El Girona y la ley inversa con los rivales

El Girona se fue del José Zorrilla de Valladolid (1-0) con la sensación de que podría haber hecho algo más para evitar volver con las manos vacías. El equipo de Míchel lo intentó, sí, pero lo hizo demasiado tarde y una primera parte apática acabó castigándolo con la derrota. Es curioso porque este guion se ha repetido a menudo a lo largo de la temporada, dando la impresión que cuanto más abajo de la clasificación se sitúa el rival más cuesta concentrarse y, en consecuencia, puntuar. Especialmente, lejos de Montilivi. Es la ley inversa con los rivales. 

El Elche, colista que cada vez es más cerca del descenso matemático, es el único al cual los rojiblancos han conseguido ganar en las dos ocasiones: 1-2 en el Martínez Valero y 2-0 en Montilivi, en un partido poco lucido de los locales a pesar de que se supo resolver bien. Respecto al resto de los conjuntos que luchan por la permanencia, hay de todo y todavía faltarán por disputarse: Sevilla y, en menos medida, Mallorca (en casa) y Celta. Después de la derrota en Valladolid, vinieron los recuerdos de los encuentros en Getafe (3-2), Cádiz (2-0) y Almería (3-2). Sobre todo, porque se hizo evidente la problemática que tiene el Girona cuando se enfrenta, como visitante, a los rivales de menor entidad, que podrían considerarse de su liga. También es aplicable a la Copa del Rey, donde ganar el Quintanar del Rey (1-2) de la Tercera Federación no fue precisamente fácil, y les eliminó el Cacereño de la Segunda Federación (2-1) en la segunda ronda.

Igual que en Almería, Cádiz y Getafe, el Girona encajó en Valladolid en la primera parte y ya no pudo revertirlo. En el Power Horse Stadium recibió tres goles (min. 13, 17 y 38) y la respuesta llegó en la segunda parte con las dianas de Riquelme y Stuani, de penalti, (min. 47 y 83) quedándose sin tiempo; en el Nuevo Mirandilla, ídem, a pesar de que no pudo diluir los goles de Escalante (min. 6) y Sergi Guardiola (min. 34); igual que en el Coliseum, donde otra vez malgastó el tiempo y después de tres goles locales en el primer tiempo (min. 2, 14 y 43) se quedó corto con las dianas del Taty Castellanos y Miguel Gutiérrez (min. 54 y 80). Exactamente lo mismo pasó ante el Pucela, teniendo en cuenta que Stuani tuvo la ocasión más clara para empatar en el añadido pero falló y el rival ya se había avanzado hacía rato mediante Monchu (min. 24).

Por otro lado, está el empate en el RCDE Stadium (2-2) con un gol del Yangel Herrera en tramo final para hacer justicia después de que Toni Villa avanzara a los rojiblancos en la primera parte o la derrota en Valencia (1-0) que puede considerarse un caso aparte porque era el primer partido de liga.

Sin embargo, hay una versión opuesta cuando se trata de jugar contra los que se sitúan en la parte alta de la tabla. El caso más reciente es el empate en el Camp Nou (0-0). Los de Míchel sacaron el 'orgull gironí' ante unos azulgranas perplejos e incapaces de superar a un Gazzaniga en estado de gracia. Pero también destaca el empate en el Santiago Bernabéu (1-1) -en estadio blanco, Stuani igualó de penalti un gol de Vinicius a la segunda parte- o la victoria en San Mamés (2-3).

Un extra de motivación

Sin tiempo para lamentarse, el Girona está pensando desde ya en el partido de mañana contra todo un Real Madrid (19.30 horas). Ni tres días tendrán los de Míchel para preparar uno de los duelos más esperados de la temporada en Montilivi y que, a la vez, se presenta de lo más difícil. Los de Ancelotti son segundos y llegarán a Montilivi con el objetivo de no renunciar todavía a la liga que lidera el Barça con once puntos más que los blancos.

Los gironins ya saben qué es celebrar una victoria en casa contra los blancos, en la historia siempre estará marcado el 2-1 de la temporada 2017-18 en el estreno en Primera División. Al contrario del 1-4 de la siguiente campaña. A los de Míchel les iría bien asegurar la permanencia lo antes posible y, con la nueva oportunidad de superar la barrera de los 40 puntos, se acogerán a la épica para superar al Madrid en un horario complicado para la afición pero que seguro que no fallará y estarán para apoyar al equipo.