesh Sheij Hasina. / Picture Alliance / Tobias Hase/D / Dpa - Archivo

Adrián Foncillas

A Sheikh Hasina, de 76 años, no la seduce una plácida jubilación en el exilio. La exprimera ministra bangladesí ha anunciado desde la India su voluntad de regresar y exigido responsabilidades legales por las protestas que la echaron del país una semana atrás. No parece casual que su reclamación llegue unas horas después de que un tribunal aceptara la primera causa contra ella por las más de 400 muertes que dejó su represión.

Hasina ha hablado por primera vez desde su apresurada huida en helicóptero de su mansión de Daca. En un comunicado colgado en las redes sociales por su hijo, Sajeeb Wazed, pide que se investigue el vandalismo y los asesinatos de aquellas fragorosas semanas y sean castigados sus culpables.

"Envío mis condolencias a todos los que, como yo, viven con el dolor por la pérdida de sus seres queridos", ha continuado. El grueso de la mortandad corresponde a estudiantes tiroteados por órdenes gubernamentales. Pero también se cuentan entre las víctimas a docenas de policías y miembros de la Liga Awami, formación de Hasina, por venganzas de manifestantes que la exprimera ministra calificó de "agresiones terroristas".

Muerte de su padre

El comunicado llega en la víspera de un día señalado. El 15 de agosto de 1975 fue asesinado su padre y héroe de la independencia, Sheikh Mujibur Rahman, en una asonada militar. Hasina, que se salvó por estar de vacaciones en Londres, fijó la jornada como festivo nacional para recordar a los caídos tan pronto alcanzó el poder y levantó un museo en honor de su padre.

Los tiempos han cambiado. El Gobierno interino ha cancelado la celebración a petición de siete partidos políticos, incluido el principal de la oposición, el Partido Nacionalista de Bangladés. Tampoco habrá luto en el museo. Los estudiantes lo incendiaron durante las protestas al mismo tiempo que derribaban las estatuas que representaban al que muchos consideran el padre de la nación.

Esos vándalos, lamenta Hasina, han “insultado la sangre de millones de mártires”. Pide a sus compatriotas que celebren la jornada con dignidad y solemnidad y depositen flores en el monumento arruinado en lo que parece una petición a sus seguidores de que muestren su fuerza. Sorprendería que la atendieran cuando estos días sólo les preocupa esconderse o escapar. El exministro de Justicia, Anisul Huq, y el principal asesor económico, Salman Rahman, fueron detenidos ayer cuando huían del país en barco.

Muerte de un tendero

 Horas antes del comunicado de Hasina se conocía que un tribunal de Daca había aceptado el primer caso contra ella. Se trata de la muerte del tendero de un colmado, Abu Sayed, durante las protestas. En el escrito figuran como acusados también el exministro de Interior, Asaduzzaman Khan, el secretario general de la Liga Awami, Obaidul Quader, y cuatro altos cargos policiales.

“Todos sabemos que la principal culpable no está en el país”, ha revelado la ministra de Medioambiente, Syeda Rizwana. Es probable que en los próximos días se amontonen causas similares.

 El Gobierno interino liderado por Muhammad Yunus pretende reverdecer las instituciones podridas tras décadas autoritarias, convocar elecciones en unos meses y caminar hacia la reconciliación social. Para la última urge encontrarle un hueco a la Liga Awami, clave en el proceso de independencia, principal partido durante décadas y aún con muchos afectos. Desde el Gobierno se ha aclarado que no será prohibido y que podrá concurrir a las elecciones. “Ha hecho muchas contribuciones a Bangladés, no lo negamos”, ha concedido el ministro del Interior, Sakhawat Hossain.