La lista de las enfermedades que permiten cobrar la jubilación desde los 52 años

Los trabajadores con alguna de estas dolencias pueden acceder a la jubilación anticipada

Gracias a haber nacido en este año, podrás cobrar el 100% de la pensión de jubilación

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La edad ordinaria de jubilación en España se sitúa actualmente en los 66 años y seis meses, aunque puede ser a los 65 años para aquellos que han cotizado al menos 38 años. Sin embargo, para recibir el 100% de la pensión, es necesario haber cotizado un mínimo de 36 años y seis meses.

Pese a estas normas generales, el sistema público de pensiones permite ciertas excepciones que permiten la jubilación anticipada para ciertos grupos de trabajadores bajo condiciones específicas.

El Real Decreto 370/2023 regula la posibilidad de adelantar la edad de jubilación a los 56 y 52 años para trabajadores con necesidades especiales de salud.

Aquellos con un grado de discapacidad igual o superior al 45% pueden jubilarse a los 56 años, mientras que aquellos con una discapacidad igual o superior al 65% pueden hacerlo a los 52 años. Estas medidas buscan apoyar a quienes enfrentan dificultades significativas debido a su estado de salud, siempre y cuando cumplan con otros requisitos establecidos.

Para acceder a la jubilación anticipada por discapacidad, los trabajadores deben ser tanto por cuenta ajena como propia, y estar adscritos a cualquier régimen de la Seguridad Social.

Deben estar dados de alta o en una situación asimilada, haber trabajado al menos 15 años y haber padecido una discapacidad durante al menos cinco años con un grado de 45% o más. La acreditación de este grado de discapacidad requiere un informe médico y un certificado del IMSERSO o del órgano correspondiente de la comunidad autónoma que valide dicha condición.

El listado de enfermedades que permiten esta jubilación anticipada se actualiza periódicamente y abarca diversas patologías. Entre ellas se encuentran la discapacidad intelectual, la parálisis cerebral, anomalías genéticas como el síndrome de Down, enfermedades neurológicas como la esclerosis múltiple y el síndrome de Tourette, y trastornos del espectro autista. Este enfoque permite que el sistema sea más flexible y se adapte a las necesidades cambiantes de los trabajadores con discapacidades significativas.