La historia de Jesús Belza: de la cantera de Las Palmas a debutar con el Tenerife

Compañeros y técnicos celebran el estreno del lateral grancanario, que el lunes firmó sus primeros minutos en Segunda

Imágenes de Belza en sus distintos equipos: Acodetti, UD Las Palmas, CD Tenerife...

Imágenes de Belza en sus distintos equipos: Acodetti, UD Las Palmas, CD Tenerife... / EL DÍA

Manoj Daswani

Hace solo dos semanas cometió uno de los errores más graves de su aún incipiente trayectoria. Era el día del estreno para el filial y un exceso de confianza le costó un autogol que le amargó la mañana. Nadie entonces podía presagiar, tampoco él, que dos semanas después el escenario sería otro (el Heliodoro) y las sensaciones, «inolvidables», como el propio Jesús Belza Medina (Las Palmas de Gran Canaria, 2004) admite en sus primeras manifestaciones después de su bautismo. En Segunda. Contra el Espanyol. Ante 18.000 espectadores. Palabras mayores.

«Llegará donde él quiera», asegura Narci Palancares, uno de los entrenadores que le hizo crecer y progresar en la cadena de filiales. Iniciado en la escuela de la UD Las Palmas, cerró su etapa de amarillo en edad juvenil y su siguiente estación fue el Puertos, otro equipo de la isla de Gran Canaria. Fue al cabo de un año cuando le capta el Tenerife, que vio en él a un jugador adaptable a varias posiciones.

«Extremo, interior, hasta haber ido retrasando su demarcación y cumplir también como lateral», cuenta Narci. «Es un chico humilde, centrado y capacitado», relata David Rodríguez, el último lateral derecho de la cantera en estrenarse con los mayores hasta que el lunes le tocó a Jesús. La alegría fue unánime en dos vestuarios, el del primer equipo y el del B. En el del Heliodoro le recibieron sus nuevos compañeros con palmaditas en la espalda, felicitaciones y halagos. Acabada la jornada, su móvil echaba humo. No era para menos.

«Es un jugador especial. Tiene desborde y velocidad para sacar buenos centros laterales», coinciden sus compañeros. Borja Bethencourt, uno de sus más sólidos apoyos durante el curso pasado, le define paradójicamente como un talento disciplinado. «Tiene nivel. Si le das confianza, tiene margen para crecer. Garitano le dio minutos ante un rival complicado y cuando el partido no estaba cerrado, lo cual dice mucho de la confianza del entrenador en lo que Jesús puede darle».

Sus entrenadores en la cantera –también le marcó mucho Rayco García– subrayan que llegará lejos: «A pesar de su altura, nunca rehuye el choque y su zona siempre suele estar bien cubierta». El caso es que pasó a ejercer de defensa por las circunstancias del Juvenil B, el equipo donde jugaba. «Se necesitaba cubrir esa posición y se fue acomodando ahí con el paso del tiempo». En el filial, sus primeros partidos fueron en la Copa Heliodoro y ya entonces dio muestras inequívocas de su potencial. «Como persona es simpático y amable. Siempre va con la sonrisa por delante. Acepta los halagos y las críticas. Es buen amigo, está bien rodeado siempre y como compañero es un diez», relata Narci. «Espero que sepa que le valoramos y le queremos. Los que coincidimos con él en la caseta nos alegramos de que a la gente buena le pasen cosas buenas», retoma Bethencourt.

Un adelantado a su tiempo, que a su edad (19 años) ya se ha estrenado en categoría profesional, tiene a su favor su extraordinaria versatilidad. «Se puede mover en bastantes posiciones y se adapta rápido a casi cualquier rol. Su despliegue físico es muy importante, es un jugador trabajador y baja a defender y ayudar cada vez que se le requiere», completa Palancares.

Acostumbrado a obrar siempre en silencio, su gran eclosión se produce en verano cuando Jesús incrusta contra todo pronóstico su nombre en la lista de convocados para hacer pretemporada con los mayores. En El Albir encantó a todos; y a su regreso a casa siguió contando para Asier.

«Es un chico increíble como compañero y como persona. Yo nunca tuve dudas», sentencia Bethencourt. «Hacía todo como se le pedía. Nos va a dar muchas alegrías», añade. Su timidez se transforma en atrevimiento cuando sale al campo. Y su otra faceta, la de tiktoker, confirma su sentido del humor y su capacidad para hacer gracia. Por lo pronto le ha entrado por los ojos a Asier, que se deshace en elogios hacia su capacidad para influir y aportar.

Preguntes donde preguntes, la anécdota sobre Belza que más se repite tiene que ver con las canilleras con las que se presentó el primer día, con imágenes de su paso por sus anteriores clubes (Las Palmas y Puertos). El amarillo predominante en ellas no tardó en convertirse en fuente de chanzas por parte de sus compañeros. Hasta que empezó a jugar partidos y más partidos de blanquiazul. Entonces sí tuvo material para personalizarlas otra vez y empezar a jugar con las medias bajas. Para que se le vieran. Orgulloso de su tinerfeñismo, tiene hambre. Y quiere comerse el futuro.