Arconada, Muñiz y Preciado, las tres caras de los 'ascensores'

El ascenso no garantiza la felicidad. Y menos, a los entrenadores. Gonzalo Arconada, Juan Ramón López Muñiz y Manuel Preciado han vivido un final de año distinto, muy diferente a aquel mes de junio en que sus caras reflejaban la alegría del éxito conseguido. Una época en que todo eran abrazos y felicitaciones por haber devuelto a la élite a Numancia, Málaga y Sporting, respectivamente.

El que peor lo ha pasado ha sido Arconada. Tuvo que ser precisamente ante el Sporting de Preciado cuando su primera historia como técnico de Primera llegara a su punto final. El hombre que subió al Numancia fue uno de los protagonistas del verano al aceptar la propuesta del Almería para sustituir a Unai Emery, que había fichado por el Valencia. En el club soriano confiaban en que el entrenador del ascenso seguiría con ellos, pero él tenía otras ideas.

La papeleta era muy complicada porque Emery había dejado el listón muy alto. Después de un buen comienzo de Liga -derrotó al Athletic en San Mamés y empató en casa contra el Valencia-, el equipo de Gonzalo Arconada comenzó a titubear. En los dos últimos meses del año, las cosas fueron a peor. Un solo triunfo en la Liga, dos empates y cinco derrotas significaron el calvario del técnico. La afición almeriense pidió a gritos su destitución en algún partido en el estadio de los Juegos Mediterráneos hasta que el pasado domingo, después de perder en El Molinón, la junta presidida por Alfonso García tomó la drástica decisión de prescindir de sus servicios. El mexicano Hugo Sánchez releva a partir de ahora al donostiarra, la quinta 'víctima' de los banquillos de Primera esta temporada.

Mejor suerte ha corrido otro 'rookie' de la categoría que no se estrenó precisamente con el equipo al cual ascendió. Juan Ramón López Muñiz fue el artífice -desde el banquillo- del regreso del Málaga a Primera. Sin embargo, la posibilidad de dirigir a un equipo en competiciones europeas le tentó mucho más que seguir en el club costasoleño. El Racing pensó en él como sucesor de Marcelino García Toral y Muñiz aceptó el reto.

De la misma manera que le sucedió a Arconada, la sombra de su antecesor era muy alargada. Y aún se alargaba más si el comienzo de Liga no era tan bueno como se esperaba. Pese a que el Racing dio la campanada empatando en el Camp Nou en la segunda jornada, cerró septiembre perdiendo en casa contra el Mallorca y vivió un mes de octubre en el que no sólo logró un punto de nueve en la Liga sino que cayó en la primera jornada de la liguilla de la Copa UEFA en el campo del Twente y perdió en Copa en el campo del Murcia.

La situación puso a prueba la paciencia de la directiva. En Santander aumentaban los rumores de destitución e incluso se recordaba que el Racing podría rescindir unilateralmente su contrato con Muñiz si el equipo llegaba al mes de enero en zona de descenso. Pero el triunfo en el campo del Valencia el 1 de noviembre (2-4) supuso un resurgir del equipo, que se quedó a las puertas de los dieciseisavos de final de la UEFA. Ahora, el técnico no está tan cuestionado como dos meses atrás, por suerte para él.

Y quien mejor 'vive' de los tres que ascendieron es Manuel Preciado. El cántabro decidió quedarse en el Sporting, con una plantilla modesta y casi sin extranjeros. Aunque lo pasó mal en las primeras jornadas y los 'fantasmas' de aquel Sporting 97-98 que acabó colista destacado de Primera empezaron a aflorar, éstos se desvanecieron cuando los asturianos ganaron en Mallorca por 0-2 y encadenaron cuatro triunfos seguidos.

Su historia es más alegre que la de sus compañeros de escalada, aunque su asignatura pendiente es su relación con los árbitros. Su vehemencia le ha costado ya dos expulsiones esta temporada. Pese a eso, Preciado se ha comido los turrones en la undécima plaza, a la misma distancia de la zona UEFA que del descenso. Un buen balance para un 'ascensor'.

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