Lucía Martín-Portugués, más cerca del reto olímpico

La madrileña se impuso en el Grand Prix de Túnez y se sitúa tercera en la clasificación

Los retos deportivos de 2024: de la gesta de Nadal al sueño olímpico del fútbol femenino

Lucía Martín-Portugués celebra su victoria

Lucía Martín-Portugués celebra su victoria / RFEE

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La esgrima española tiene un nuevo nombre propio. Lucía Martín-Portugués, a sus 32 años, vive uno de los mejores momentos de su carrera, y se ha confirmado como todo un referente en este deporte.

El objetivo de este año para la madrileña pasa por conseguir la plaza para los Juegos Olímpicos de París, lo que sería un hito histórico, ya que nunca un equipo español femenino ha competido en esgrima en una cita olímpica.

Un reto que tiene cada más cerca, después de haber conquistado la medalla de oro en el Grand Prix de Túnez 2024. La tiradora de Villanueva de la Cañada derrotó en la final a la turca Nisanur Erbil en una demostración de maestría y determinación, sellando el triunfo con un claro 15 a 5. En su camino hacia la victoria final, derrotó a la húngara Anna Spiesz con un marcador de 15 a 11; a la estadounidense Elizabeth Tartakovsky por 15 a 10 en tablón de 16, a la griega Despina Georgiadou en los cuartos de final, con un tanteo de de 15 a 11 y a la italiana Chiara Mormile en la semifinal con un convicente 15 a 6.

La victoria no solo sirve a Martín-Portugués paa aumentar su palmarés, sino que la acerca al sueño de París. En el ranking olímpico de sable femenino, la madrileña ahora se sitúa en la tercera posición a nivel mundial, con 128 puntos y tres copas aún por disputarse. La francesa Balzer (plata en Tokio en sable por equipos) con 207 puntos y la griega Gkountoura con 158, la preceden en la tabla. Una puntuación con la que la española tendría provisionalmente asegurada su clasificación.

A los siete años, una visita de la taekwondista Coral Bistuer a su localidad, cambió su visión del deporte y abandonó el ballet para dedicarse a la esgrima, un deporte que ya practicaban sus tres hermanos. Ni siquiera los episodios de epilepsia que sufrió en su adolescencia pudieron frenar su prometedor camino en la esgrima. "Muchos médicos se aventuraron a decir que no iba a poder llevar la vida de un deportista de alto nivel. Tuve el privilegio de encontrar unos doctores que confiaron en mí", explicaba hace unos meses en una entrevista a 'Telva'. Ahora tiene en su sable la oportunidad de hacer historia y disputar los Juegos de París 2024.