El Girona detiene un penalti siete años después

Ortolá fue clave para mantener a los de Míchel vivos en la Copa al parar una pena máxima al Huesca

El de Becerra a Óscar Díaz el 2 de noviembre de 2014 fue el último penalti detenido por un meta rojiblanco

Ortolá durante su presentación en Montilivi

Ortolá durante su presentación en Montilivi / Girona

Tatiana Pérez

Ha llovido mucho desde el penalti que desvió Becerra a Óscar Díaz hasta el que paró el pasado martes Ortolá a Escriche. Más de siete años. Concretamente, 2.599 días. Que van desde el 2 de noviembre de 2014 en un partido de Liga ante el Valladolid (2-1) al 14 de diciembre de 2021 en la Copa del Rey con el Huesca (0-1).

Durante todo este tiempo, el Girona ha visto como el rival celebraba el gol por la pena máxima. El conjunto rojiblanco ha encajado un total de 37 goles de penalti en cuestión de ocho temporadas, en las cuales cinco de los ocho porteros que han defendido su escudo han sido batidos siempre desde los once metros.

Un gol de Calavera en el minuto 21 y la actuación de Ortolá para detener un penalti a Escriche en el segundo tiempo hicieron posible el pase hacia los dieciseisavos de Copa. "Estoy contento de ayudar el equipo. Es mi función", reconocía el portero alicantino.

Su solvencia no solo resaltaba por dejar la portería a cero en su segundo partido oficial -debutó en el primer partido de Copa ante el Calvo Sotelo de Puertollano (1-5)-, sino porque consiguió una cosa que hacía mucho tiempo que se les resistía a los porteros del Girona: parar un penalti. Después de Becerra, ni René, ni Bono, ni Iraizoz, ni Riesgo, ni Juan Carlos han podido cumplir con esta tarea. Muric no tuvo ninguno.