Morrissey critica duramente los toros de San Fermín: "Una orgía de violación y violencia"

Morrissey, el icónico cantante británico y exvocalista de The Smiths, ha lanzado duras críticas hacia las corridas de toros y los encierros de San Fermín, calificándolos como "una orgía de violación y violencia incendiada por la bebida". Durante su reciente concierto en Madrid, Morrissey aprovechó para sumar su voz a una campaña de PETA dirigida al papa Francisco, instando al líder de la Iglesia Católica a condenar lo que considera "un espectáculo del diablo".

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En una carta dirigida al Papa, Morrissey, que se crio en una familia católica, apeló a los valores de la iglesia para pedir el fin de estas "abominaciones". Recordó al pontífice que su elección de nombre, en honor a San Francisco, el patrón de los animales y el medio ambiente, debería implicar una postura clara contra la tortura y matanza de toros por deporte, una práctica que va en contra de los principios de compasión y respeto hacia todas las criaturas.

El cantante, conocido por su activismo en defensa de los derechos de los animales, subrayó además que la popularidad de las corridas de toros está en declive, especialmente entre los jóvenes en España. Citó estadísticas que muestran que un 93% de los jóvenes entre 16 y 24 años rechazan las corridas, y destacó cómo países como Colombia y México han prohibido esta práctica y han cerrado plazas de toros en 2024. Para Morrissey, si la Iglesia Católica no condena públicamente estas tradiciones, corre el riesgo de perder su relevancia en el mundo moderno.

Morrissey cerró su mensaje al Papa con una petición clara: "Piedad y amabilidad" hacia los animales. Para él, el rechazo a la tauromaquia no solo es una cuestión moral, sino también una necesidad urgente para alinear las enseñanzas de la iglesia con el respeto a la vida en todas sus formas. Como expresó en sus propias palabras, "todos queremos que el toro sobreviva. Y así será".

Este fuerte llamado del cantante británico no es solo una postura personal, sino un reflejo del creciente movimiento global contra las corridas de toros, un movimiento que busca poner fin a una tradición que muchos consideran arcaica y cruel. Morrissey se une así a un coro de voces que piden un cambio, un cambio que solo, según él, puede venir de la mano de una condena rotunda por parte de una institución tan influyente como la Iglesia Católica.