Dyego: "Pues a mí me encantaría jugar de pívot"

Dyego, en el Palau junto al mural de la Champions 2021-22

Dyego, en el Palau junto al mural de la Champions 2021-22 / VALENTÍ ENRICH

David Rubio

David Rubio

El Barça viajó este lunes hacia tierras letonas después de una jornada de atención a los medios muy bien organizada y ya vela armas de cara a una dificilísima Ronda de Elite de la Champions en la que tratará de sobreponerse a las bajas para lograr el único billete en juego de este Grupo A para la Final Four.

Con el recuerdo de lo sucedido el año pasado cuando un solo tanto en el 'goal-average' general dejó a los azulgranas sin Final a Cuatro, Jesús Velasco no puede contar con los lesionados Sergio Lozano, Ferrao, Álex Yepes ni Sergio González. Además, Catela no está a tope y viajan muy tocados tanto Matheus como el portero Miquel Feixas.

Con el Città d'Eboli italiano (miércoles), el Étoile-lavalloise francés (jueves) y el anfitrión Riga FC del mítico Ricardinho (sábado) como rivales, el cuadro azulgrana viaja con cuatro jugadores del filial (Touré, Aniol, Kokoro y el meta Martí Antolín).

Y sin Sergio Lozano, el capitán será un Dyego que en enero cumplirá 10 años en el Barça en los que ha sido desde el primer día un ejemplo de profesionalidad, rendimiento y compromiso. El brasileño conversó con SPORT en el Palau y, como siempre, ofreció sus interesantes y particulares reflexiones.

Otro reto y ya van casi 10 años de retos...

Sí, un año más. Es normal en la rutina de un jugador del Barça. Los que llevamos aquí muchos años ya estamos acostumbrados a este tipo de obligaciones, pero también con ilusión de llegar a otra Final Four. El año pasado no estuvimos y hacía muchos años que como mínimo sí habíamos llegado a la Final Four. Con ilusión de poder estar ahí otra vez y de pelear por el título, pero para eso necesitamos pasar esta fase, que va a ser muy difícil, porque tenemos un grupo muy duro.

¿Qué recuerda de su primera Champions, la 2013-14?

Pues recuerdo que yo llegué en enero de 2014 y jugué directamente la Final Four de Bakú, en Azerbaiyán. Tengo muy buenos recuerdos. Creo que marqué en la semifinal y en la final. Fue un sueño para mí. Era muy joven, hasta entonces estaba teniendo muy poco protagonismo y jugué mucho tiempo allí. Fue importantísimo para mí llegar y ganar la Champions. Fue mágico.

Dyego, en su presentación con Marc Carmona y Javier Bordas

Dyego, en su presentación con Marc Carmona y Javier Bordas / VALENTÍ ENRICH

Ese sería un mensaje para los jóvenes del filial, que den la talla ahora en Riga.

Los chavales, pues se tienen que comer el mundo si quieren ser profesionales y si quieren jugar a alto nivel. Tienen que mirar con ilusión las oportunidades que se les presenten y dar el máximo en la pista, pero siempre con tranquilidad y no dejando que las emociones intervengan en el juego. En la pista hay que tener la sangre fría.

34 años, casi 10 en el Barça y al menos aún le queda año y medio. ¿Cuál es el secreto para darlo todo cada día?

Predisposición y humildad. A pesar de ser un jugador ofensivo que busca el regate y el gol, siempre he trabajado mucho en defensa. Quizá si no me dedicase tanto en defensa podría estar más fresco en ataque, pero no es mi juego. Cuando empecé a jugar en Brasil yo era muy ofensivo y mi entrenador, que era Marquinhos Xavier. (el actual seleccionador brasileño) me decía, puedes regatear, pero si no defiendes no vas a jugar. Si defiendes, cuando tengas el balón haz lo que tú quieras. Fue un aprendizaje que vi claro y a partir de ahí mis estadísticas de desborde eran muy altas, pero siempre ayudaba mucho en defensa. En el fútbol sala no puedes hacer solo una cosa, tienes que hacer un poco de todo. Si caes en cualquier posición en la pista tienes que saber qué hacer, cómo controlar el balón, cómo perfilar mi cuerpo en esa posición. Tienes que tener un poco de esa faceta de poder jugar en todos los sitios y eso es algo que he trabajado mucho durante estos años. Si tengo que jugar de cierre lo voy a hacer, si tengo que defender a los pívots, también o si he de jugar de pívot sé jugar de espaldas.

Ha dicho Jesús que una de las opciones es que usted haga de pívot.

Pues me encantaría, porque jugaría más cerca del gol. De hecho, algunas veces me he planteado ir para adelante, pero últimamente el míster me pide que ayude a sacar el balón de atrás. Vamos a ver cómo se dan los partidos y haré lo que el míster me pida. He tenido el privilegio de trabajar con grandes entrenadores y siempre he rendido al máximo nivel con todos y me he llevado muy bien con ellos. No me considero un tío con vanidad, no tengo ego. Siempre he sido muy humilde, he trabajado para el equipo y estoy listo para lo que el míster decida, pero sí que me gustaría jugar de pívot. Me desgastaría menos y estaría más fresco.

Foto de equipo antes de iniciar el viaje a Letonia

Foto de equipo antes de iniciar el viaje a Letonia / VALENTÍ ENRICH

¿Cómo lleva tener que encarar siempre cuando está cargado, sobre todo en esta temporada con menos recambios?

