Melendo y Campuzano se reivindican en Europa

El Espanyol se resarce en Europa

Machín logró su primera victoria como entrenador blanquiazul en Bulgaria  / MEDIAPRO

X. Serrano

Pablo Machín despejó cualquier atisbo de duda en su estreno europeo: la prioridad en Cornellà-El Prat es LaLiga. El entrenador soriano realizó nueve cambios respecto al once titular que se midió este fin de semana al <strong>Villarreal</strong>. Unas rotaciones tan lógicas como necesarias en un calendario saturado de compromisos que, además, brinda una ocasión fantástica a los menos habituales para reivindicar sus cualidades.

Dos son los futbolistas que están aprovechando a las mil maravillas el escaparate continental: Víctor Campuzano Óscar Melendo. Aunque delantero y centrocampista parten de situaciones distintas, ambos están encontrando en la Europa League los minutos necesarios para coger confianza y demostrar sus virtudes.

Recuperar protagonismo

Seguramente nadie se ve más favorecido en esta plantilla de la participación perica en Europa que Óscar Melendo. Habitual bajo la dirección de Rubi, arrancó el curso siendo titular con David Gallego pero fue perdiendo relevancia con el paso de las semanas.

Ante el Ludogorets, el de Sant Adrià destacó en la elaboración entre líneas, siendo el único capaz de dar continuidad al juego blanquiazul y aportar algo de luz a un Espanyol que no logró controlar la posesión.

A ello contribuyó también el planteamiento de Machín, ubicando al centrocampista en la zona centralGallego venía usándolo más escorado a la banda, donde le es más difícil sacar a relucir sus cualidades. 

El goleador del futuro

Y si Melendo se enfrenta al reto de hacerse un hueco en el once titular, Campuzano pugna por asentarse en la primera plantilla. Va por el buen camino. El delantero de 22 años volvió a marcar en Europa y ya suma cuatro dianas en los 447 minutos disputados con los mayores.

Unos registros que le sitúan como el segundo máximo goleador del equipo empatado con Vargas y solo por detrás de Ferreyra. Además, el canterano muestra su hambre en cada presión y balón dividido. Y eso gusta a la afición.