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Milan Luhový, el goleador eslovaco del 'EuroSporting': "Los mejores ingleses están entrenados por españoles"

El delantero del último Sporting que jugó en Europa valora el papel de Calzona en Eslovaquia, pero cree que Inglaterra sacará adelante el cruce de octavos de la Eurocopa

Milan Luhovy, primero por la izquierda en la fila superior, con un niño en brazos, durante la temporada 1990/1991 del Sporting, la última que jugó en Europa.

Milan Luhovy, primero por la izquierda en la fila superior, con un niño en brazos, durante la temporada 1990/1991 del Sporting, la última que jugó en Europa. / EPE / ARCHIVO

Denís Iglesias

Milan Luhový (Ružomberok - Eslovaquia, 1963), delantero del Real Sporting de Gijón de los años 90 -el último que jugó competición europea-, tuvo claro que España sería su destino cuando el Bloque del Este le permitiese salir de Checoslovaquia. Se enamoró del país en un viaje con la selección que tras la disolución de la URSS se dividió en dos estados: Eslovaquia, su lugar de nacimiento; y República Checa, donde trabaja como organizador de eventos para empresas, dos selecciones presentes en la Eurocopa.

La primera se mide en octavos de la competición a Inglaterra, "pero tiene pocas posibilidades por cómo saca el balón jugado"; y la segunda cayó en fase de grupos "donde fue la peor de las selecciones". Luhový mantiene una entrevista con El Periódico de España, del Grupo Prensa Ibérica, en la que habla de fútbol, política, economía y lo hace en un perfecto castellano que practica hablando consigo mismo en el coche. "Pero lo hago conscientemente". No hace falta que lo jure, cada respuesta habla por sí mismo. Todo aquel español que quiera, y más si es sportinguista, tiene un café -o pilsen- asegurada en Praga. Paga Luhový.

Pregunta. ¿A qué se dedica Milan Luhový casi tres décadas después de retirarse?

Respuesta. Ahora estoy en Praga, República Checa. Tenemos una agencia que organiza eventos para empresas financieras del sector de las telecomunicaciones. Es un mundo muy agradable. Nuestros clientes son solventes y de prestigio. Llegamos a reunir hasta 400 personas en nuestras temporadas altas, que son otoño y primavera.

P. ¿Nada de fútbol ya en la vida de Milan Luhový?

R. Me saqué el carné UEFA Pro de la máxima categoría en 2020, pero no vi posibilidad alguna. En los países del Este la sociedad está bastante manipulada. Todavía falta profesionalidad, aunque se ha mejorado mucho en los últimos dos años. Pero para prosperar en los banquillos no dependes de ti y sí de otras personas. Yo soy bastante individualista, por lo que me saqué el título para ver cómo era la preparación.

P. ¿Y qué es lo que descubriste a la hora de sacarte el carné de entrenador?

R. Pues es simplemente un trozo de cartón. La preparación era bajísima y es algo que notas rápidamente. Los entrenadores checos no saben preparar a los equipos con calidad. Es algo que pudimos ver en el primer partido de la Eurocopa de la República Checa ante Portugal. Ves que a los checos les faltaban cosas básicas, como salir bien desde atrás con el portero. Es decir, la construcción del juego. Algo que en España es muy normal, incluso en la Segunda División, donde existe un buen trato de balón.

P. ¿Cómo se explica la eliminación en fase de grupos de la República Checa?

R. Los jóvenes checos y eslovacos tienen talento, pero si no les guías desde pequeños... Falta metodología en la formación. España, cuando tienes 15 o 16 años, prácticamente estás preparado para el primer equipo. Saben tocarla, construyen bien el juego a través del portero y no cometen pérdidas. El entrenador de la República Checa (Ivan Hašek) llevaba 15 años en países árabes. Ahí no aprendes nada, duermes hasta las 11 de la mañana, juegas al golf... Cuando entrenas es por la noche y juegas al golf. Realmente eligieron a un 'zombie' de entrenador. Chequia tiene a futbolistas como Tomas Soucek, Vladimír Coufal (West Ham) o Matěj Kovář (Lerkusen), el portero que estaba jugando hasta que se lesionó contra los turcos, que juega bien con los pies. A nivel defensivo estuvieron lamentables ante Portugal y aun así casi ganaron. Pero bueno, el fútbol es injusto. Es el equipo más malo que he visto en la Eurocopa. Con todo, el 90% del problema es de la calidad del entrenador checo y el 10% de la formación de los futbolistas checos.

