El poder de los abrazos de Oriol Riera, el fan incondicional del Girona

El gerundense, de 13 años, se encarga de transmitir su fuerza y espíritu de superación al equipo rojiblanco acompañándolo a todas partes donde puede

A pesar del ajetreo que comporta tener que moverse en silla de ruedas, porque sufre una parálisis cerebral de nacimiento, Oriol Riera Tudela es el fan número 1 del Girona

Oriol Riera posa con varias de las camisetas que tiene del Girona

Oriol Riera posa con varias de las camisetas que tiene del Girona

Tatiana Pérez

El estreno en Primera División en la temporada 2017-18 fue el desencadenante del crecimiento de la masa social del Girona. Entre los miles de nuevos aficionados, había uno muy especial y que para muchos, también lo piensan así en el equipo, es el número uno. O al menos, el más fiel. El aficionado incondicional. Él es Oriol Riera Tudela (Girona, 21/05/2009). Siempre está en primera fila para enviar toda su energía a la plantilla con el poder del abrazo. “Para mí el Girona es como un hermano”, asegura. 

No se pierde ningún detalle del conjunto de Míchel: sigue la actualidad del día a día, las ruedas de prensa, los partidos en Montilivi, etc. Y, desde el curso pasado, se ha animado a acompañarles en los desplazamientos pese al ajetreo que esto le supone tanto a él como a su madre, Núria Tudela Martínez. Oriol, que tiene 13 años, va en silla de ruedas desde que tenía cuatro porque sufre una parálisis cerebral de nacimiento. 

Cuesta más viajar con la silla, que, por cierto, es nueva y Oriol quiso que fuera de los colores del Girona. Aún le faltan “retoques”: próximamente, se la tuneará con el escudo en las ruedas y el número 8 con honor al dorsal que Míchel llevaba cuando era jugador del Rayo Vallecano. “El precio quizá no sea tanto el problema, pero sí implica perder mucho tiempo. Debemos organizarlo y planificarlo todo muy bien. Si debemos depender de lo que tarden en salir los horarios, podemos ir justos. Para ir a Bilbao, por ejemplo, decidimos jugárnosla y ya teníamos los billetes desde octubre. Por suerte, salió todo redondo”, explica Núria. La madre continúa: “Nuestros viajes familiares se están convirtiendo en acompañar al Girona fuera. Ver lo que disfruta y lo bien que se lo pasa, no tiene precio. Aparte de que la respuesta del club con él es excelente. Lo agradezco mucho, de verdad”. La próxima semana estarán en Vallecas. “Míchel me ha dicho que este partido no puedo perdérmelo por nada del mundo”, exclama Oriol. 

El vínculo que ha creado con el Girona se fortalece año tras año, convirtiendo al equipo rojiblanco en su motor de vida. Felipe Sanchón fue el primero en regalarle la camiseta de una colección "de un valor sentimental incalculable" en la que últimamente se ha añadido Viktor Tsygankov. “Tenemos un museo en casa. Cuando entramos en la tienda, tengo que pararlo porque sino...”, alerta Núria. “Me lo compraría todo”, confirma él. Durante la entrevista, Oriol muestra orgulloso todo lo que ha ido recolectando: los guantes de Juan Carlos, las botas de Pablo Maffeo, el gorro de Machín, las camisetas de Stuani, Baena, Ureña, Míchel, Aday, Juanpe, Taty Castellanos y un largo etcétera. 

Los regalos son recíprocos: “Al míster le hice una pulsera, que lleva siempre, y le da suerte. Me lo ha dicho. Lo que más me gusta de Míchel y que me da risa es que, cuando perdemos o los jugadores lo hacen mal, coge una botella de agua (de plástico) y la revienta. Siempre le pregunto cuántas ha roto... (Ríe). Aunque me dijo que eso había que controlarlo, pero su mujer, Lara, ya me ha dicho que en casa es más tranquilo”. Sobre las “pulseras de la suerte” hay otra anécdota: “Le hago muchas para que tenga de repuesto si se le rompen y cuando se le están acabando, me avisa. Si no, le roba a Lara que también tiene”. El pasado mes de septiembre, Oriol fue sometido a una operación de cadera y como “no podía salir de casa” el entrenador del Girona le hizo una visita. “Le hizo muchísima ilusión. Míchel es muy buena persona y muy cercano”, comenta Núria. 

Otro miembro de la plantilla con quien Oriol mantiene muy buena relación, aparte de su “amigo” Juan Carlos, es Stuani. Al delantero uruguayo, incluso le ha podido entrevistar por un proyecto del instituto que está haciendo sobre el Girona. “Stuani tuvo una conversación con el jefe de seguridad, Òscar Orozco, para que yo pudiera estar en primera fila cuando los jugadores salieran del estadio. Antes nos esperábamos fuera en el parking, pero ahora podemos estar dentro. Los animo tanto si pierden como si ganan, jueguen contra el Barça, el Madrid, el Athletic, el Almería o el rival que sea, o llueva o haga frío. Ellos me piden abrazos porque así también tienen mis fuerzas”, dice Oriol. El “día más feliz” que recuerda fue el del ascenso en Tenerife

Las limitaciones en los estadios

Oriol aprovecha para reivindicar sus derechos como aficionado. Y es que en los desplazamientos, como va en silla de ruedas, no puede estar con el resto de seguidores rojiblancos en la zona visitante. En Primera División, hay muy pocos estadios que dispongan de espacio para personas con movilidad reducida donde se ubican sus rivales. Ni Santiago Bernabéu, que se está remodelando, ni Cívitas Metropolitano, ni RCDE Stadium, ni La Cerámica... Ninguno de ellos tiene ascensor para poder acceder a la zona visitante que queda más elevada. “Me cabrea mucho no poder ir con el resto de aficionados a los desplazamientos. En muchos campos me encuentro que no puedo entrar con el merchandising del Girona: me quitan la bufanda, la gorra..., y ahora porque es invierno y con la chaqueta no se me ve la camiseta. No puedo animar a mi equipo como lo haría cualquier otro. La experiencia no está al cien por cien. Aparte de que también he de contenerme a la hora de animar o celebrar algún gol”, lamenta. Pero lo más importante es que el equipo sabe de sobra que Oriol, sea desde donde esté, siempre está presente y siempre le animará.