¿Qué es el 5G?

Las redes 5G emplean un sistema de sitios celulares que dividen su territorio en sectores y envían datos codificados a través de ondas de radio

No existe evidencia científica alguna de los proclamados riesgos en el empleo de las redes 5G

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El 5G, uno de los conceptos más debatidos en el mundo de la tecnología móvil en los últimos años, refiere a la quinta generación de tecnologías inalámbricas, caracterizada no solo por una mayor velocidad en las transmisiones de datos que sus predecesoras, sino también por una nueva manera de codificarlos. De forma más concreta, y según cuentan desde el medio especializado PCMag, "el 5G pone tres nuevos aspectos sobre la mesa: canales más grandes para acelerar los datos, menor latencia para ser más receptivos y la capacidad de conectar muchos dispositivos a la vez". Un nuevo paso hacia el futuro.

¿Pero cómo funciona exactamente esta nueva generación? Como indican desde este mismo medio, las redes 5G emplean un sistema de sitios celulares que dividen su territorio en sectores y envían datos codificados a través de ondas de radio. Esto no es diferente de otras redes celulares. No obstantes, "las redes 5G usan una clase de codificación llamada OFDM", la cual aporta una latencia mucho menor y una mayor flexibilidad que la codificación LTE usada por el 4G. En cualquier caso, ambas generaciones convivirán durante bastante tiempo antes de que 5G pueda funcionar óptimamente de manera independiente.

En cualquier caso, y como apuntábamos al inicio de este artículo, el 5G ha sido objeto de amplio debate. Y lo ha sido a causa de teorías conspirativas que han vinculado falazmente esta nueva tecnología con el cáncer o el coronavirus. En respuesta, desde PCMag informan de que "el 5G de banda baja y media usa frecuencias de radio que se han utilizado durante décadas", algunas desde 1952, otras desde 1963. En cualquier caso, gran parte de dichas teorías conspirativas apuntan hacia el 5G de banda alta, también conocido como 5G de onda milimétrica. Pero las investigaciones científicas prueban su inocencia. Incluso la lógica.

"Los estudios de microondas han demostrado que no penetra bien la piel humana y que su efecto más fuerte, a niveles de potencia superiores a los que utiliza cualquier red 5G, es que hace que las cosas sean un poco más cálidas. En los niveles que usan las redes 5G no hay ningún efecto perceptible en las personas". En resumen: no existe evidencia científica alguna de los proclamados riesgos en el empleo de las redes 5G. Y no es una tecnología de la que queramos prescindir tontamente: no solo permite una mayor velocidad en todas nuestras conexiones inalámbricas móviles, sino que puede dar lugar a nuevos inventos.

Como explica en la BBC el analista de datos móviles Ian Fogg, "todo lo que hacemos sin 5G puede hacerse de manera más veloz y mejor con 5G, pero lo que es realmente emocionante son todos los nuevos servicios que creará y que no podemos prever". Desde coches autónomos que se comunican entre sí a sistemas de gestión del tráfico o farolas inteligentes. Además, dicen desde la BBC, "las bandas de espectro existentes se están congestionando, lo que lleva a interrupciones en el servicio". 5G es muchísimo más eficaz cuando se trata de manejar miles de dispositivos conectados simultáneamente. Es lo que necesitamos.