P. ¿Por qué Eslovaquia sí consiguió avanzar a octavos? Ellos sí tienen un entrenador extranjero, Francesco Calzona, el primero de su historia.

R. Precisamente, a Eslovaquia le va mejor porque tiene un entrenador extranjero, Francesco Calzona, del Nápoles (compatibiliza este cargo desde febrero de 2024). Tiene buenos jugadores como Dávid Hancko (Feyenoord) o Stanislav Lobotka (Nápoles). Su principal defecto está atrás, algo que se percibe cuando ves a defensas como Milan Škriniar (PSG). Cuando reciben, giran en exceso el cuerpo y pierden mucho tiempo a la hora de construir las jugadas.

P. Usted también fue internacional, con Checoslovaquia. De hecho fue en un viaje con su selección el que le abrió las puertas de España.

R. Yo nací en Ružomberok, actual Eslovaquia. Cuando tenía 21 años me fui al Dukla Praha, que estaba en Primera División. Me tocó hacer la mili, pero en ese equipo teníamos la suerte de que prácticamente no hacíamos nada en el servicio militar. Además, nos pagaban mientras jugábamos profesionalmente. Yo iba con la selección y en un viaje a Alicante contactó conmigo el Sporting. Tenía claro de que cuando pudiera me iría a España o Francia, pero sobre todo a España, de la que me enamoré en 1982, cuando, con 18 años, visité el país que organizaba el Mundial con el Slovan de Bratislava, el equipo más importante de mi país, ganador de la Recopa al Barcelona. El Sporting se puso en contacto con la agencia que tenía el monopolio en Checoslovaquia. Llegó la oferta en febrero de 1990 y el acuerdo fructificó en abril.

P. Fueron buenos años en Gijón (1990-1992): una treintena de goles y jugasteis UEFA, algo que no ha vuelto pasar.

R. Si veo los números solo puedo decir que estoy muy contento. Hay que tener en cuenta que me fui inmediatamente después de la caída del comunismo. Si yo tuviese una mejor preparación o educación, seguro que me hubiera ido mejor. Pero me fui con 27 años, que no está mal, pero me costó cambiar el chip. Pienso que podría haber marcado goles tres o cuatro años. Sin embargo, sufrí mucha presión de la prensa. ¡Siempre me criticaban, incluso cuando marcaba dos goles! Me dejé llevar por la opinión de la gente y perdí los nervios. Eso provoca que te desconcentres y busques una salida. No estaba preparado para que intentasen devaluarme y hacerme sentir como una mierda.

P. Su reflexión es dura y se entiende que después del Sporting se retirase en el 1995 en el Sint-Triudense. Pero, por el camino jugó el Mundial de Italia 1990, donde la selección de Checoslovaquia jugó su último partido oficial.

R. Me sentí débil por la educación que había recibido en el pasado. Al Mundial de 1990 llegué después de vivir los últimos partidos de una temporada en la que el Sporting estuvo a punto de descender. El seleccionador (Jozef Venglos) se empeñó en llevarme, aunque había terminado el año con molestias físicas. No lo hicimos mal, firmamos una buena fase de grupos y caímos en cuartos ante la Alemania Federal de Lothar Matthaus. Pero este tipo de torneos eran complicados para nosotros. A pesar de que habíamos viajado por el mundo desde los 14 años, jugábamos torneos como la UEFA y hacíamos la pretemporada en el Oeste, ibas a un Mundial cargado de tantas estrellas y te sobrepasaba. Eso, a pesar de que contra jugadores como los italianos los conocíamos de las categorías inferiores.

P. Checoslovaquia llegó a ser subcampeona del mundo dos veces (Italia 1934 y Chile 1962) y campeona de la Eurocopa en 1975. En 1996, la República Checa de Karel Poborský fue subcampeona y en 2004, la selección que capitaneaba Pavel Nevded llegó a semifinales. ¿Qué equipo fue mejor?

