Guerra en Gaza

Israel mata al menos a 90 personas en un ataque que justifica como intento de eliminar al número dos de Hamás

Las autoridades de Gaza denuncian la matanza en Al Mawasi, un lugar que el ejército de Israel había señalado como "zona segura" para los desplazados

Horror en Gaza tras un brutal ataque israelí sobre una zona humanitaria en Jan Yunis

Agencia ATLAS | Foto: EFE

Irene Benedicto

El primer ministro israelí, Benjamín Netanyah, prometió que la guerra no acabaría hasta liberar a todos los rehenes y hasta “eliminar a Hamás”, un segundo objetivo cuya ambición había empezado a ser puesta en cuestión en el octavo mes de conflicto. Pero este sábado, como un golpe en la mesa, Israel ha bombardeado un campo de refugiados alegando que allí se escondían dos de los “artífices” de los ataques del 7 de octubre. Al menos 90 palestinos han muerto y otros 289 han resultado heridos al cierre de esta edición, aunque medios de comunicación palestinos ya elevaban la cifra a más de 100. 

El ejército israelí dio a conocer los nombres propios de esos cabecillas pero no confirmó si los había matado: las Fuerzas de Defensa de Israel “golpearon a Mohammed Deif y Rafa Salama, comandante de la Brigada Jan Yunis de Hamás, que son dos de los autores intelectuales de la masacre del 7 de octubre”. Mientras, se seguía desconociendo si los dos líderes militares fueron alcanzados en el ataque aéreo o siquiera si se encontraban en el lugar del bombardeo. Netanyahu, que compareció en rueda de prensa, admitió a última hora de la tarde que no tenía “claridad absoluta” de haber alcanzado a sus dos objetivos militares. Por su parte, un alto funcionario de Hamás, en declaraciones al canal de televisión Al Jazeera, ha negado que Deif haya muerto en el ataque.

No hay zona segura

El ataque se produjo en el campo refugiados de Al Mawasi, al oeste de la ciudad de Jan Yunis, que Israel había declarado previamente como zona “segura”, pero tras el ataque se refirió a ella como “zona cercada de Hamás” donde “la mayoría de las personas eran militantes”. Hamás calificó el comunicado israelí de “falso” y defendió que en el ataque murieron “civiles indefensos”. La Oficina Gubernamental de Medios de Comunicación de Gaza afirmó que Israel está difundiendo “mentiras y rumores” con tal de “desviar la atención del horrible crimen”.

Con la onda expansiva de las bombas, palestinos desplazados vieron salir volando sus tiendas de campaña, e incluso describieron cadáveres y partes de cuerpos esparcidos por el suelo, según testimonios recogidos por la agencia Reuters. Organizaciones humanitarias sobre el terreno alegan que su personal de emergencias está siendo blanco de estos ataques mientras realizan su trabajo.

El hombre más buscado

El objetivo que alegaba Israel para justificar el ataque, el jefe militar de Hamás en Gaza, Mohamed Deif, número dos del grupo islamista en la franja. Su nombre de guerra, 'Deif' significa 'invitado' en árabe por estar siempre a la huida alojado en casas ajenas.

Es considerado uno de los hombres “más buscados” por el ejército israelí desde hace casi 30 años, acusado de múltiples asesinatos de civiles y militares israelíes. Tras los ataques del 7 de octubre, Deif publicó una grabación de audio reivindicando el asalto.

Este químico de 66 años nació en el campo de refugiados de Jan Yunis después de que sus padres llegarán ahí expulsados por las milicias sionistas a finales de los años 40. Se unió a Hamás antes de terminar la carrera en la Universidad Islámica de Gaza e hizo de la lucha armada su modo de vida.

Su nombre aparece en las listas negras de los “terroristas más buscados” en EEUU desde 2015 y en la Unión Europea desde 2023. En mayo de este año, la Corte Penal Internacional solicitó órdenes de detención contra Deif y varios otros dirigentes de Hamás e Israel. Deif ha sobrevivido al menos a siete intentos de asesinato israelíes. Su esposa, su hijo de 7 meses y su hija de 3 años sí murieron en un ataque aéreo israelí en 2014.

Sábado sangriento

Muchos de los heridos en el ataque, entre ellos mujeres y niños, fueron trasladados al cercano hospital Nasser, que, según sus responsables, se encontraba desbordado tras el ataque. “Está lleno de pacientes, de heridos, no encontramos camas para la gente”, declaró Atef al-Hout, director del centro médico. El que hasta hoy era el único hospital que seguía funcionando en el sur de Gaza se declaraba hoy “no funcional” debido a la intensidad de la ofensiva israelí y a la grave escasez de suministros médicos.

El portavoz de la Presidencia de la Autoridad Nacional Palestina, Nabil Abu Rudeineh, responsabilizó a Estados Unidos del ataque, por la ayuda militar que sigue enviando para perpetrar lo que calificó de “masacre” y “genocidio” del pueblo palestino. El Gobierno estadounidense “insiste en violar todas las resoluciones de legitimidad internacionales manteniendo su apoyo militar y financiero a esta ocupación”, recogió la agencia oficial de noticias palestina, Wafa.

Mientras tanto, en la ciudad de Gaza, otro ataque también este sábado en una sala de oración durante la plegaria de mediodía en el campo de desplazados Shati causó al menos 17 fallecidos más. Estos dos ataques dejan el balance de un sábado fatídico que eleva el conteo oficial de víctimas hasta al menos 38.443 palestinos muertos y 88.481 heridos.

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