El fármaco con más efectos secundarios del mundo es uno de los que más se venden en España

Este medicamento tiene propiedades analgésicas, antiinflamatorias y antipiréticas, por lo que alivia los efectos producidos por diversas enfermedades en muy poco tiempo

Aun así, sigue contando con muchos efectos secundarios, por lo que hay que regular su uso

Los médicos alertan del retraso en el acceso a medicamentos.

Los médicos alertan del retraso en el acceso a medicamentos.

SPORT.es

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¿Quién no tiene ibuprofeno en su casa? Seguro que sois muy pocos los que no tenéis el mencionado medicamente en vuestra casa, ya que estamos ante uno de los fármacos más vendidos en España, ya que cuenta con propiedades multifuncionales. Ahora bien, no todo son propiedades beneficiarías, puesto que este medicamento tiene, como la gran mayoría, efectos secundarios asociados.

Evidentemente, como miembro de la familia de los antiinflamatorios no esteroideos (AINEs), cuenta con propiedades analgésicas, antiinflamatorias y antipiréticas, por lo que alivia, en muy poco tiempo, los efectos producidos por diversas dolencias. “Los AINEs clásicos se han asociado siempre a diversos efectos indeseados”, advierte Antònia Agustí, presidenta de la Sociedad Española de Farmacología Clínica (SEFC). “Lo que pasa es que el ibuprofeno ha sido de los más recomendados porque había algún estudio epidemiológico o farmacológico que decía que era el que menos daños producía. Con el tiempo y su utilización ha quedado claro que no era así“, prosigue.

Por lo tanto, parece evidente que, poco a poco, la comunidad científica ha ido descubriendo que el ibuprofeno no es un AINE tan inocente como se pensaba. De hecho, fue en 2015 cuando la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) lanzó una alerta que pedía a los facultativos examinar bien el historial clínico de los pacientes que iban a realizar un tratamiento prolongado y con dosis altas de ibuprofeno. Esto hizo que se desarrollasen más estudios sobre el fármaco, los cuales desmontaron el mito que comentaba la presidenta de SEFC. Tan es así que, con cada uno de esos estudios, se han ido añadiendo más efectos secundarios cada vez.

Una de esas investigaciones, publicada en 2017 en The British Medical Journal, confirmaba que la toma del ibuprofeno, como pasa con el resto de los AINEs, aumenta el riesgo de infarto de miocardio, aunque la persona no tenga patologías asociadas previas, ya que tiende a aumentar la presión arterial. La investigación, que tuvo en cuenta una gran muestra de participantes (más de 446.000), llegó además a una conclusión interesante: el aumento del riesgo de sufrir un infarto se produce a partir de la primera semana de toma y cuando se ingiere en dosis altas.

Abusamos mucho del ibuprofeno y abusamos mucho de los antiinflamatorios”, contestaba Agustí, que pone el punto de mira en ese consumo desmesurado para explicar las múltiples complicaciones que se derivan de él. “Se toma para problemas en los que ni es necesario, como la artrosis. Si no hay inflamación de la articulación, mejor usar un analgésico”, sentencia la experta.

Además, este abuso, también se produce con las ingestas de grandes dosis, lo que provoca que se acrecienten sus problemas. Según la Aemps, para un adulto, se considera una administración alta los 2.400 mg diarios o superiores, aunque el estudio de BMJ cifraba el incremento del riesgo de infarto a partir de los 1.200 mg al día. De hecho, esto suele provocar uno de los efectos secundarios más conocidos del mencionado medicamento, los problemas estomacales. Con una toma continuada en el transcurso del tiempo, esto te puede provocar una irritación de la mucosa del estómago, lo que puede originar una úlcera gastroduodenal.

“Al igual que el resto de los AINEs, se ha demostrado que pueden causar daños gastrointestinales que van desde la úlcera a la hemorragia gastrointestinal“, apunta la farmacéutica. Por eso, siempre se recomienda que se tome después de las comidas. Este es, seguramente, el problema más reconocido, ya que su relación se dio a conocer ya en 1992 en un estudio liderado por la Universidad del Noreste de Luisiana. Según expone el trabajo, el efecto se debe a que la mayoría de AINEs son derivados del ácido carboxílico, que en contacto directo con la pared estomacal provocan daños.

Asimismo, otras teorías apuntan a que el daño ulceroso de estos medicamentos se produce porque inhiben la síntesis de prostaglandinas, que son esenciales para muchas funciones, entre ellas la protección de la mucosa gastroduodenal. “La recomendación es que hay que utilizarlos cuando sea estrictamente necesario. Con dos o tres días es suficiente y, si se debe alargar el tratamiento, siempre valorando el beneficio-riesgo”, aconseja la presidenta de la SEFC sobre el uso de los ibuprofenos.

Con todo esto dicho, la recomendación de la mencionada experta debería tomarse más que en serio. Además de esto, hay más efectos secundarios que deberíais tener en cuenta. Desde la Sociedad Española de Nefrología Médica, alertan de que puede llegar a ser tóxico para el riñón. La razón es la misma que la del daño del estómago: la inhibición de las prostaglandinas, ya que estas sustancias se dedican a mantener un adecuado flujo de sangre a través del riñón. Si se disminuye su efecto, se altera el riesgo sanguíneo a este órgano.

Es más, según un trabajo publicado por la organización, el ibuprofeno es uno de los medicamentos más relacionados con la insuficiencia renal aguda, aunque delante de él y el resto de AINEs se posicionaban otros como los diuréticos y los inmunosupresores. Así que, los consumidores del mismo, deberíais estar alerta por posibles interacciones, algo que sigue siendo objeto de estudio. Un ejemplo de esto es que hace poco más de un año la Agencia Europea del Medicamento (EMA, por sus siglas en inglés) tuvo que emitir un aviso por una combinación que, hasta el momento, era de lo más popular: ibuprofeno y codeína.

Como bien comunicó el organismo mencionado, la toma combinada de ambos durante un periodo de tiempo prolongado puede ocasionar “graves daños renales y gastrointestinales, incluso mortales, especialmente cuando son tomados durante más tiempo y a mayores dosis de lo recomendado”. Lo dramático de esta situación es que, a diferencia del ibuprofeno, la EMA puntualizaba que esta combinación podía generar dependencia, debido al potencial adictivo de la codeína, un conocido opioide, lo que contribuía a potenciar estos peligrosos efectos secundarios. “Lo mejor con el ibuprofeno y otros AINEs es no darlos siempre que se tengan otras posibilidades”, concluye Agustí.