R. En los años 70, Checoslovaquia tenía un gran equipo, pero el mejor equipo de siempre ha sido el de 2004. Fue una selección checa impresionante, con un fútbol fuerte y bueno técnicamente. Claro que en esta generación entra en juego una singularidad. Jugadores como Nevded -presente en la Eurocopa de 1996 y 2004- se criaron (nacido en 72) se criaron en el comunismo, donde adquirieron una formación deportiva multidisciplinar. Nosotros practicábamos atletismo y había buenas instalaciones. Después, crecieron y jugaron en los mejores equipos europeos. En 1996 cayeron eliminados ante Alemania, el mejor equipo del momento. Junto a Nevded, que estuvo en la Lazio o la Juventus, jugaron Karel Poborský, que militó en el Manchester United, Benfica o Lazio; Vladimír Šmicer, del Liverpool; donde coincidió con Patrik Berger; Tomáš Ujfaluši, que estuvo en el Atlético... Un grupo inigualable liderado por un gran entrenador como Karel Brückner.

P. Entonces, en aquellas selecciones checas se combinaba lo mejor de los dos mundos.

R. Claro, ellos salieron del comunismo cuando tenían 18 años. Tuvieron la formación de las escuelas básicas, donde había dos horas a la semana de deporte centralizado. Ahora muchos centros carecen de material o sitios donde entrenar. La formación en todas las disciplinas era el éxito de aquellos equipos. Implementaron el mismo método en Alemania con la llegada del seleccionador Jürgen Klinsmann. Ojalá haber podido salir antes como pudo Nevded.

P. Hablando de exseleccionadores, usted compartió vestuario en Gijón con Luis Enrique. ¿Le gustaba más la España que dirigía él o la que comanda Luis de la Fuente?

R. Incluso llegué a conocer a Vicente del Bosque, una de las mejores personas con las que me he topado. Siempre tiene un abrazo o un saludo para ti. En el Sporting coincidí con Luis Enrique y Óscar Luis Celada, quien después fue médico de la selección española. A mí España ya me gustaba con 'Lucho', pero ahora con De la Fuente se ha transformado gracias al valor de chicos como Lamine Yamal o Nico Williams. Fabián es otro jugador con mucha calidad que está a las órdenes de Luis Enrique en el PSG.

P. Y si usted fuese técnico de Eslovaquia, ¿cree que tendría alguna oportunidad frente a Inglaterra, que no está cuajando un buen juego, en octavos de la Eurocopa?

R. Pienso que Inglaterra no tiene tanta fuerza como hace cuatro años. Lo normal es que ganen a Eslovaquia, porque son mejores en la salida de balón y les supera en técnica. Pero también es cierto que los jugadores ingleses están sufriendo una enorme presión, sobre todo de exfutbolistas que, por cierto, no han ganado nunca una Eurocopa. ¿Cuáles son los futbolistas que pueden marcar la diferencia? Pues los jugadores como Kyle Walker que están entrenados por españoles, en este caso, Pep Guardiola. Los futbolistas del Manchester City son más rápidos y sensatos. Saben distribuir mejor el balón. Se nota que tienen preparación española. Reaccionan con unos milisegundos de ventaja sobre el resto. Parece una minucia, pero es diferencial.

P. Se nota que ama y echa mucho de menos España... Solo hace falta ver lo bien que sigue hablando castellano.

R. ¡Uf! Me encantaba Gijón. El norte es maravilloso, pero también me gustaría mucho ir al nuevo Bernabéu de Madrid. Tengo amigos que hablan español y tenía un vecino dominicano. Además, he acompañado a las selecciones españolas cuando han venido a Praga. Pero claro, son ya muchos años los que han pasado. También me hice amigo de Francisco de Gracia, quien fue jefe de ojeadores del Real Madrid, debido a los torneos que el conjunto blanco jugó aquí. Él me ayudó muchísimo, también en el terreno personal, de ahí que es una amistad que mantengo. Yo venía de un país que nadie conocía, lo que iba a dificultad mi adaptación. Pero intenté hacerlo lo más rápido posible. Me compré diccionarios y aprendí rápido el idioma. Sin embargo, el ambiente mediático del fútbol español fue terrible para mí. Hoy no me habría pasado. Ahora, leo a diario la prensa española, como La Nueva España. A veces hago charlas virtuales en voz alta cuando voy en el coche para no perder la costumbre. ¡Y ojo, no estoy chiflado!