Sin el drama de Maradona

Brasil esperaba desde hacía semanas el peor desenlace posible para 'O Rei' Pelé, que acabó por cumplirse el pasado jueves

Pelé tuvo un adiós cálido e íntimo, todo lo contrario que Diego, tras fallecer en 2020 con tan solo 60 años

Pelé y Maradona jugarán juntos en el cielo

Las leyendas del fútbol Pelé (i) y Diego Maradona (d), en una fotografía de archivo. EFE/Str

Joaquim Piera

Joaquim Piera

Pelé traspasó con los honores, la pompa y la circunstancia que se merecía ‘o Rei do futebol’: en su vejez, bien cuidado, sin preocupaciones financieras y acompañado de los suyos, que pudieron darle un adiós cálido e íntimo en un clima de respeto colectivo...

O sea, tuvo el adiós que Diego Armando Maradona no gozó en noviembre de 2020, cuando falleció a los 60 años en un escenario personal impropio por todo lo que supuso y generó para Argentina y para todo los amantes de este deporte.

En este caso, Brasil fue mentalizándose que el mejor de todos los tiempos se iba por motivos estrictamente generacionales y que pudo disfrutarlo en todas sus facetas desde el ‘menino prodígio’ al embajador del balón reverenciado en todo el mundo. 

Desde que a finales de noviembre pasado comenzaron a llegar inquietantes noticias del Hospital Israelita Albert Einstein de Sao Paulo, donde estaba ingresado Pelé, en Brasil se han vivido estas últimas semanas con muchísimo respeto, huyendo de convertir sus últimos días en un macabro folletín.

Lejos, muy lejos, del dramatismo que los argentinos vivieron con la muerte de Diego. Tanto los aficionados brasileños como la opinión pública han sabido diferenciar al Pelé futbolista e ídolo de masas del Pelé ciudadano y sus episodios polémicos más allá de los terrenos de juego.

En ningún momento se le mitificó por todo lo que Edson Arantes do Nascimento hacía o decía, sabiendo, incluso, someterlo a duras críticas si era necesario.

Así la figura de Pelé, incluso en estos momentos de tristeza, sobresale ya como inmortal en la memoria colectiva del pueblo brasileño, de una ‘torcida’ que se despide de su monarca con pasión pero también con muchísimo respeto.