El secreto del cepillo de dientes en la lavadora: el truco para resolver dos problemas en uno

En nuestro ajetreado día a día, las tareas del hogar ocupan una parte considerable de nuestro tiempo. Según datos del INE del año 2020, en España se dedica en promedio alrededor de 1 hora y 47 minutos diarios por persona a las labores domésticas.

Entre las múltiples tareas, la limpieza del hogar, las compras, la preparación de alimentos y el lavado de ropa son algunas de las que más tiempo nos demandan. Sin embargo, en ocasiones, no obtenemos los resultados deseados al lavar la ropa, ya que puede quedar con manchas persistentes o incluso oler mal. Afortunadamente, existe una solución ingeniosa para enfrentar estos problemas.

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Cuando te encuentres con una prenda con manchas difíciles de quitar, utiliza el cepillo de dientes para tratar previamente la mancha. Humedece el área afectada, agrega un poco de detergente y frota suavemente. De esta manera, la mancha será más fácil de eliminar y la ropa quedará impecable después del lavado.

Otro uso ingenioso para un viejo cepillo de dientes es limpiar la propia lavadora. Muchas personas desconocen que el mal olor en la ropa puede deberse a que la lavadora no está correctamente limpia. De hecho, se acumula suciedad, moho y bacterias en las juntas de la máquina. Por lo tanto, es importante revisar periódicamente la junta del tambor y, si se ve sucia, utilizar un cepillo de dientes con un poco de lejía para limpiarla adecuadamente.

Sumerge el cepillo en lejía y frota enérgicamente las juntas. Es importante utilizar un cepillo distinto al que se usa para quitar manchas. Luego, simplemente limpia los residuos de suciedad con un paño húmedo bien escurrido. De esta manera, tu lavadora estará limpia y fresca, y tus prendas olerán mejor después del lavado.