La dura y decepcionante realidad de Kemba Walker en Europa

Empieza a quedar ya bastante lejos en la memoria de los aficionados y aficionadas del baloncesto europeo, pero el pasado 21 de julio, se confirmó una de esas noticias que hicieron subir el 'hype' de cara a esta nueva temporada de Euroliga.

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El 4 veces All-Star de la NBA, Kemba Walker, desembarcaba en el viejo continente para fichar por el Mónaco. Una pieza más que interesante para reforzar un perímetro integrado por Mike James, Jordan Loyd y Élie Okobo, eso sí, con la incógnita del estado físico del exjugador de Hornets, Celtcs, Knicks y Mavericks, muy castigado tras varias intervenciones en su rodilla izquierda.

Walker, uno de los mejores bases de los pasados años en la NBA

Esos problemas físicos frenaron en seco una gran trayectoria que confirmó a Walker como uno de los mejores bases de la liga, también reconocido a nivel salarial: sus ganancias en la NBA se sitúan en torno a los 200 millones de dólares.

Montecarlo, una de las mejores 'plazas' Euroliga

A sus 33 años, y con baloncesto todavía en sus manos, Walker buscaba una redención en Europa. Montercarlo es una de las mejores plazas para un proyecto que va al alza y que la pasada temporada se apuntó el tercer puesto en la Final Four de la Euroliga. El conjunto del Principado era consciente, en todos los sentidos, de la pieza que incorporaban al equipo: un jugador que podía ser diferencial en Euroliga, pero al que había que cuidar a nivel físico, ya que su último partido había sido en enero.

Debut discreto en Euroliga

Dejando la liga francesa a un lado, en la que no se viste de corto, el debut de Walker en Euroliga se produjo en la jornada 3 de competición, en el Stark Arena de Belgrado ante Estrella Roja. En poco más de 10 minutos, el base neoyorquino tan solo aportó dos puntos desde la línea de personal. Un debut discreto, que desgraciadamente no ha quedado en anécdota, y que ha sido habitual en los siguientes cinco partidos que ha disputado en la competición.

La dura realidad de Walker en Euroliga

La excepción fue ante Maccabi, donde se fue hasta los 10 puntos, en su máxima anotación europea. Pero anoche, ante el Real Madrid, Walker chocó con varias realidades. La suya, la personal, anotando dos puntos tras siete tiros a canasta, cinco de ellos triples con los que no encontró ningún acierto. -4 de valoración en los 12 minutos y medio que estuvo en el Wizink. La realidad global, la de un Real Madrid que no da síntomas de fatiga y que no afloja: ante un Mónaco candidato al título, victoria cómoda por 18 puntos de diferencia (91-73). En cuanto a sus registros en la competición, Walker está en 3,5 puntos, 1,2 rebotes y 1,3 asistencias para 2,5 créditos de valoración en casi 11 minutos de media por partido.

Europa, ¿oportunidad o castigo?

En algunas ocasiones, Europa es el escenario ideal para dar un paso atrás, tomar impulso y dar dos hacia adelante para regresar a la NBA. El ejemplo del exazulgrana Dante Exum está ahí, con cada vez más minutos en los Dallas Mavericks. Pero por mucho nombre, mucho pasado y mucho historial en la liga americana, la exigencia de la Euroliga no perdona y te pone en tu sitio. Lamar Odom, Kenneth Faried, o Emmanuel Mudiay son algunos de los ejemplos. El tiempo dirá si Kemba Walker se convierte en un miembro más de la lista.