Lydia Lozano, abandona en pleno ataque de llanto, el plató de Sálvame tras las acusaciones de Víctor Sándoval

La entrevista de Víctor Sándoval no ha tardado en generar disputas

El colaborador ha vuelto un año más tarde a Sálvame con ánimo de venganza

Lydia Lozano.

Lydia Lozano.

Hablar de prensa rosa en España es hablar de Sálvame. Desde 2006 es uno de los programas de entretenimiento más populares y seguidos de la televisión española. Su formato fue rompedor y ha supuesto un antes y un después en la televisión mundial.

El programa repasa cada tarde en Telecinco tanto las últimas noticias con una buena dosis de debate con sus tertulianos habituales, que dotan al formato con una personalidad única que le ha hecho ser líder durante muchos años.

Siempre en el centro de la polémica, no son pocos los que consideran a Sálvame lo peor de la televisión aunque sus fans se cuentan por miles y su manera de calar en la cultura popular lo mantiene con una salud de hierro.

Lo que ha pasado durante el programa de hoy, sin embargo, ha sorprendido a propios y extraños. Es normal que con tanta popularidad cada detalle sea ampliamente comentado, sobre todo en redes, por lo que no es de extrañar que también se haga viral.

La llegada de Víctor Sándoval al plató de Sálvame, después de casi un año, no ha tardado en generar disputas. El excolaborador ha acusado a Lydia Lozano de malmeter y dar informaciones sobre Anabel Pantoja que le han perjudicado.

Lydia Lozano, ha defendido a capa y espada, su verdad negando las acusaciones de Sándoval. Pero Víctor se ha mantenido en sus trece y además ha arremetido contra ella porque afirma que durante su etapa en el programa Lydia le perjudicó.

"Matas a los muertos tres años después" le ha espetado Sándoval a Lydia Lozano. Un golpe bajo que ha derrumbado a la colaboradora y ha abandonado el plató entre lágrimas.

La pelea entre Sándoval y Lozano ha continuado durante la entrevista tras la vuelta de la colaboración: "Eres la novia en la boda y la muerta en el entierro" le ha dicho Víctor. Una aparición del colaborador marcada de ánimos de venganza.