La UEFA mete mano en las redes sociales

Aleksander Ceferin, presidente de la UEFA

Aleksander Ceferin, presidente de la UEFA / AFP

Ramón Fuentes

Este viernes la Comisión de Ética y Disciplina de la UEFA hacía oficial la sanción de un partido al jugador croata Lovren por sus manifestaciones contra Sergio Ramos y España tras el partido de clasificación de la Liga de Naciones. 

Castigo al margen, lo importante radica en cuanto a cómo se produce y que marca un nuevo precedente para futuro. Porque las palabras del futbolista croata responden al vídeo que el propio Lovren subió a sus redes sociales. 

Es decir, esta actuación disciplinaria de la UEFA refleja claramente que también las redes sociales, ya sean de los clubes o los propios futbolistas, no sirven de parapeto ante cualquier manifestación que ataque los principios de respeto que exige la UEFA. 

De hecho no es el primer caso donde el órgano disciplinario actúa de la misma manera. Es más ya en el 2015 la UEFA actuó con dureza ante las manifestaciones del entonces jugador del PSG, <strong>Serge Aurier</strong>, contra el colegiado  Kuipers y sus asistentes por expulsar a Zlatan Ibrahimovic en el encuentro de Liga de Campeones ante el Chelsea. El jugador francés colgó un twitter en su cuenta donde atacaba duramente al colegiado holandés y sus asistentes. La UEFA decidió castigarle con tres partidos al jugador francés. 

La FIFA, por el mismo camino

También la FIFA tiene precedentes en actuaciones contra manifestaciones vertidas en las redes sociales. Sin ir más lejos el pasado Mundial de Rusia advirtió al defensa croata Dromagoj Vida después de imponerse a Rusia. En el mismo dedicaba a Ucrania, en un vídeo colgado en sus redes sociales, la victoria contra el pais anfitrión como gesto de clara oposición al momento de tensión que entonces existía entre ambos países, Rusia y Ucrania. La FIFA no le sancionó pero si le advirtió para que en caso de repetirse algo así sería sancionado. 

Analizados estos casos no cabe duda que las redes sociales no son un desierto donde los actores del fútbol puedan manifestarse creyendo que van a quedar impunes. Algo lógicamente que afecta al fútbol español como dependiente de los dos organismos internacionales. Es verdad que en España, y estando todavía Francisco Rubio como presidente, hay ejemplos donde el Comité de Competición estudió manifestaciones vertidas en las redes sociales. Pero siempre han sido atendiendo a denuncias del estamento arbitral y que se han resuelto con sanciones económicas que en su grado medio han supuesto una multa económica de 1500.

Este nuevo suceso de Lovren exige una modificación urgente del Código Disciplinario de la RFEF para que puedan entrar a sancionar con partidos cualquier falta de respeto que se produzca en las redes sociales. Actualmente sólo el artículo 89 habla de actos notorios y en caso de gravedad fija un mínimo de cuatro partidos. Además fija una multa económica entre 600 y 3006 euros. Pero no habla de sanciones de un partido o más en situaciones parejas a la de Lovren y las cantidades económicas parecen insignificantes considerando los contratos de los futbolistas.

Un cambio por el que estuvo luchando el anterior Comité Técnico de Árbitros presidido por Victoriano Sánchez Arminio antes del relevo en el cargo por Carlos Velasco Carballo.