¿Cómo nos afecta el consumo de café después de los 60 años?

El café es una de las bebidas más populares del mundo. Siendo un símbolo integrado en la cultura humana moderna, se trata de un producto prácticamente indispensable en las rutinas del todo el globo, por lo que conocer las consecuencias positivas y negativas de su consumo se convierte en una práctica importante.

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Lo anteriormente afirmado, con precisión, se hace todavía más vívido cuando se trata de los adultos mayores, según el medio finlandés Helsingin Sanomat. En una investigación llevada a cabo sobre los efectos del consumo de café en personas que superan los 60 años, se ha desvelado que la bebida puede tener un impacto significativo en la salud a medida que envejecemos.

De acuerdo con el estudio, si bien el café continúa siendo fuente de antioxidantes y energía, la tolerancia del cuerpo hacia él cambia con el tiempo, pues se reduce la capacidad de procesar la cafeína. Como resultado, nos volvemos más sensibles a los efectos estimulantes del café, tales como la aceleración cardíaca y la dificultad para conciliar el sueño.

Igualmente, se descubrió que el consumo de café puede afectar la absorción de nutrientes importantes como el calcio y el hierro, cruciales para la salud ósea que es tan crítica en la vejez y relevantes para prevenir afecciones como la anemia, que se produce cuando la sangre no cuenta con suficientes glóbulos rojos sanos.

No obstante, la información difundida apunta a que, en lugar de eliminar el consumo de café, el objetivo es regularlo para seguir aprovechando sus facultades positivas. En este sentido, la cafeína puede contribuir a reducir el riesgo de enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer y el Parkinson, y puede seguir ayudando en la calidad de vida de las personas por medio del aumento de la concentración y el estado de ánimo, por lo que moderar su ingesta a medida que pasan los años se presenta como la alternativa más deseable.