Álvaro de Luna: "A todos nos da miedo nuestra propia oscuridad"

Inmerso en cuerpo y alma en la gira de 'Uno', el cantante sevillano llena las salas tanto en España como en Italia. Conversamos con Álvaro de Luna antes de asaltar la mítica Razzmatazz de Barcelona con todas las entradas vendidas desde hacía días

Álvaro de Luna, antes de su concierto en Barcelona

Álvaro de Luna, antes de su concierto en Barcelona / VALENTÍ ENRICH

Ignasi Sagnier

Pregnta: Debe usted saber que siempre empezamos este ciclo de entrevistas con la misma pregunta. Deportivamente hablando, si tuviese que hacer un paralelismo, ¿en qué momento se encuentra su carrera musical?

Respuesta: Pues, la verdad es que yo sigo sintiendo que estamos en pleno despegue. Que todavía estamos arrancando y empezando en esto de la música. Creo que estamos en un gran momento, pero me siento un artista ‘novel’, aunque hayan pasado muchas cosas y durante todo este tiempo haya sido todo plenamente intenso y muy rápido. No hay que conformarse con lo que uno tiene y menos aún confiarse. Debemos ser plenamente conscientes de que esto es una carrera de fondo y en el momento en que sientes o piensas que has llegado a la meta es que estás totalmente ‘out’ de la movida. Siento que hemos crecido mucho con respecto a los inicios, eso es evidente, pero aún nos queda mucho camino por hacer y por seguir creciendo. No hay que relajarse y hay que trabajar como se hace en el deporte de élite.

P: ¿Con qué deporte compararía este momento dulce pero en el que se deben mantener los pies en el suelo?

R: Lo compararía con el surf porque me gusta mucho y requiere mucho sacrifico, esfuerzo y constancia. De hecho, en el surf, aunque manejes bien el deporte, si te pasas mucho tiempo sin practicarlo lo acabas perdiendo. Al final va todo muy ligado al rodaje. Es decir, de gira controlas tu voz, la situación escénica, que no se vaya nunca de madre la situación después de un bolo si tienes otro al día siguiente. El caso es que en el mundo de la música siempre ha habido el mito de que los cantantes somos bastante indisciplinados, pero es justo al revés. Por lo menos en mi caso. Es cierto que tengo mi orden y soy un poco caos a la vez, pero le he dado la vuelta a la situación y dentro de ese caos he encontrado mi estatus incluso para componer. No tengo una metodología a la hora de escribir canciones y soy más de que vayan fluyendo las cosas. Soy muy metódico a la hora de preparar y hacer los shows.

Un punto común entre los entrevistados en Veladas Sonoras es que para estar en primera línea en la música y en lo que implica hay que tener una preparación digna de Champions League.

Todo al final suma o resta. Tanto en el deporte como en la música. O como en cualquier disciplina que incluya demostrar tus conocimientos, pero a su vez saber aplicarlos y luego ser constante y no creerte que ya lo sabes todo. Que siempre se puede aprender y que no hay nada hecho ni está todo inventado. La música no deja de ser una disciplina en la que necesitas mucha concentración y estar enfocado plenamente en lo que haces y no perder el mundo de vista.

¿Cómo se afronta la preparación de un concierto en la mítica sala Razzmatazz sabiendo que está llena hasta los topes?

Pues, se afronta siempre con muchas ganas, nerviosismo, respeto e ilusión. Hace unos años vine a actuar en la sala pequeña de ‘Razz’ con mi otra banda, ‘Sinsinati’, y pasamos de puntillas y mirando de reojo la grande, que es la que he acabado llenando. Es decir, se cierra un círculo y que eso se haya materializado y poder compartirlo con mi gente me emociona mucho.

¿Qué deportes practica?

Surf, ciclismo gravel, pádel, fútbol, tenis y jugué a baloncesto de pequeño. De chaval jugué a todo, aunque según ha ido pasando el tiempo me he dado cuenta de que me gusta mucho el deporte en solitario. Lo uso como terapia para reflexionar, pensar y ordenar mi cabeza. Para lidiar conmigo mismo. En el día a día uno va rehuyendo precisamente de eso: de lidiar con uno mismo porque a todos nos da miedo nuestra propia oscuridad y creo que el deporte me ha ayudado mucho a entenderla y abrazarla. Es, digamos, un balón de oxígeno en mi día a día en el que apenas se para.

