Historia SPORT

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El día que España y Portugal se enfrentaron por la organización de un gran torneo

En una votación oscura, la UEFA concedió en octubre de 1999 a Portugal la organización de la Eurocopa de 2004

España, que había presentado candidatura propia, acabó indignada. "Que no engañen a la gente", lamentó Gerardo González, secretario general de la RFEF

Ángel María Villar fue presidente de la RFEF desde 1988 hasta 2017

Ángel María Villar fue presidente de la RFEF desde 1988 hasta 2017 / EFE

Javier Giraldo

Javier Giraldo

España, Portugal y Marruecos coorganizarán el Mundial de 2030: será el final de un camino largo, y que las candidaturas de los dos países ibéricos empezaron a recorrer pensando ya en el Mundial de 2018, torneo que finalmente fue adjudicado a Rusia.

Sin embargo, hubo un tiempo, no tan lejano, en el que España y Portugal separaron sus caminos en pos de la organización de un gran torneo de selecciones. Ocurrió a finales del siglo XX, y con el objetivo de alojar la Eurocopa de 2004.

La UEFA había apostado por conceder a dos países la organización de la Eurocopa de 2000: Países Bajos y Bélgica cumplieron a la perfección, así como Japón y Corea del Sur, responsables de organizar el Mundial de 2002.

Dado el éxito de ambos torneos, Portugal propuso a España organizar conjuntamente la Eurocopa de 2004. La propuesta llegó al consejo de ministros, y Esperanza Aguirre -ministra de Cultura y Deportes en aquel momento- la trasladó al presidente de la RFEF, Ángel María Villar.

El 'no' de España a Portugal

Sin embargo, la respuesta de Villar fue negativa: consideraba el presidente de la RFEF que España estaba capacitada para organizar la Eurocopa en solitario, sin necesidad de recurrir a otro país.

Villar, que ya tenía una posición consolidada en UEFA, se sentía fuerte y daba por sentado que la candidatura española sería la ganadora.

España y Portugal separaron sus caminos (en realidad, nunca llegaron a juntarlos) con el objetivo de organizar la Eurocopa de 2004.

La UEFA tomaría una decisión el 12 de octubre de 1999, hace ahora 24 años. Había una tercera candidatura aspirante, la formada conjuntamente por dos países, Austria y Hungría.

Sospechas de 'pucherazo'

La UEFA se reunió en Aquisgrán (Alemania) para tomar la decisión final. Portugal había preparado una candidatura ilusionante, con un lema optimista ('Nosotros amamos el fútbol') y la promesa de revitalizar o construir desde cero los estadios del país.

Portugal supo aprovechar lo mejor de su pasado (venía de organizar la Expo'98 en Lisboa, con notable éxito) y sobre todo, proyectarse al futuro. Contó además con un embajador de peso, el mítico Eusebio.

España acudió más confiada en sus posibilidades, con la mayoría de estadios ya construidos y sin necesidad de grandes reformas.

El día de la votación, Ángel María Villar llegó a ofrecer a la UEFA la posibilidad de que la Eurocopa, de celebrarse en España, contase con 24 selecciones, en lugar de las 16 con las que se contaba. (La Eurocopa la disputan 24 equipos desde 2016).

El proceso de votación de la comisión creada a tal efecto por la UEFA fue oscuro y plagado de polémicas: los votos fueron secretos, en papeletas, y fueron a parar al bolsillo del presidente de UEFA, el sueco Lennart Johansson, que pasadas las tres de la tarde anunció a Portugal como candidatura ganadora.

El argumento de UEFA fue contundente. Portugal era mejor en todos los puntos: infraestructuras, estadios, seguridad, transportes, comunicaciones, apoyo financiero, apoyo político, apoyo de los medios y garantías financieras.

"Que no engañen a la gente"

La delegación española estalló. "Ha sido impresentable", lamentó Gerardo González, por entonces secretario general de la RFEF, "todo el mundo sabe que Portugal no tiene infraestructuras deportivas. Que no engañen a la gente".

"La UEFA se ha equivocado", expuso Villar, un poco más comedido, "la candidatura portuguesa no era mejor que la nuestra".

Nunca se hicieron oficiales los resultados de la votación, pero los enviados especiales de la prensa española aseguraron que Portugal obtuvo 10 votos, por cuatro de la candidatura española y dos de la formada por Austria y Hungría.

Ocho ciudades fueron sede del torneo: Lisboa, Oporto, Guimaraes, Coimbra, Leiria, Braga, Aveiro y Faro.

Quiso el destino que España y Portugal compartiesen grupo en la Eurocopa de 2004. Y que Portugal eliminase a España en el partido decisivo de la fase de grupos.

Contra todo pronóstico, la Eurocopa de 2004 la ganó Grecia, que tumbó a Portugal en la final.