El Girona asalta La Cerámica (0-1)

Albert Gracia

Los de Eusebio lograron una victoria de prestigio (0-1) ante un Villarreal que fue claramente de más a menos. Stuani fue el encargado de darle la puntilla a los de Calleja, que no merecieron perder.

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Liga Santander

0
1
Alineaciones
Villarreal
Asenjo; Mario Gaspar, Álvaro, Víctor Ruiz, Pedraza; Cáseres (Bacca, 66'), Trigueros, Fornals, Cazorla (Layún, 75'); Gerard Moreno, Toko Ekambi (Sansone, 82')
Girona
Bono; Pedro Porro, Juanpe, Bernardo, Alcalá, Aday (Muniesa, 77'); Granell, Pere Pons, Borja García (Roberts, 80'), Stuani, Choco Lozano (Aleix García, 58')

En la primera mitad el Villarreal ofreció algo más que el Girona, que tan solo se dedicó a mantener a cero su portería y esperar a que Stuani y compañía cocinasen alguna ocasión en ataque. El dominio del conjunto amarillo, sobre todo desde la posesión de balón, no se tradujo en el marcador, pero sí en buenas ocasiones.

Fornals y Gerard fueron los jugadores que tuvieron las más claras. Con Cazorla llevando la batuta del encuentro, al Girona tan solo le quedaban los chispazos en ataque que pudiera ofrecer un vertical Choco Lozano. 

Pero las contras del conjunto de Eusebio no llegaban a buen puerto ante un Asenjo que fue un espectador de lujo en los primeros 45 minutos. Mientras, las ocasiones del Villarreal se sucedían ante una defensa que achicó aguas como podía. Fruto de esa insistencia llegó el gol. O eso parecía hasta que el árbitro consultó el VAR.

El tanto de Ekambi, en fuera de juego, no subió al marcador. No obstante, ese regalo casi divino al Girona no hizo espabilar a un equipo demasiado preocupado en tapar espacios atrás. 

En la reanudación se produjo un cambio de guión totalmente inesperado. En prácticamente la primera ocasión del partido, Stuani abrió la lata tras un tremendo pase de Borja García. El uruguayo se encargó de transformar la acción con una picada sensacional. Jarro de agua fría para un Villarreal que se creía superior en el partido a pesar de que no gozara de la puntería necesaria. 

Con el gol, el Girona se asentó en el campo y dejó de conceder ocasiones. El conjunto dirigido por Calleja empezó a aburrirse con el balón y las ocasiones empezaron a disminuir. Los de Eusebio, por su parte, no necesitaban acercarse a la meta de Asenjo ya que la simple presencia de Stuani hacía sufrir al Villarreal. Los minutos pasaron y el conjunto ‘groguet’ se alió con la épica. Pero no siempre funciona y las acometidas tan solo chocaban contra un muro. El Girona ya sabe lo que es ganar.