Así se hacía justicia en la Edad Media: horca, extracciones de ojos y decapitaciones

Los diferentes tipos de crímenes se castigaban de manera brutal 

Hacer justicia en la Edad Media

Hacer justicia en la Edad Media / SPORT.es

Durante los siglos V y XV se desarrolló en Occidente un periodo histórico conocido como la Edad Media. Esta etapa histórica es considerada por muchos como una época muy oscura.

Enfermedades, muerte o poca higiene son algunos de los datos que se nos vienen a la cabeza cuando pensamos en esta época, pero poco se conoce acerca de cómo era la justicia en la Edad Media.

En este periodo existía una enorme desproporción entre la gravedad del crimen y la dureza del castigo. La cárcel no se utilizaba como una pena por el delito, sino para mantener a un condenado en prisión hasta la sentencia firme.

Multas económicas y el destierro son algunas de las penas menos duras, pero las más características eran las corporales: azotes, marcas infamantes, mutilaciones y la muerte infligida mediante torturas.

La justicia en la Edad Media se basaba en el ojo por ojo y diente por diente, por lo que, la violencia se castigaba con violencia. Los castigos se infligían con el fin de demostrar visualmente las consecuencias de alterar el orden establecido.

De esta forma, el robo se castigaba con la amputación de las manos y, se llevaba a cabo la amputación de orejas o de nariz a las mujeres adúlteras. Estas mutilaciones servían para reconocer a los delincuentes.

En cuanto a los delitos de blasfemia, a las personas que lo cometían se les perforaba la lengua con un atizador al rojo vivo o bien se les cortaba la lengua. También se podía llegar a la extracción de la lengua con tenazas.

Para los delitos sexuales graves se procedía a la extracción de los ojos de manera manual o, con una cuchara. Para otros delitos sexuales, como la sodomía, se practicaba la castración.

Los crímenes de sangre se castigaban con las ejecuciones públicas. La horca era el método que más se utilizaba para las personas de clases más bajas, mientras que la decapitación se utilizaba para las personas de clases más altas.

Los peores crímenes se castigaban con la muerte en la hoguera. Con este castigo lo que se buscaba era prolongar el sufrimiento de la persona que hubiera violado, hubiera sido incestuoso o fuera bruja.

Pero el delito que peor castigo tenía era el de la traición contra el rey. Se les aplicaba el descuartizamiento, los brazos y las piernas del reo se ataban a cuatro caballos que tiraban hasta que se desprendían los miembros del reo.