La ventaja de no jugar la Copa

El Girona tendrá cinco días más de descanso que el Espanyol para preparar el partido del sábado

Los catalanes, al tener la semana limpia y, además, haber jugado en jueves contra el Rayo Vallecano, tendrá ocho días de margen entre partido y partido

Los jugadores del Cacereño celebran su victoria ante el Girona

Los jugadores del Cacereño celebran su victoria ante el GironaLos jugadores del Cacereño celebran su victoria ante el Girona / EFE

Marc Brugués

Ni a Míchel Sánchez ni a los dirigentes del Girona les hizo gracia quedar eliminados de la Copa del Rey en la segunda ronda contra un equipo de Segunda RFEF, el Cacereño. En caliente, la decepción era máxima a pesar de que todo el mundo era consciente de que ganar la Copa no es el objetivo del club. Ni el consuelo de poderse centrar exclusivamente en la Liga servían para calmar la enrabiada. Ahora bien, días después del batacazo se abre una realidad que puede beneficiar los gerundenses. O no. Depende de cómo se mire.

Por un lado, hay un sector de la afición y del entorno del conjunto catalán que ve positivamente la eliminación de la Copa para evitar el desgaste de la plantilla para la Liga; la otra, los más golosos, querían llegar más lejos y así poder repartir minutos entre todos los jugadores en las dos competiciones. A la hora de la verdad, la única realidad es que el rival del Girona el sábado, el Espanyol, tiene partido -y exigente- de Copa contra otro equipo de Primera División como es el Celta de Vigo y, por lo tanto, solo dispondrá de tres días enteros de descanso antes del derbi del sábado contra los gerundenses en el RCDE Stadium. El Girona, al tener la semana limpia y, además, venir de jugar en jueves con el Rayo Vallecano, tendrá ocho días de margen entre partido y partido.

Los de Míchel empezaron la preparación del derbi después de disfrutar de dos días de fiesta para celebrar el fin de año. El Espanyol, por su parte, no ha tenido mucho tiempo para fiestas porque, después de empatar en el Camp Nou el sábado, este martes ya vuelve a tener partido. Bien seguro que el entrenador Diego Martínez hará rotaciones mañana para repartir minutos y evitar lesiones entre los jugadores más cargados. Contra el Celta, por ejemplo, jugará Vini Souza que, sancionado, no podrá hacerlo el domingo contra el Girona.

En este sentido, Míchel está pendiente también de la enfermería por si puede recuperar, como mínimo, a Bernardo Espinosa. El colombiano se ha perdido los dos últimos partidos por culpa de una lesión en la cadera. Además, Yangel Herrera habrá tenido otra semana limpia para sumar carga de trabajo y ritmo después de la lesión. También Borja García, que ya tiene el alta e, igual que el centrocampista internacional venezolano, estuvo en el banquillo en el partido contra el Rayo.

Para el derbi no se espera todavía a ningún otro de los lesionados: Kébé, Javi Hernández, Reinier y Juanpe. Tampoco estará Oriol Romeu, sancionado por acumulación de tarjetas amarillas. La baja del de Ulldecona es capital para Míchel, que ya hace días que piensa en quién puede ser el sustituto. El relevo natural debería ser Ramon Terrats, a pesar de que también podría entrar a la ecuación Yangel Herrera o incluso la opción de atrasar a Iván Martín para situarlo junto a Aleix Garcia. Más osado seria recurrir al joven del filial Ricard Artero o apostar por Samu Sáiz.

Mercado abierto

Mientras tanto, hoy se ha abierto el mercado de invierno y los clubes ya pueden empezar a hacer movimientos para reforzar las plantillas. El Girona está muy atento al mercado a la espera de encontrar, como mínimo, un central para apuntalar el equipo.

La otra posición que la dirección deportiva se plantea reforzar es la delantera. Antes, sin embargo, debería producirse alguna salida de algún jugador del primer equipo. Óscar Ureña, por quién el Zaragoza busca la cesión, tiene ficha del filial. El extremo de Figueres también está la agenda del Andorra, que ya intentó su cesión en verano.