Holyfield rozó la proeza

Como en los llamados partidos del siglo en el fútbol, se esperaba mucho y lo único que hubo fue... polémica

A sus 46 años, Evander Holyfield rozó una histórica victoria en Zúrich que le habría permitido agrandar aún más su leyenda por doble motivo, pero finalmente acabó cayendo a los puntos frente al ruso Nikolai Valuev, que lo superaba en 26 centímetros de altura, en 47 kilos de peso y era 11 años más joven. La pelea llegó a los puntos y sirvió para desnudar las carencias del 'Gigante del Este', de 213 centímetros y 145 kilos, que ayer requirió de las siempre controvertidas 'ayudas' arbitrales.

Cierto es que para arrebatar la corona al campeón hay que hacer bastante más que éste, pero el árbitro que otorgó ayer 116 puntos a Valuev por 112 al estadounidense debió ver otra pelea. Los expertos esperaban un combate nulo, tanto por lo visto dentro de las 16 cuerdas como por los intereses de los mánagers. Sin embargo, el Hallenstadion estalló con una sonora bronca que desaprobaba la decisión que permitía mantener el título al púgil de San Petersburgo (dos jueces le dieron el triunfo y el otro, el más acertado, vio combate nulo).

Acuciado por las deudas y con 11 hijos que mantener, Evander Holyfield había preparado la cita a conciencia tras ofrecer una triste imagen en su última aparición, el 13 de octubre de 2007, cayendo ante el ruso Sultan Ibragimov. Musculado y con mucho trabajo de gimnasio a sus espaldas, el de Atmore regresaba por tres motivos principales, sobre todo por la suculenta bolsa que recibirá por la pelea. Pero Holyfield también pretendía convertirse en el campeón mundial más veterano de la historia de los pesos pesados con 46 años y 62 días (marca que sigue en poder del estadounidense Goerge Foreman con 45 años y 10 meses); así como ser el primero de en desposeer cinco veces a un campeón en los pesos máximos. Mientras, Valuev buscaba seguir recuperando un status que perdió en su única derrota, el pasado año frente al uzbeko Ruslan Chagaev.

Ayer, el ruso se encontró con la horma de su zapato. Demasiado estático y lento, asistía atónito al continuo baile del 'Guerrero', que ganó los dos primeros asaltos sin hacer nada extraordinario, es verdad, pero únicamente él lanzó golpes. Tardó demasiado en reaccionar Valuev, quizá a la espera de que el físico pasara factura a su veterano rival. Sin embargo, desde su esquina Aleksander Zemin vio que el combate se complicaba y ordenó a su pupilo acelerar un tanto las acciones. Y lo hizo. En el octavo 'round', Valuev lanzó un fuerte gancho de izquierda que impactó en la mandíbula del estadounidense. Ese golpe dio paso al único asalto medianamente decente del duelo, el noveno, en el que ambos púgiles ofrecieron varios intercambios de golpes.

Parecía que Valuev hacía méritos para ganar, pero en los tres últimos asaltos volvió a mostrarse conservador en tanto que Holyfield hacía lo que le permitían sus 46 años. Al final, ninguno de los dos contendientes se atrevió a celebrar nada. Se veía más contento al americano. La esquina del ruso estaba decaída. Entonces llegó la decisión arbitral y, en medio de una espectacular pitada, el campeón mantuvo su corona.

Ahora, Holyfield podría anunciar su retirada o intentarlo otra vez. Mientras, Valuev sueña con un combate ante el ucraniano Vladimir Klitschko, en el que tendrá bien poco que hacer si no mejora notablemente. Lo dicho, no fue una noche gloriosa para el boxeo ni para la justicia del noble arte... Ni muchísimo menos.