Hugo Scoccia: "En Cadaqués hay energía sexual, folla incluso el más feo, como yo"

Columnista de Diari de Girona y de Sport, -del mismo grupo editorial-, Hugo Scoccia acaba de publicar 45 días y 500 noches, un diario de microrrelatos con su población, Cadaqués, como centro del universo, que completa con siete cuentos de cosecha propia

Scoccia, en Cadaqués

Scoccia, en Cadaqués / VÍCTOR VLADIMIR LAZAREFF

¿Diría que Cadaqués está mitificado?

Cadaqués no está mitificado en absoluto. Lo que está es masificado, en agosto. Cadaqués es el pueblo más bonito del mundo. Sin duda. En esto, no hay debate.

¿Los que viven allí hablan tanto para darnos envidia al resto?

Es que ser de Cadaqués es una suerte, solo hay 3.000 personas que lo puedan decir. Probablemente cuando muera iré al infierno, pero me da igual, porque la vida la habré pasado en el paraíso. No es que le quiera dar envidia, Soler, es así.

¿Qué hay de bueno en Cadaqués? No me diga ahora que es cierto el mito de que hay mucho sexo.

Yo fui a vivir un tiempo a París en busca del amor y el sexo, y es todo mentira. Es aquí, es en Cadaqués. Hay una energía sexual que es mágica. Incluso el más feo, como yo, folla bastante (ríe).

Ahora llega el verano: ¿tiene ganas de que empiece o que termine?

Tengo muchas ganas de que empiece. Entiendo que la gente que trabaja en la hostelería y otros que están de cara al público, el 1 de agosto ya estén quemados. Pero a mí me gusta porque para un escritor es el momento más interesante. Hay gente de todo el mundo y de todo tipo. Vas a una fiesta y a un lado tienes un hippy, al otro un artista y delante, un millonario. Por más que algunos quieran hacer creer que Cadaqués tiene un punto elitista, es justo lo contrario: aquí da igual si eres rico, si eres pobre o a qué te dedicas. Solo importa si llevas ginebra y vodka a la fiesta o no.

Y a pesar de todo, para escribir el libro se fue.

En Cadaqués no es difícil encontrar inspiración, pero sí disciplina, hay mucha tentación.

¿Hace falta disciplina para escribir?

Cada día estoy más convencido. Antes pensaba que no, elegí ser escritor pensando que era una vida genial: sexo, alcohol, fiestas... En realidad, si uno no se lo toma en serio como un trabajo de oficina, salen muy pocas cosas.

¿Eso del diario no es cosa de niñas adolescentes, más que de un adulto como usted?

Todos tenemos una parte adolescente. A usted le he visto bailando en un vídeo, para hacerse el joven. Yo tengo que escribir diarios (carcajada).

¡Es que yo soy joven!

Eso es discutible. Usted se conserva bastante bien, pero la edad no perdona a nadie.

Cambiando de tema: ¿la gente cada día se ofende más por todo?

Todo el mundo se ofende por todo, es el gran problema de la sociedad actual. Creo que es un signo de inseguridad, hay una depresión colectiva. No sabría encontrar el motivo. Da pena decirlo, pero ahora hay menos libertad que antes, cualquier cosa que digas, ofende a algún colectivo. Aunque sea una broma, te cancelan. Tanto que se habla de libertad de expresión, y no existe. Es al contrario, no se puede hacer nada, todo el mundo se molesta, todo el mundo está ofendido. Estoy seguro de que esto traerá la caída de Occidente.

¿La censura viene ahora de la izquierda?

Eso es lo más curioso. La gente que antes luchaba por la libertad es la que ahora censura. Pero es una censura a la carta: solo si ofende a quienes ellos creen que no se puede ofender. La izquierda actual, no solo en España sino en Europa, es infantil. Ellos sí que son adolescentes, y no el hecho de escribir un diario. La izquierda actual es inculta, ofendida, tira solo de eslóganes. Así les va. Así nos va a todos.

¿Y así sube la ultraderecha?

Por mi origen me toca de cerca el caso italiano. Meloni no me gusta nada, pero no me sorprende, el único argumento de sus rivales era «¡que viene el monstruo!», como si lo que había antes no lo fuera. Lo mismo ha pasado con Milei. La política se ha vuelto rara, hay gente que defiende su partido como si fuera un equipo de fútbol, son hooligans. Esto es muy peligroso, ya sabemos cómo acaba siempre eso de defender a un líder.

Hablando de fútbol: ¿tenemos derecho los culés a ser infelices?

Tenemos motivos, unos fichan a Mbappé y nosotros estamos pensando si recuperar a Eric García. Pero no pasa nada. Yo prefiero ser culé y perder, que ser del Madrid y ganar.

¿Qué futuro ve al Barça?

Esperemos que en la Eurocopa se lesione Mbappé y que Vinicius se quede encerrado en un after en Miami. Así ganaremos la liga seguro.

¿Es arriesgado escribir del Barça en un diario?

Es un trabajo de alto riesgo. Cuando escribía sobre el proceso ya sabía en qué me metía, había cuatro que se volvían locos. Desde que escribo en Sport, alucino, he tenido que poner mi Facebook en privado porque iban a buscar fotos mías, me insultaban… La gente se vuelve loca.

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