Así fue el brutal asesinato del zar Nicolás II y sus cinco hijos

La familia Romanov fue brutalmente asesinada en 1918

Familia Romanov

Familia Romanov / SPORT.es

En febrero de 1917 la revolución llegó a Rusia y, un mes después, el zar Nicolás II abdicó. Ocho meses más tarde los bolcheviques se adueñaron del poder y la familia real quedó bajo su custodia, hasta la sangrienta noche de julio de 1918.

Nicolás II y su esposa Alejandra se adoraban y fruto de su matrimonio nacieron sus cinco hijos: Olga, Tatiana, María, Anastasia y Alexei. Pero el final de esta familia tan importante para la, hasta entonces, Rusia zarista, se torció de una forma tan cruel que pocos lo hubieran imaginado.

En la madrugada del 16 al 17 de julio de 1918, Nicolás II y su familia fueron trasladados al sótano de una casa con el pretexto de tomarles una fotografía. Cuando todos se habían colocado para tal fin, el verdugo, Yàkov Yurvski, y varios soldados armados con fusiles y bayonetas les comunicaron que habían sido condenados a muerte.

En este momento comenzó la carnicería. En primer lugar, fueron fusilados junto a varios sirvientes, su doctor y a su perro. Como algunos de ellos no habían terminado de morir gracias a que entre sus ropas llevaban joyas escondidas, tuvieron que ser rematados con el cuchillo y las bayonetas.

La zarina Alejandra, que empezaba a persignarse, murió de un balazo en la cabeza. María Romanov murió de un disparo cuando intentaba escapar hacia la puerta. Cuando cesó el caos, seis víctimas seguían vivas: cuatro hijos del zar, una sirvienta y el doctor.

Yurvski remató a Alexei con dos disparos en la cabeza y al resto de los heridos comenzó a atacarles con bayonetazos. El único superviviente de la masacre fue el spaniel negro de Anastasia que fue rescatado por un soldado inglés y vivió sus últimos años en Reino Unido.

Nikolai Sokolov, investigador monárquico, aseguró que los asesinos había "desnudado los cadáveres y los habían subido a un camión para trasladarlos a una mina de sal. En el camino, el vehículo se averió y entonces cavaron una zanja poco profunda. A continuación, rociaron con ácido sulfúrico los cuerpos antes de rellenar la fosa."