¿Y un domingo tarde qué vería?

Llego a casa reventado de toda la semana, pero suelo ver mucho pádel, que me encanta, y tenis. Cuando era más joven, veía más fútbol. 

El deporte femenino que está en auge y sube sin parar.

Es una maravilla. Porque pienso que hay muchas chicas con un gran talento y potencial y que tengan esa visibilidad es fundamental. No es solo importante a nivel social de país, sino también mundial y deseo que el deporte femenino adquiera la relevancia al nivel del masculino. Porque te pones a leer sus entrevistas y ves las demandas que hacen, y sientes que la situación económica no es la misma y se ha demostrado muchísimo que las chicas son ultraválidas, forman parte de la élite y que vayan cogiendo ese protagonismo es absolutamente necesario. Me parece que es el primer ladrillo de lo que se está construyendo, que será mucho. 

¿Quién es su referente deportivo?

Ostras. Pues te diría que mi mito es Pelé. Absolutamente. De pequeño fantaseas con ídolos mientras vas creciendo y Pelé ha sido uno de ellos desde siempre. Fue uno de los grandes más allá de los campos de fútbol. 

¿De qué equipo es?

Soy más del buen fútbol que de colores. Fui una época del Sevilla, otra del Real Madrid y luego me metí en el Betis por mi hermano pequeño. Era el único verdiblanco y fue por darle mimos y cariño. Llegué a un punto en el que sufríamos mucho por el Sevilla, porque se quedaba siempre a las puertas de hacer algo grande. Recuerdo, eso sí, que una vez estábamos en una peña sevillista en las afueras de Sevilla y se montó un pollo de narices y me pareció tan tenso y desagradable que desde entonces no soy fanático de ningún equipo. Me gusta que el fútbol sirva para que haya un motivo de celebración y ya está, pero no de crispación ni de fanatismos. Cuando era chaval había movidas importantes con los ultras y me acuerdo de eso y no me gusta.

¿Algún momento deportivo que le haya marcado? 

Recuerdo con mucha nostalgia y tristeza la muerte de Antonio Puerta. Precisamente estaba viendo ese partido y sentir que le pasa eso a uno de tus referentes de      pequeño es algo que te marca.

¿Qué música escuchaba en el coche de sus padres?

En el coche de mis padres sonaba de todo. Desde Jennifer López a Marc Anthony, también U2, Bob Marley, Beatles o Dire Straits. Había mucha variedad musical de la que he aprendido y extraído cosas.

¿Cómo ve el panorama musical actual? Por aquí ha pasado Nil Moliner y lo hará pronto Dani Fernández, que hablan de usted maravillas.

Es que son mis hermanos. Los admiro a nivel personal y profesional. Son espejos en los que mirarse continuamente. Confieso que soy el más cabra loca de los tres en todos los sentidos y quizá siento que son mis hermanos mayores. Con respecto al panorama actual lo veo superactivo y tengo cosas positivas y negativas. Está muy bien que haya tantas facilidades para que todo el mundo tenga accesibilidad a enseñar su música, pero creo que, al mismo tiempo, nos estamos cargando esta magia. De lo bonito que es generar ansiedad y que tus fans esperen un álbum. Veo que estamos en un punto que esto parece más una fábrica de hacer churros que una industria musical. Al final todo vuelve, lo vintage nunca se fue y sostengo que hay que volver a ello. A la filosofía de saco un disco y hago una gira durante un año y no te saco un puñetero single del siguiente disco hasta que no haya girado lo suficiente el otro. Hay que darle valor a lo de sentarte en tu casa a escribir y querer trascender. Eso tiene un mérito y nosotros estamos favoreciendo que ese valor se pierda y vamos al ritmo que nos marca la sociedad y no al revés. 

Para acabar, una confesión. Se nota que es usted un hombre de sensaciones tanto encima como abajo del escenario.

Supongo que algo tiene que pasar para que crezcamos y conectemos de la manera en la que lo hacemos con mi público. Estoy muy enamorado de la gente que viene a vernos, pues desprenden un aura muy bonita y eso es complicado de encontrar hoy en día entre tanta gente y en la sociedad. Así lo siento y así lo explico e imagino que así lo muestro.