Entrevista SPORT

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La increíble historia de Robert Carmona, el jugador más longevo del mundo

Robert Carmona atiende a SPORT para explicar que quiere seguir haciendo historia con una carrera que nunca termina

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La historia de Robert Carmona, el jugador más longevo del mundo

La historia de Robert Carmona, el jugador más longevo del mundo / Robert Carmona

Alguer Tulleuda Bonifacio

Alguer Tulleuda Bonifacio

El mundo del fútbol nunca dejará de sorprender a los aficionados con historias inéditas que merecen la pena ser contadas. Alejados de los grandes focos mediáticos, otro tipos de relatos se abren paso para aquellos dispuestos a escucharlos. La historia de Robert Carmona, el jugador más longevo del mundo, es una de ellas.

¿Cuánto suele durar la carrera de un futbolista? La respuesta a esta pregunta siempre suele ser una etapa corta, un periodo limitado de tiempo donde los jugadores exprimen su potencial al máximo mientras sus capacidades físicas se lo permiten. Robert Carmona ha querido desafiar esa afirmación con una carrera inacabable que parece no terminar a sus 62 años.

Este jugador uruguayo se siente joven. Muy joven. De hecho, se siente casi como un niño: "Vivo como el primer día. Me siento joven, me levanto cada día con la ilusión de que me va a contratar un club. Es mi trabajo, mi vida". Mientras explica su inextinguible pasión, los ojos de Carmona se iluminan como si fuese el primer día. Es el poder imparable que puede tener una pelota, capaz de generar muchos conflictos... aunque también de hacer volar grandes historias.

La carrera más longeva de la historia

Robert Carmona empezó su carrera en 1976. Desde entonces, el jugador ha disputado más de 2.000 partidos, pasado por casi 50 equipos distintos así como practicado este deporte en casi todas las partes del mundo. Ahora, el CD Iraklis de Alicante es su hogar, aunque el jugador sigue en Uruguay desde su lesión de la que espera recuperarse pronto para volver a los campos próximamente.

Los inicios de Carmona fueron complicados. La muerte abrupta de su padre cuando era pequeño marcó para siempre toda su vida. En sus últimos momentos de vida, le prometió que iba a ser futbolista, un juramento que sigue cumpliendo sin titubear a sus 61 años.

Sus increíbles récords han sido considerados por asociaciones como Guinness World Record. Robert Carmona se muestra orgulloso de ser, entre los ocho mil millones de habitantes que tiene el planeta tierra, el único en ser el jugador activo más longevo del mundo a nivel oficial. Una persona única en la historia como también es su extenso conocimiento de este deporte.

Un deporte que no es lo que era

Robert Carmona ha jugado profesionalmente hasta en seis décadas distintas. Ha jugado con distintos balones, con distintos zapatos, distintas ropas... dentro de las canchas, los sistemas, las planificaciones, los trabajos técnico, táctico, físicos... ha cambiado mucho todo. Reconoce que actualmente es una empresa, un negocio mundial. De hecho, manifiesta que hoy no se juega al fútbol, solamente hay chispazos, esos de Messi, Mbappé, Ibrahimovic, Cristiano... "Todo es muy 'marketinero', los entrenadores a veces quieren tener más importancia que los jugadores. A la pelota juegan todos. Al fútbol jugamos muy pocos", explica.

La increíble historia de Robert Carmona, el jugador más longevo del mundo

La increíble historia de Robert Carmona, el jugador más longevo del mundo / Twitter

A pesar de todo, Carmona no parece dispuesto a poner punto y final a su carrera deportiva. Hace del fútbol su respiración, su compromiso es ser profesional para estar sano en plenitud. Compara su responsabilidad con Leo Messi, alguien a quien ama aunque considera que su propio sentimiento es más profundo. El crack argentino es una mega estrella, puede jugar el fútbol caminando como lo hace. Sin embargo, Carmona debe entrenar día a día. Está las 24 horas del día pensando y cuidándose. Quiere practicar con el ejemplo.

"No es fácil jugar con jóvenes, ¿eh?".

Disputar partidos profesionalmente obliga a Carmona a jugar contra rivales mucho más jóvenes, al menos físicamente. Robert encuentra diferencias en la velocidad, en la fuerza, disparidades en el salto a cabecear... aunque defiende que juega con un gran punto a favor suyo: la experiencia. La rapidez mental aporta un valor añadido al jugador; todo lo que no puede hacer en velocidad, en el choque o en la potencia con un joven lo compensa con pausa, aplomo y con saber hacer dentro de una cancha. "Soy un superdotado elegido por Dios, tengo ciertas virtudes que otros carecen", explica.

A la pelota juegan todos. Al fútbol jugamos muy pocos

Robert Carmona

Dentro de los vestuarios, Carmona se siente como un niño en una cáscara vieja cuando interactúa con sus compañeros: "Soy un par de zapatos nuevos en una caja de zapatos vieja de 1960. Soy un hombre viejo pero con espíritu joven. Eso lo transmito". Reconoce que al principio es duro, sobre todo cuando un señor canoso, con pelo largo, caminar cansino se presenta a jóvenes que 'vienen con caravanas, collares o piernas afeitadas'. Carmona rompe con su antigüedad, con su manera de ser, de trotar, de entrenar, es como ver a un Rey Mago, como ver a Papa Noel: "Me reconocen como una leyenda del fútbol mundial". Una historia que merece ser contada.