El Girona sube un peldaño más para afinar la preparación

Faltan 14 días exactos para que el Girona vuelva a competir. Será el jueves 22 de ese mismo mes, en el partido contra el Cacereño correspondiente a la segunda ronda de la Copa del Rey. Para presentarse con las pilas cargadas, teniendo en cuenta que la Liga lleva un mes parada por la disputa del Mundial, el equipo afina al máximo su preparación y este sábado (11 horas) juega el segundo amistoso en sólo tres días de diferencia. 

Tras imponerse el jueves al Standard de Lieja belga, toca subir un escalón. Míchel Sánchez y compañía se ponen a prueba contra el OGC Niza, el actual noveno clasificado de la liga francesa, colocado en una decena de puntos de las posiciones europeas, pero sin sufrir porque las plazas de descenso las tiene a cierta distancia. Un clásico del fútbol galo, con 23 temporadas en la élite, las últimas de ellas luchando por colarse en los puestos líderes de la clasificación. 

Un test para comprobar cómo salen los gerundenses, que superaron el primer examen por la mínima (1-0) con un gol de Samu Saiz. Y oportunidad también para que Reinier Jesus tenga motivos para recordar, aunque sea por un rato, su pasado más reciente en su aún corta carrera como profesional. 

Reinier se quedó sin jugar el jueves por estar lesionado. Tampoco competirá mañana. Arrastra una lesión en el tobillo y sigue haciendo trabajo específico para fortalecer la zona dolorida. El objetivo es estar disponible por el duelo de Copa con el Cacereño. Ha viajado a Estepona para entrenarse bajo la atenta mirada de los preparadores físicos y del propio Míchel, que quiere tenerlo al cien por cien lo más pronto posible. Mañana, si salta al césped del Estepona Football Center será para correr un rato y ejercitarse en él. 

Momento para que se reencuentre con Lucien Favre, el ahora técnico del Niza, y que le conoce bien. El suizo fue su entrenador en el Dortmund unos meses, desde el verano del 2020 hasta diciembre de ese mismo año, cuando se le destituyó. Reinier, como ocurre ahora en Girona, estaba cedido por el Real Madrid al conjunto alemán. Era su primera etapa y no tuvo demasiada suerte, por lo general, ni tampoco con el propio Favre, quien no confiaba demasiado. Le hizo jugar cinco partidos de Bundesliga y para de contar. 

Tampoco es que ahora sea titular indiscutible, pero de momento, colecciona más minutos (311) en pocos meses que ninguna de las dos temporadas enteras que se pasó vistiendo de amarillo y negro. Quizás mañana recuerdan el pasado, pero Reinier no podrá demostrarle en el césped del que es capaz. Está descartado. Tampoco jugarán Yangel Herrera, Borja García, Juanpe Ramírez ni Ibrahima Kébé.