¡Eso pasa muchas veces! La gente no sabe. Pues con mucho entrenamiento, porque cuando estás muy bien tienes mucha ventaja, pero cuando no estás tan bien es más difícil. Yo difícilmente pierdo un balón, porque trabajo muchas facetas de mi juego. Saber proteger el balón, saber poner el cuerpo y no echarlo muy para adelante por si la pierdes para recuperar más rápidamente la posición. Parece sencillo, pero no es fácil y lleva años de entrenamiento, de percepción del juego y del momento, de cómo pone las piernas el adversario, de ganar la posición y para eso tienes que poner tu cuerpo enfrente del rival. Y necesitas estar muy bien físicamente, porque desgasta mucho. Pero creo que es más a nivel mental. Tienes que rendir a alto nivel y quizá ese día estás un poco desganado, pero tienes que hacerlo. El estrés de los viajes, de dormir en los hoteles. No es una tontería, porque todo te va desgastando. Es una profesión exigente la de deportista profesional.

Sin Sergio Lozano, usted va a llevar el brazalete de capitán en Riga...

Es un honor, pero no cambia nada para mí. Es lo que llevo haciendo desde hace mucho tiempo. Tengo claro que tenemos que cumplir unos objetivos y mis compañeros también saben la responsabilidad que tienen, donde están y el sueño que tenemos. Ya hemos vivido lo bonito que es ganar la Champions, toda la gente feliz, el ambiente y llevar el nombre del Barça a lo más alto del fútbol sala. Es el objetivo. Y por mi parte simplemente que tengo que estar a mi nivel, concentrado y tranquilo para poder rendir, porque si un jugador no está tranquilo no consigue rendir a su nivel máximo.

Muy buenos recuerdos de Riga con la remontada en 'semis' en la que usted fue la clave y con el partidazo de todos en la final, el mejor de la 'era Velasco'.

Yo creo que sí fue el mejor y además contra un gran rival como el Sporting. Ganar por tanta diferencia tuvo mucho mérito, hicimos un partido completísimo y puede que haya sido hasta ahora nuestro mejor partido con Jesús.

Dyego Henrique Zuffo ya ha ganado tres Champions

Dyego Henrique Zuffo ya ha ganado tres Champions / VALENTÍ ENRICH

Ese subidón tras las semifinales quizá fue clave y ahora debería serlo lo que sucedió el año pasado con el Anderlecht en la Ronda de Elite...

Lo de Riga, más que un toque de atención contra el Benfica fue más una motivación por haber estado en una situación tan adversa y haber tenido fuerzas para sacarla adelante. Si fuimos capaces en medio tiempo de remontar un partido contra un gran rival en unas semifinales de la Champions, pues la final empezaba 0-0 y nos pusimos las pilas desde el principio. Eso fue lo que pasó.

¿Qué sabe de los italianos?

Creo que tienen algunos brasileños y a Marinovic (ex de ElPozo y de Cartagena). Es el campeón de Italia, un rival difícil que compite muy bien. Es un equipo durísimo, es el primer partido y será importantísimo salir con los tres puntos.

Pito no estará y hay tres apercibidos incluido él mismo. Hasta ahí hay que ser profesionales, ¿no?

Exactamente. Creo que es una faceta muy importante de la Champions. No entiendo muy bien que por dos amarillas tengas que perderte un partido y no me gusta para nada, pero es lo que hay. Ser un jugador profesional también conlleva eso. No tienes que jugar solo un partido, tienes que jugarlos todos y para eso a lo mejor a veces tienes que quitar un poco el pie en ciertos momentos o callarte delante de los árbitros. Tienes que estar siempre concentrado y por eso digo que el desgaste siempre es grande. Hay que estar pendiente de lo que pasa en cada minuto y ahora en la Champions aún más. Tenemos gente con tarjeta ya, Pito no juega el primer partido y vuelve con tarjeta. Ya tuvimos bajas en la Ronda Principal e hicimos tres grandes partidos. Ahora tenemos más bajas todavía y será muy complicado, pero también estamos capacitados para ello y vamos con toda la ilusión.

Pito no jugará el miércoles por sanción

Pito no jugará el miércoles por sanción / VALENTÍ ENRICH

Sus tres entrenadores en el Barça han confiado mucho en usted. ¿Es mérito de ellos o suyo?

Es mérito de ellos también. Carmona me trajo al Barça. Yo tenía mi estilo de juego, pero él me exigía que me moviese mucho sin balón. Me enseñó a jugar de esa manera y fue muy productivo para mí. Siempre le estoy muy agradecido a Carmona, porque me abrió las puertas del Barça y tuvo paciencia conmigo. Con el paso de los años he podido ver eso más claramente. A lo mejor me equivoqué algunas veces por no tener paciencia, por todas las dificultades, pero fue una experiencia muy bonita con él. Luego vino Andreu (Plaza) y con él junté las características que traía de Brasil junto con lo que había aprendido hasta formar el jugador que soy hoy. Él me dio libertad para jugar, confianza. Está claro que si yo fallo, el entrenador no va a tener confianza en mí. Si quieres confianza tienes que hacer bien las cosas y ha sido mérito de los entrenadores y mío también. Y ahora Jesús también me da mucha libertad. El míster es un tío que conoce mucho el fútbol sala y las facetas del juego. Cada uno con sus características, son tres grandes entrenadores con los que he tenido el privilegio de trabajar con ellos igual que los que tuve en la selección brasileña. Además, no aprendes solo de los entrenadores, sino también mirando a los rivales, a tus compañeros... Cuando vine había aquí grandes cracks y aprendí mucho a través de la mirada.