De máquinas de tatuar a joyas, el botín inusual que se incauta en las cárceles españolas

Poco a poco, las drogas y los móviles se han convertido en los objetos más incautados

Un patio de la cárcel de Brians, en Sant Esteve Sesrovires.

Un patio de la cárcel de Brians, en Sant Esteve Sesrovires. / DANNY CAMINAL

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En los centros penitenciarios españoles, las incautaciones revelan una creciente presencia de objetos inusuales, desde máquinas de tatuar hasta joyas y fotografías de DNI utilizadas para falsificar tarjetas.

Estos objetos prohibidos se manejan de diferentes maneras: algunos se almacenan y se devuelven a los internos a su liberación, mientras que otros, ilegales en todos los entornos, se envían a los juzgados para procedimientos judiciales.

La lista de los objetos más incautados incluye sustancias tóxicas, accesorios eléctricos, teléfonos móviles, objetos punzantes, joyas no autorizadas, tarjetas telefónicas, objetos cortantes, accesorios auxiliares y aparatos de música.

Estas incautaciones pueden ocurrir durante la estancia de un interno en prisión o en el momento de su ingreso. Además, algunos objetos que originalmente estaban autorizados pueden retirarse después de un uso indebido o al ser trasladados a centros penitenciarios con diferentes regulaciones.

En años recientes, ha habido un aumento significativo en la incautación de objetos. La fabricación de objetos prohibidos por parte de los internos, como limas utilizadas para crear objetos punzantes, también es común. Estos desafíos de seguridad requieren una constante vigilancia y medidas para evitar su introducción en las cárceles, incluso en medio de la creciente amenaza de drones que intentan llevar objetos prohibidos.

A pesar de los avances tecnológicos, las vías tradicionales de introducción de objetos prohibidos siguen siendo un desafío clave en los centros penitenciarios españoles. El reglamento penitenciario contempla procedimientos como cacheos y revisión de la correspondencia para mantener la seguridad en estas instalaciones.