Conflicto en Oriente Próximo

El ejercito israelí mata a más de 200 palestinos durante el rescate de sus cuatro rehenes en el centro de Gaza

Los bombardeos por tierra, mar y aire se cebaron sobre Deir Al Balah y Nuseirat, en el centro de la Franja, donde este mismo sábado los militares israelíes rescataron a cuatro rehenes secuestrados por Hamás

Ataque israelí en Nuseirat (Gaza)

Ataque israelí en Nuseirat (Gaza) / EP

Ricardo Mir de Francia

“Hemos normalizado el horror”. La frase la pronunció esta semana un alto cargo de la UNRWA para llamar la atención sobre la indiferencia --en términos prácticos-- que los dirigentes occidentales siguen mostrando ante las recurrentes masacres del ejército israelí en el sur de Gaza. Ese jueves bombardeó sin previo aviso una escuela de Naciones Unidas en la que se refugiaban miles de desplazados palestinos, alegando que escondía también a militantes armados. Al menos 40 personas murieron, incluidos nueve niños y tres mujeres. También nueve militantes, de acuerdo con Israel. Tres días después el baño de sangre no cesa, como no ha cesado un solo día desde hace ocho meses. Durante su operación de rescate de cuatro rehenes, el ejército israelí intensificó los bombardeos sobre el centro de Gaza. Hay al menos 210 muertos y 400 heridos, según las autoridades sanitarias de la Franja.

Los bombardeos por tierra, mar y aire se cebaron sobre Deir Al Balah y Nuseirat, en el centro de la Franja, donde este mismo sábado los militares israelíes rescataron a cuatro rehenes secuestrados por Hamás el pasado 7 de octubre en el festival Nova, escenario de la mayor matanza de civiles perpetrada por los radicales islamistas durante la operación militar que puso en marcha esta guerra. Algunas fuentes sostienen que esos ataques se habría utilizado para “dar cobertura” a la operación de rescate, llevada a cabo en dos edificios de Nuseirat. “Hubo muchos disparos y fuego de lanzagranadas sobre las fuerzas del rescate, lo que llevó a la infantería y la fuerza aérea a llevar a cabo ataques de gran envergadura en la zona para protegerse y proteger a los rehenes”, escribió ‘The Times of Israel’. “El Ejército reconoce que mató a muchos civiles palestinos durante el combate, pero culpa a Hamás por retener a los civiles en un entorno civil”.

Los vídeos que llegan de Gaza muestran escenas dantescas, con cuerpos ensangrentados tirados por la calle como ropa vieja, muchos de ellos niños, mientras los vecinos se llevan las manos a la cabeza o gritan desesperados al descubrir las dimensiones de la destrucción. Los heridos fueron trasladados a los dos hospitales que siguen operativos en la región central de Gaza, donde habían tomado refugio cientos de miles de palestinos después de que Israel las designara como “zonas seguras” tras iniciar su invasión del sur del enclave desafiando las reticencias estadounidenses.

Hospitales al borde del colapso

“Es un absoluto baño de sangre, parece un matadero”, afirmó la doctora de Médicos Sin Fronteras, Tanya Haj-Hassan, refiriéndose a la situación en el Hospital Al Aqsa de Nuseirat. “Las imágenes y vídeos que he recibido muestran a pacientes tirados por todos lados con charcos de sangre y extremidades cercenadas”, le ha contado a Al Jazeera. El ministerio de Salud de Gaza advirtió que los hospitales de la región se están quedando sin diésel y piezas de recambio para mantener operativos los pocos generadores que siguen funcionando ante las restricciones que Israel mantiene en las fronteras. “Esto significa una muerte segura para los enfermos y heridos y la completa defunción del sistema sanitario”, afirmó en un comunicado.

En el plano político, varios dirigentes de Hamás afirmaron durante la jornada que no aceptarán un acuerdo de tregua a menos que contemple unos mínimos parámetros de seguridad para los palestinos y el fin definitivo de las hostilidades. Una respuesta que llega ante la creciente presión de EEUU para detener la guerra, aunque de momento ni Israel ni la milicia palestina han aceptado públicamente los términos propuestos por la Casa Blanca.

En el lado israelí, algunos analistas sostuvieron que el éxito de la operación para recuperar a los rehenes podría dar oxígeno a Netanyahu frente a la presión creciente de sus aliados internacionales. De momento, ha servido para que Benny Gantz, su socio en el gobierno de unidad nacional, posponga su salida del gabinete. Gantz se había comprometido a dimitir este sábado en protesta por la falta de un plan para el día después de la guerra, pero la lógica atención mediática que ha generado el rescate le ha llevado a posponer el anuncio. El primer ministro israelí le ha pedido este mismo sábado que no abandone el gobierno de emergencia: "Este es el momento de la unidad y no de la división. Debemos permanecer unidos entre nosotros frente a las grandes tareas que tenemos por delante", ha señalado en un mensaje publicado en la red social X, pidiéndole así que no renuncie "a la unidad".